Simpleza y contundencia

Simpleza y contundencia

En un partido entre equipos goleadores, sólo el “Millonario” estuvo a tono con ese cartel.

GANADOR EN SUELO “GRANATE”. Los ataques de River fueron más efectivos, ante una defensa que se vio desconcentrada. prensa carp GANADOR EN SUELO “GRANATE”. Los ataques de River fueron más efectivos, ante una defensa que se vio desconcentrada. prensa carp

¿Qué se puede esperar de un partido en el que se enfrentan dos de los equipos con las delanteras más goleadoras de un torneo? Claro, un show ofensivo. La previa del Lanús-River de anoche se “vendió” con ese perfil, pero también con otro afiche: en las formaciones de ambos equipos se iban a alistar jugadores con la “pólvora” siempre seca para vulnerar arcos rivales. José Sand (cuatro tantos), José López (2) -por el lado del local-, Matías Suárez (2) y Braian Romero (1) -por el visitante- daban una motivación extra para seguir de cerca lo que habría de suceder en La Fortaleza del sur de Buenos Aires.

Paradojas del caso. No fue sino hasta los 20 minutos que alguno de los citados protagonistas tuvo por fin un gol servido. Pero Sand perdió su chance. Todo un augurio de lo que habría de vivir el correntino en la gélida noche de fútbol caliente.

Ni Suárez ni Romero. Para River, Bruno Zuculini rompió recién a los 30’ lo ilógico que estaba siendo el trámite de un partido que prometía goles y no los tenía -y encima con escasas llegadas-. Eso sí, el tanto fue gentileza del delantero cordobés, que habilitó tras recibir un saque-pase de Franco Armani; fueron tres toques en 15 segundos.

Once minutos después, ni Suárez ni Romero para poner el 2-0 para el equipo de Marcelo Gallardo. Esta vez, Nicolás De la Cruz fue quien convirtió un golazo tras gran pase de Zuculini.

Se dice que la esperanza es lo último que se pierde. Por eso, esperar por goles de los cuatro atacantes de la promoción pre partido no era una quimera. Pero... fue otra vez De la Cruz el que apareció a los 6’ tras gran jugada de Jorge Carrascal (luego de un grueso error del arquero Lucas Acosta).

¿Partido liquidado? Quedaba mucho por delante, entre un desteñido Lanús y un inspirado River. Casi que le sobraron 40 minutos al pleito. Ah, de los “cuatro en foco”, poco y nada. Suárez se retiró con una molestia, Sand fue reemplazado, Romero y López también. Por ese lado de la promesa de show, un fiasco. Tanto como lo insulso que propuso Lanús. Lo que salvó el lance fue, al menos, la propuesta general de River: simple y contundente. El 3-0 lo dice todo.

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