La pelota, la medicina y la pluma: historias de superación, y de dolor

La pelota, la medicina y la pluma: historias de superación, y de dolor

Juan Manuel Herbella escribió un libro revelador.

EN LA CANCHA. Gritando un gol en Nueva Chicago, uno de los 11 clubes en los que jugó en su carrera futbolística. EN LA CANCHA. Gritando un gol en Nueva Chicago, uno de los 11 clubes en los que jugó en su carrera futbolística.

“Tengo una foto de bebé. Me veo sentado, y tengo una pelota conmigo. Ese es mi primer recuerdo del fútbol”. La comunicación telefónica apenas si deja imaginar la cara de quien dice la frase, mientras la dice. Uno se queda con el rostro de Juan Manuel Herbella con sonrisa de emoticón que se ve en su cuenta de Instagram. Se lo nota feliz, y tan orgulloso de su flamante libro, que apenas parece caber en su cuerpo. Es él una rara avis en este medio ambiente de sudor, lágrimas, esfuerzo, éxitos, presiones y pasiones. Primero, jugador de fútbol y estudiante de secundario en el colegio Lasalle. Después, médico especialista en medicina del deporte y salud pública y docente de la UBA. Luego periodista y escritor. Una cadena de actividades que se fueron concatenando y que confluyeron en “No me corten el pie”, editado por Planeta, un compendio de 11 “historias médicas de superación y dolor de futbolistas”, como reza la tapa, justo abajo del título.

- ¿Por qué el título?

- Nace de la frase que le dice Patricio Toranzo al médico en la puerta del quirófano luego del accidente que tuvo el plantel de Huracán en Venezuela, en 2016. Lo pensé porque juega con la frase “me cortaron las piernas” de Diego Maradona. Para el futbolista, el pie es su vida. En ese caso, se trata de una cita de una frase. Quedó un título muy potente, con la imagen de los botines. Al ser historias de superación y dolor, el título pega con el libro.

- ¿Qué antecedentes tiene este libro?

- Nace en realidad de una historia que escribí para otro libro, “Pelota de papel I”, que era una historia ficticia. Ese libro tiene cuentos escritos por futbolistas. Escribí sobre un jugador que sufre esclerosis lateral amiotrófica. Está sentado en la sala de espera de un consultorio, esperando que lo atienda el médico y que le dé el diagnóstico de lo que le pasa.

- ¿Qué impulso recibió para que sea posible?

- Cuando en Planeta leyeron “Pelota de papel I”, y mi historia, en la que mezclo deporte con salud y ciencia -algo que hacía en las columnas-, me sugirieron que hiciera algo como eso, pero de futbolistas reales. Empecé a pensarlo desde una perspectiva colaborativa, porque no me podía sentar con los jugadores para pedirles que me cuenten historias desde su padecimiento, y yo hacer un libro y ganar dinero con eso. Eso dispara la lógica de que este es un libro solidario. Todo lo que correspondiese de las regalías van a la Fundación Flexer, de oncología infantil.

Herbella, un recio defensor a quien apodaron “El Doctor”, terminó su carrera como futbolista en 2011. Singular caso: jugó en 11 clubes, la misma cantidad de historias que contiene su libro. Hijo único, su ingreso al mundo de la lectura se dio en su casa. “Siempre hubo muchos libros. Mi mamá lee mucho, De chico escribía algunas cosas, pero nunca imaginé llegar a la edad que tengo, con cuatro libros editados. Las otras facetas de mi vida fueron planificadas; la de escribir me fue llevando, no tenía un plan para esto”, asegura.

- ¿Cómo es eso de la planificación?

- No pensaba en transformar el juego en un trabajo. Por las circunstancias, por las condiciones, siendo adolescente y estudiaba en la secundaria, empecé a preguntarme qué iba a hacer. En ese entonces ya decía que quería al fútbol. Mis padres me dijeron que estaba bien, pero que debía estudiar. Les dije que sí, que quería ser médico de un plantel, y así es cómo empecé a estudiar medicina. Ya jugaba en Vélez. Había viajado. Me relacionaba con los médicos del club, me parecían buena onda. Conocí su mundo.

- ¿Qué idea movilizó a las 11 historias?

- Las fui construyendo con la idea de que fueran complementarias. Cada una tiene un disparador, no son iguales ni lesiones o componentes iguales las que trata. La elección viene en relación a eso y a cómo veía que amalgamaba todo.

