¿Quién es el culpable de la fuga de Rejas?

El guardiacárcel condenado por el crimen de Milagros Avellaneda y de su hijo, Benicio, se escapó anoche del cuartel de Bomberos.

ROBERTO CARLOS REJAS. Fue condenado a prisión perpetua. ROBERTO CARLOS REJAS. Fue condenado a prisión perpetua. FOTO/MPF

Roberto Rejas se escapó casi caminando del cuartel de la Dirección General de Bomberos. El condenado a perpetua por el crimen de Milagros Avellaneda y su hijo Benicio, se escapó anoche de una manera insólita de ese lugar. ¿Quién es el responsable de su fuga? Esa pregunta por el momento no tiene respuestas, porque tiene varias aristas para ser analizadas.

El hilo se corta por lo más delgado

Hasta aquí, sólo surgen indicios de que hubo negligencia de quienes debían cuidarlo. Rejas pidió permiso para ir a bañarse cerca de las 21.30 y sus custodios recién a las 22.30 se habrían percatado que no había regresado a su habitación. Cuando lo fueron a buscar, una hora después, se dieron cuenta que se había escapado.

Según confiaron fuentes policiales, a esa hora, en el cuartel no estaban todos los hombres, ya que buena parte del personal se había dirigido a atender una emergencia, que es su verdadera misión y no la de cuidar detenidos.

Una decisión polémica

El fallo condenatorio de los jueces fue unánime, pero los magistrados discreparon sobre cuál sería el futuro del penado. Stella Maris Arce y Eduardo Romero Lascano, con disidencia de Alicia Freidenberg, decidieron dictarle la prisión preventiva a Rejas por seis meses o hasta que la sentencia quede firme, por pedido de la fiscala de cámara Estela Gifoniello y la querellante Silvia Furque.

Los magistrados solicitaron que el condenado sea trasladado al cuartel de Bomberos por cuestiones de seguridad. En todo el mundo, los miembros del personal de seguridad deben estar separados del resto de la población carcelaria. 

Por ejemplo, en el penal de Villa Urquiza, hay un pabellón aparte donde se encuentran alojados ex policías y personas que colaboraron con la justicia, totalmente separados de los otros presos. 

Otro detalle: Freidenberg fue destituida de su cargo a través de un juicio político por la fuga de Alberto “Pelusa” Toloza. El condenado a perpetua por el crimen del remisero Luis Cisterna se escapó aprovechando una salida transitoria que había autorizado la jueza. Luego, la magistrada fue reincorporara por orden de la justicia.

Un lugar inadecuado

El cuartel de Bomberos no es un centro de detención. No tiene calabozos, sino habitaciones comunes y corrientes. Tampoco cuenta con personal del Servicio Penitenciario que se encargue de custodiar a las personas que allí quedan detenidas. El cuidado es responsabilidad de los servidores públicos que no están preparados para cumplir con esta misión.

SEDE DE BOMBEROS / Imagen de Google Maps SEDE DE BOMBEROS / Imagen de Google Maps

Tampoco tienen los medios necesarios para hacer un buen seguimiento a los detenidos del lugar. Se confirmó que Rejas recibió la visita de tres amigos el domingo por la tarde. Estuvieron hablando por un buen tiempo,  pero no cuentan con cámaras de seguridad que haya registrado ese momento.

Teóricamente, para ingresar,  los visitantes deberían haber dejado sus datos personales (DNI y domicilios). En el penal de Villa Urquiza, los visitantes deben cumplir con una serie de requisitos y se les confecciona una ficha.

La crisis carcelaria

Este problema le sigue y le seguirá generando dolores de cabeza al Estado. Desde que los fiscales Adriana Giannoni y Diego López Ávila lograron que se les acepte en 2015 el hábeas corpus por la crisis carcelaria, poco se hizo para resolver el problema. En esos días había 700 detenidos en las comisarías, hoy hay 1.300.

La Corte Suprema de Justicia, por el planteo de los representantes del Ministerio Público Fiscal, ordenaron que ningún procesado o condenado estuviera alojado en las dependencias policiales. Y hoy esa orden sigue incumpliéndose. Unos 300 penados y más de 800 reos con prisiones preventivas se encuentran en los calabozos de las comisarías. Y Rejas era uno de ellos.

El condenado por el crimen de la joven no podía haber sido trasladado a ninguna de las atestadas comisarías. La gran pregunta entonces fue por qué no fue llevado a la cárcel después de haber recibido una condena y más aún cuando se consideró que Rejas era un penado peligroso que podría entorpecer el proceso. Otro interrogante que no tiene respuesta.

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