16 Septiembre 2021
F.O. fue otra de las testigos de identidad reservada que declaró en el juicio. “Me contacté con ellos y les dije que quería trabajar. Me dijeron que fuera sólo si era linda y joven. Me recibió (Luis Roberto) Gambandé y su novia Melanie, que también trabajaba con nosotras”, señaló.
La joven vendió su cuerpo durante unos ocho meses en las habitaciones que tenía el condenado en su casa de José Colombres al 400. Explicó que el lugar funcionaba casi todo el tiempo de lunes a sábado y que las víctimas debían trabajar ocho horas por día. “Él nos decía que las que trabajaran a la mañana ganarían para comer un guiso, las de la tarde para una milanesa y el de la noche, para un asado”, dijo para explicar cómo era el movimiento en el lugar.
F.O. contó que en el lugar había siete piezas y que eran como 15 las chicas que trabajaban en el lugar. “En el comedor había como una especie de escenario donde había un caño y bailábamos para los clientes que lo pedían”, destacó.
La testigo de identidad reservada también explicó como era el régimen laboral. Por cada encuentro, ellas se quedaban con el 50% y de ese monto se les descontaban los servicios (preservativos, comida y limpieza) y también recibían una comisión por los tragos que consumían los hombres que recurrían a sus servicios. “Les pedía que me compraran uno para estar entonada”, insistió.
F.0. también señaló que Gambandé “invitaba a salir a las chicas y que él pagaba todo, pero después se lo descontaba a ellas. Él estaba con Melanie, pero lo mismo le cobraba los servicios”.
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