22 Julio 2021
Un espacio público, por su esencia, es susceptible de recibir la opinión de cualquier ciudadano no importa su edad o su nivel cultural. Un niño podría reclamar que faltan juegos, un barrendero que faltan cestos de basura, un discapacitado podría sentirse discriminado ya que no fue incluido en el diseño, un turista podría decir que adolece la falta de baños públicos, tal vez a una persona de la tercera edad le gustaría sentarse bajo la sombra de un pergolado, quien suscribe podría opinar, como arquitecto, sobre el diseño. Cualquier ciudadano está en su derecho de opinar sobre un espacio que es de todos, y que, lejos de la soberbia a la que alude el periodista Turpe, el común de la gente opina sobre la base de lo que verdaderamente es, el auténtico usuario de ese espacio, esto le asigna todo el derecho a expresarse. Como participación ciudadana se debería haber convocado a distintos profesionales del medio a un concurso de ideas para el rediseño del mismo. Disculpe Sr. periodista, lo que Ud. denomina “ignorancia colectiva” en realidad es “sabiduría colectiva” por cuanto los espacios se crean para la necesidad de la gente y no para el capricho de unos cuantos.
Sergio Carelli
Pasaje Miguel Lillo 131
Yerba Buena
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Tucumán
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