Vacaciones: cocinar les da placer a los chicos y también les abre nuevos horizontes

Vacaciones: cocinar les da placer a los chicos y también les abre nuevos horizontes

Ideas para estos últimos días “a full” en casa, antes de recuperar la normalidad escolar. Aprovechá la cocina para reforzar sus habilidades y crear otras.

COCINERITOS. Preparar sus propios alimentos permite experiencias nuevas y ejercitar, por ejemplo, matemática. COCINERITOS. Preparar sus propios alimentos permite experiencias nuevas y ejercitar, por ejemplo, matemática.

La idea es descansar estos días que nos quedan, tratar de escaparles a las pantallas, hacer actividades en familia... ¿Qué mejor si además los “peques” aprenden (y quizás nosotros también) cosas que no les enseñan en la escuela y entrenan habilidades, y al mismo tiempo generan hábitos de alimentación saludable?

Cocinar juntos abre la posibilidad de ampliar el paladar de los chicos, y que así su placer por la comida no se quede “anclado” en los fideos o en las hamburguesas con ketchup y papas fritas. Cocinar juntos también puede ayudar a despertar la curiosidad por probar su “obra maestra”; y en general, quedan encantados. Y además (dependiendo, claro, de la edad de los “pequeños chefs”) una “pasantía” por la cocina puede servirles para muchas cosas más que sólo entretenerlos.

Alimentación saludable

Empecemos por las principios básicos.

“Para que una alimentación sea ‘buena’ la clave es que sea lo más variada y equilibrada que uno pueda pagar. Porque hay que ser realistas, y tener en cuenta las limitaciones económicas y de gustos”, explica la licenciada en Nutrición Romina Pereiro. “Es importante, porque en la comida también va implicado el placer -agrega- y la mejor manera de lograrlo es que el menú sea ‘de autor’, una creación con lo que le gusta a cada familia”.

“Para los chicos involucrarse en la preparación de sus alimentos es un gran proceso de descubrimiento (de sabores, de ingredientes) y de desarrollo de habilidades, como las motrices, por ejemplo”, agrega la nutricionista tucumana Laura Cordero, doctora en Salud Social y Comunitaria.

Otros aprendizajes

Además de crear nuevos (y mejores) hábitos alimentarios, participar de la preparación de sus alimentos los ayuda a ejercitar -sin que se den cuenta- habilidades muy importantes.

Por ejemplo, al seguir los pasos de una receta logran cumplir instrucciones cada vez más complejas, desarrollan la atención y enriquecen su lenguaje con palabras nuevas. Además, al ser los “productores”, ganarán autoconfianza.

Otros dos ejercicios pueden también redundar en la mejora de las tareas escolares al regreso de las vacaciones: leerte las recetas en voz alta y ser “secretarios” del armado de las listas de compras al tomar nota de lo que hace falta en casa, lo que será una buena práctica de la escritura.

Por otro lado, aprender a pesar y calcular ingredientes es seguro hasta para los más chiquitos, y en los casos más complejos puede transformarse en un modo distinto de hacer cálculos matemáticos.

Y por último, entrenarse en la importancia de lavarse las manos antes de empezar a cocinar y -fundamental como hábito de respeto por el otro- a dejar todo ordenado luego, les servirá toda la vida, así como poner la mesa para todos y levantar las cosas (¿y por qué no lavarlas, con ayuda de un banquito y con el delantal de cocina puesto?) luego de comer.

Sobre estas bases queremos proponerte tres ideas que puedan resultarles -a todos- divertidas, sanas y nutritivas.

Carrot cake en taza

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Para preparar cada tortita, harán falta tantas tazas aptas para microondas  como comensales. En cada una, colocar 1 huevo y, después de batirlo bien,  agregar 2 cucharadas de manteca derretida. Luego vamos a incorporar 4 cucharadas de harina, 3 cucharadas de azúcar y tres cucharadas de zanahoria rallada finita. Mezclar con un tenedor y añadir 2 gotitas de esencia de vainilla y 1 pizca de canela. Mezclar de nuevo bien y cocinar en el microondas a máxima potencia durante 2 minutos.

Galletitas de algarroba

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En un bol batir bien dos huevos, una cucharadita de vainilla, 120 gr de azúcar de morena y 95 cc de aceite neutro. Añadir 250 gr de harina integral, 100 gr de harina de algarroba y una cucharadita de bicarbonato de sodio. Formar la masa con las manos, taparla y dejarla descansar media hora. Hacer bollitos con las manos e ir formando galletitas. Acomodarlas en una asadera enmantecada y llevarlas al horno precalentado (180°) unos ocho minutos. Retirar y dejar enfriar sobre una rejilla cinco minutos más.

Albóndigas diferentes

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Poner a remojar la noche anterior 200 g de garbanzos; enjuagar y hervir hasta que estén tiernos, y procesarlos junto con una cebolla mediana; añadir 1 huevo crudo. Poner en un bol y agregar 500 g de carne molida, 1/2 cucharadita de orégano seco,  2 cucharadas soperas de queso rallado, sal y pimienta a gusto. Amasar hasta que todo quede bien integrado (mojar las manos antes para que la mezcla no se quede pegada). Hacer bolitas y cocinarlas en una salsa de tomate. Se pueden acompañar con arroz o con puré.

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