“Este libro se fue construyendo de la misma manera en que se fue construyendo el escritor”, dice casi sobre la despedida Juan Manuel, al tiempo que responde sobre su futuro. “Lo veo unido a la escritura, la medicina y el fútbol, como está ahora. Desde que me retiré, supe que ninguna de las dos primeras pueden ser comparables al ciento por ciento con jugar a la pelota. Hoy trato de generar actividades diversas. Trato de no aburrirme”, asegura. Toda una definición.

Un relato, sobre uno que no se conoce

Juan Manuel Herbella quedó muy contento y satisfecho, con el libro. “Pienso que cumplió su objetivo, que era para mí lo más importante. Quise armar una pieza de cuatro patas: lo solidario, la construcción con los relatos médicos, la crónica deportiva y la referencia a ayudar y motivar a aquel que sufre una lesión”, asegura. Dice también que la historia que más le pegó fue la de Mirko Saric, porque fue la única que no es de superación. Que la última, la de Marcelo Bravo (supera su problema pero desde otra función ya que no vuelve a jugar) deja el mensaje de poder trascender a la lesión, reconvirtiéndote en otra cosa.

“Yo no pasé por una situación extrema en mi carrera. De todos modos, en la historia de Sebastián Battaglia juego un poco con una historia personal. Él sufre pubalgia en el mismo momento en que yo sufría lo mismo jugando en Godoy Cruz”, afirma.

Herbella construye un relato sobre el relato que no se conoce. Tuvo que deja afuera historias, como la de la rodilla de Gabriel Batistuta. Con lo cual, vislumbra la posibilidad de un “No me corten el pie II”.

“Cuando escribía el libro, buscaba no hacerlo sólo para el médico que tiene en claro qué es cada lesión. Busqué llegar a un público más amplio”, afirma.

Uno por uno

Gustavo Campagnuolo: arquero campeón con Racing y con San Lorenzo. Sufrió fractura de cráneo cuando jugaba en México, en 2004

Fernando Gago: mediocampiosta central, brilló en Boca y jugó en Real Madrid y en Roma. Tuvo numerosas lesiones en el tendón de Aquiles.

Luciano Galetti: delantero. Una bacteria le afectó los riñones en 1997, jugando para la Selección, en México. Recibió un trasplante de su papá.

Patricio Toranzo: enganche. Viajó con Huracán en 2016 por la Libertadores. El bus que llevaba al plantel volcó y sufrió traumatismo abrasivo.

Sebastián Battaglia: volante, brilló en Boca (hoy es el DT). Desde sus comienzos sufrió osteocondritis, lo que le acortó la carrera.

Jonás Gutiérrez: mediocampista. Formado en Vélez, se lució en fútbol inglés. Estando en Newcastle le diagnosticaron cáncer de testículo.

Nery Pumpido: aquero, campeón del mundo en 1986. En 1987, en práctica con River, acusó desguantamiento de falange anular izquierda.

Sergio Batista: volante, campeón del mundo en 1986. Jugando para Argentinos, en 1987 sufrió traumatismo craneoencefálico durante un partido.
Ezequiel LavezziDelantero y volante. En 2016, jugando para la Selección en EE.UU sufrió luxofractura de codo por una caída.

Marcelo Bravo: mediocampista de Vélez. En 2005, con sólo 20 años, le diagnosticaron problemas en el corazón.

Mirko Saric: volante central, se quitó la vida en 2000, cuando era jugador de San Lorenzo.

Quien es

Juan Manuel Herbella nació en Caballito, Buenos Aires, el 3 de mayo de 1978. Tiene tres hijos.

Jugó al fútbol en Vélez, Unión Maracaibo de Venezuela, Gimnasia de Jujuy, Godoy Cruz, Argentinos, Barcelona de Ecuador, Internacional de Brasil, Quilmes, Colón y Chicago. Se despidió en Ferro, en junio de 2011.

Es docente universitario en la UBA, médico (se recibió mientras todavía jugaba), periodista y escritor.

Es autor de los libros “Futboloscopía” (cuenta las vivencias de un jugador de fútbol durante un campeonato; “El último pase” (muestra una mirada muy íntima del fútbol argentino de hoy) y “Entre cyborgs, fumados y locos”. También forma parte del movimiento colectivo de “Pelota de Papel”.

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