El cruce de vacunas y una duda: ¿conviene mezclar o esperar la Sputnik?

Qué dicen los infectólogos sobre la combinación del fármaco ruso con AstraZenca y porqué quedó afuera Sinopharm.

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05 Agosto 2021

Francia lo hizo en marzo y Alemania lo probó en abril: a los vacunados con una primera dosis de AstraZeneca les inyectaron otra vacuna, ya sea la de Pfizer o la de Moderna. Les siguieron Italia y Chile, por mencionar dos de varios países. La idea no fue una ocurrencia: se viene ensayando contra el VIH, la tuberculosis o el ébola. De la vacuna de la gripe, que nos ponemos todos los años, nadie pregunta su marca, tampoco. Pero contra el coronavirus, el libreto se está escribiendo con la humanidad subida al escenario y no habrá resultados definitivos de los ensayos clínicos que se están haciendo hasta dentro de unos meses. No obstante, la variante delta nos ha quitado tiempo y los expertos piensan, con los estudios preliminares, que combinar dos formulaciones no aumentará de manera significativa las reacciones adversas y dará elasticidad a las estrategias de vacunación.

De hecho, la Universidad de Oxford, creadora de la vacuna de AstraZeneca, apostó fuerte desde comienzos de 2021 por la mezcla de vacunas. Ellos mismos probaron su fármaco con el de Moderna y el de Novanax, una compañía estadounidense. Al tiempo, los científicos británicos de Pfizer estaban reclutando voluntarios para ensayar también. Es decir que la decisión que anunció ayer el Gobierno nacional, de permitir el llamado cruce vacunal para completar la pauta, va en línea con lo que viene sucediendo en el resto del mundo. El doctor Gustavo Costilla Campero -jefe del servicio de Infectología del Hospital Padilla- dice que la intercambiabilidad de las vacunas no es un concepto nuevo ni una idea alocada. Ejemplifica con las antigripales, las destinadas a evitar la hepatitis o las meningocócicas. Y cita otro caso: el canadiense, donde se actualizaron las recomendaciones y se autorizó a quienes se dieron una primera dosis de AstraZeneca a recibir la segunda de Pfizer o Moderna. El problema con la rusa Sputnik V -observa- es que no hay demasiada información científica al respecto, pues no se utiliza ni en la mayoría de los países europeos ni en América del Norte. "Con otras combinaciones, en cambio, la evidencia es abultada y parece resultar convincente", plantea.

Luego el médico explica otra arista peliaguda sobre esta combinación: la plataforma, que es el vehículo en el cual va montado el antígeno de cada vacuna. Hasta antes de la covid, la ciencia no intercambiaba vacunas que usaran distinta plataforma. Ahora bien, la vacuna rusa Sputnik V tiene una formulación especial (no hay otra entre las aprobadas que use su enfoque). Al igual que AstraZenaca, se sirve de un vector viral, un adenovirus, para transportar información genética del SARS-CoV-2 al organismo, así sea la propia célula humana la que produzca los anticuerpos. Pero lo que la que diferencia de la británica es que recurre a un adenovirus diferente en cada dosis. Con esto, los científicos rusos buscaron evitar que el sistema inmune se fijara en el transporte y no en la carga. "La Sputnik usa dos vectores virales diferentes, pero vectores al fin. Se trata es de plataformas que no hemos combinado hasta ahora porque no existían", valora.

EL PRIMER CARGAMENTO.  Las primeras 33.740 dosis de Moderna para menores de Tucumán. LA GACETA EL PRIMER CARGAMENTO. Las primeras 33.740 dosis de Moderna para menores de Tucumán. LA GACETA

También el infectólogo Eduardo López, miembro del comité que asesora al Gobierno nacional, remarca esa diferencia en las plataformas de Sputnik y AstraZeneca. "No es la mejor opción mezclar una vacuna vectorial, como la rusa, con otra de un virus inactivado", ahonda. Empero, enseguida advierte que la Argentina se encuentra una "situación crítica" porque el grueso de su población ha sido inoculada con una dosis de Sputnik V y la dotación del segundo componente está llegando de modo esporádico. Ante esta realidad, recomienda que la gente se vacune con la que esté disponible. "Tampoco hay que plantearlo como algo tremendista. Con las nuevas cepas, nadie habla de eficacia con una sola dosis", sentencia, en diálogo con este diario.

