31 Julio 2021
El Dr. René Favaloro, al quitarse la vida por la suprema angustia de no poder cumplir con su palabra de pago a acreedores, nos dejó un ejemplo de entereza moral insuperable. Pagó las culpas de un Estado ciego, sordo y mudo que, irrespetuosamente, ignoró su lucha titánica en favor, no sólo de Argentina, sino también de la Humanidad. Como lo expresó el Dr. Marcotulio, fue un prócer en vivo que aún hasta hoy no fue debidamente reconocido. No en el mundo científico, donde brilló y su luz inspira aún, sino en el ámbito político, lugar desde donde deberían partir las loas a su patriótica trayectoria. No fue así y perdimos la oportunidad de hacer resaltar un valioso ejemplo de abnegación dedicación y esfuerzo en favor de la humanidad. Su nombre no figura en los libros de enseñanza primaria ni secundaria, confirmando que nuestra deficiencia en el área educativa deja mucho que desear. Favaloro, tal como Belgrano, San Martín, Dr. Ochoa (premio Nobel) y tantos otros ilustres nombres, nunca estarán en el bronce del ejemplar reconocimiento, mientras la formación intelectual y moral del pueblo sea manejada por "pequeños" hombres. Seguiremos por la borrosa huella del interés personal como meta. ¿Y el país? Bien, gracias.
Darío Albornoz
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