Un mundo de productos conocidos, y otros sorprendentes

Un mundo de productos conocidos, y otros sorprendentes

La caña de azúcar es alimento, carburante, bioenergía, papel, bioplástico, abono orgánico, fármaco, levadura, golosina, conservante, aglomerado y resina, entre muchas otras cosas.

DERIVADOS DE TODA CLASE. El papel es uno de los tantos productos que pueden fabricarse a partir de la caña de azúcar. DERIVADOS DE TODA CLASE. El papel es uno de los tantos productos que pueden fabricarse a partir de la caña de azúcar.

Aquella copla popular que reza “de lejos parece trigo, de cerca muralla arisca” es apenas una pintura de una planta, la caña de azúcar, la que con el paso de los años ha cobrado una relevancia notable, diversificada en diversos productos y subproductos. Muchos de ellos conocidos, otros sorprendentes. Lo particular -y auspicioso- es que se siguen encontrando usos. Aunque en Tucumán todavía existan ciertas limitaciones en este último punto (hay cosas que no se hacen, o dejaron de hacerse), son para celebrar los esfuerzos que se efectúan desde distintos sectores para sacarle más provecho.

La caña de azúcar es alimento, carburante, bioenergía, papel, bioplástico, abono orgánico, fármaco, levadura, golosina, conservante, aglomerado, resina. En fin. No hay parte de ella que se desaproveche.

Tallo leñoso, tejido esponjoso y dulce. Hojas largas y lampiñas. Flor purpúrea. La caña de azúcar representa uno de los cultivos más viejos del mundo, con presencia en todos los continentes. A esta planta única, una palabra la define como ninguna y la enaltece: diversificación.

Punto de Vista

Y lo que viene es….

Álvaro J. Bravo. Ingeniero químico e industrial - Facet- UNT
Profesor adjunto - Cátedra de Fenómenos de Transporte.

Resulta imprescindible, en términos del cambio climático y de sostenibilidad, el reemplazo del uso de recursos no renovables para elaboración de productos y generación de energía. El norte argentino posee grandes cantidades de recursos lignocelulósicos provenientes de la cosecha de caña de azúcar, del algodón, de la poda de cítricos y de la industria forestal, como así también sustratos ricos en azúcares simples, como jugo de caña de azúcar y melaza. Toda esta biomasa es de carácter renovable y poco contaminante y contar con ella es clave en el desarrollo de las biorrefinerías.
Las biorrefinerías representan una oportunidad de salto tecnológico. En estas plantas se producen múltiples productos de valor agregado o también biogás y/o gas de síntesis a partir de bioinsumos, mejorando la rentabilidad y el desempeño ambiental de todo el proceso. Podemos mencionar entre muchos otros los siguientes bioproductos: ácidos orgánicos (succínico, láctico y su polímero PLA, etc.), alcoholes y aldehidos (butanol, furfural, etc.); polioles (glicerol, sorbitol, etcétera); amino ácidos (glutámico, levunilico, etc.); aromáticos (ácido gallico, vainillin, etc.). Asimismo, la producción de biomateriales (bioplásticos), componentes farmacéuticos y de química fina.

En este sentido es de destacar que se encuentra en consolidación el Centro de Biorrefinerías del Norte Argentino (BioNA), un consorcio entre la Universidad Nacional de Tucumán, Inti y Conicet (Proimi e Itanoa) y su contraparte en Misiones. Cuenta con financiamiento del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación para potenciar sus capacidades e investigar, optimizar y/o eficientizar procesos y la formación de recursos humanos para desarrollar nuevas tecnologías y productos. Se incluyen los análisis certificados y las etapas de escalado, para su transferencia e implementación en la agroindustria regional y nacional. Este enfoque responde al cambio de los mercados de los productos tradicionales y lo que espera es un importante impacto socioeconómico.

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