"Si tuviésemos disponibilidad, preferiría que se den primera y segunda dosis de Sputnik V. Pero no tenemos y hay que buscar alternativas. Y entre las marcas que tenemos disponibles, lo mejor sería Sputnik V con Moderna o con AstraZeneca como segunda dosis", resuelve López.

EN PROCESO. Los estudios le permitirán al Gobierno combinar dosis para completar la vacunación. LA GACETA EN PROCESO. Los estudios le permitirán al Gobierno combinar dosis para completar la vacunación. LA GACETA ARCHIVO

Actualmente, más de 1 millón de personas en el país están por cumplir cuatro meses a la espera de la segunda dosis de Sputnik V. Otros 5 millones se dieron la primera inyección semanas después de ese grupo. El ingreso del linaje delta obligó a fijar el intervalo entre colocaciones en dos meses, cómo mínimo. El anuncio de ayer de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, sobre la posibilidad de intercambiar de manera "voluntaria" las vacunas plantea interrogantes. ¿Qué hacer? ¿Esperar que lleguen las tres millones de dosis del componente dos de Sputnik producidas acá? ¿Aguardar a que Rusia acelere la entrega? ¿O entregarse al pinchazo cuanto antes? La infectóloga Aída Torres, directora médica del Centro de Estudios Infectológicos y Vacunación de Tucumán (Ceivac), cree que las combinaciones pueden y deben hacerse. "Ante la urgencia, se puede vacunar perfectamente con AstraZeneca a quiénes recibieron Sputnik V. Hay muchos antecedentes de combinaciones múltiples de vacunas. No veo ningún problema". Torres hace incapié en que las nuevas variantes son mucho más agresivas que el virus original. Eso produce una aceleración de los contagios, dice. "El grupo etario más afectado es el que sale a trabajar. Y aunque estas personas tengan síntomas leves o sean asintomáticas, contagian a otras", agrega.

Se ha podido demostrar que estos planes de combinación generan una respuesta inmune que es tan buena como la de las estrategias normales y esto permitirá que más personas completen la inmunización.

La mayoría de las vacunas contra la enfermedad respiratoria que produce el covid deben administrarse en dos dosis. Pero como se mencionó anteriormente, varios estudios respaldan la idea de que ciertas combinaciones desencadenan una respuesta inmune similar o incluso más fuerte. A medida que se acumulan investigaciones, los países van volcándose hacia la tendencia de mezclar. Pero hasta el sábado último, no se conocían pruebas con Sputnik.

Ese día, el Gobierno argentino contó que la combinación de las vacunas Sputnik V con Sinopharm y AstraZeneca no tiene efectos adversos graves, según un estudio preliminar difundido por el Ministerio de Salud bonaerense. El 41 % de las personas que se aplicaron esas combinaciones no tuvieron ninguna sintomatología relacionada a la vacunación, el 8 % refirió febrícula y dolor de espalda y el 50 % dolor en la zona de aplicación. De la población estudiada, el 28 % fueron mujeres y el 71 %, varones. La media de edad rondó los 49 años.

El ensayo realizado midió la reactogenicidad (si la vacuna genera síntomas en las personas) y la inmunogenesidad (la cantidad de anticuerpos que se producen). Según pudo saber el diario La Nación, el primer corte de 14 días demostró que la combinación de Sputnik V y AstraZeneca mostró niveles de inmunogenicidad similares a si una persona hubiese recibido el segundo componente de Sputnik V. Con Sinopharm, en cambio, no se alcanzaron los mismos niveles. Por eso, esta última vacuna fue rechazada.

El anuncio estuvo encabezado por Vizzotti. En resumen, dijo que una persona que tiene primera dosis de Sputnik V podrá optar por recibir como segunda dosis la de AstraZeneca o Moderna. En tanto, quien tiene una dosis de AstraZeneca podrá optar por recibir como refuerzo la de Moderna.

A través de un documento, titulado "Recomendación sobre esquemas heterólogos de vacunación Covid-19", la cartera que conduce Vizzotti indicó a las provincias y los centros de salud cuáles serán los criterios que se aplicarán para el intercambio, los plazos mínimos entre dosis y quiénes serán los primeros en poder acceder a esta posibilidad, que será optativa.



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