“Okupas” llega a Netflix con nueva banda sonora

“Okupas” llega a Netflix con nueva banda sonora

La recordada serie de Bruno Stagnaro se estrenó en 2001, pero toca temas que trascienden esa época.

UN SUBMUNDO. Rodrigo de la Serna encabezó el joven elenco de “Okupas”, que convive en una casa familiar abandonada, cerca de la violencia. UN SUBMUNDO. Rodrigo de la Serna encabezó el joven elenco de “Okupas”, que convive en una casa familiar abandonada, cerca de la violencia.
20 Julio 2021

La plataforma de streaming Netflix suma hoy un nuevo título de producción argentina a su catálogo. Y esta vez lo hace con una serie que fue bisagra en la historia de la televisión nacional hace 21 años.

“Okupas” fue protagonizada por Rodrigo de la Serna, Ariel Staltari, Diego Alonso y Franco Tirri, integrantes de un grupo de jóvenes de clase media empobrecida. El argumento comienza cuando a un veinteañero, un familiar le encarga el cuidado de una vieja casona porteña para evitar que fuera ocupada, aunque acaba siendo él mismo, sin perspectivas ni horizontes, quien junto con unos amigos se convierte en el “okupa” del inmueble. A partir de entonces, se narran sus aventuras en contacto con el mundo criminal, las drogas y la amistad.

Desde su estreno ha tenido repeticiones en varios canales y hasta un seguimiento fanático en YouTube, donde la serie puede encontrarse de forma ilegal, con copias en mal estado. Ahora debuta en el gigante on line remasterizada y con nueva banda de sonido.

“Tengo la expectativa de que, independientemente de la capa externa del relato que está ubicada en el año 2000, el corazón de la historia es bastante atemporal. Sigue funcionando. No tiene que ver tanto con el contexto; el músculo lo trasciende porque tiene que ver con preguntas más universales, como encontrarse a uno mismo o tener un lugar de afecto”, dijo su director, Bruno Stagnaro, en entrevista con Télam.

El 18 de octubre de 2000, por el entonces Canal 7, se presentó el primer capítulo de “Okupas”. Para su relanzamiento, el vínculo entre la plataforma y el realizador comenzó hace cuatro años. “El proceso fue tan largo que en el camino fueron apareciendo herramientas de mejoramiento de la calidad de imagen que antes eran impensadas. Me pone muy contento que ahora se pueda ver de forma masiva y con una buena calidad de imagen y sonido”, explica.

Ocurre que el sonido estaba registrado en un formato fuera de uso y tardaron bastante tiempo para dar con una computadora que pudiera abrir las sesiones grabadas. Stagnaro convocó a la mismos técnicos que trabajaron hace más de dos décadas para poder mantener la atmósfera opresiva y liberadora original. Además, por restricciones legales, se debieron quitar varios segmentos musicales que funcionaban casi como un protagonista más de la historia. Se recuerdan las escenas del Pollo (Staltari) bailando a lo Mick Jagger o de Ricardo (De la Serna) flotando bajo el efecto de los estupefacientes. El platense Santiago Motorizado, voz líder de la banda Él Mató a un Policía Motorizado, compuso una nueva musicalización.

La temática y la empatía que los protagonistas irradiaban desde la pantalla dejaron un testimonio de lo que la década de los 90 había producido en las capas medias y bajas de la sociedad. “Quiero ver qué pasa ahora con la gente más joven. Hay un montón de códigos de hoy que se me escapan y pienso que pueden suceder en un territorio común. ‘Okupas’ no hacía eje en escandalizar la violencia como la violencia misma. Lo que vino después en la pantalla me resulta aburrido y no le encuentro matiz. Se tornó elemental, con una lectura un poco literal. Uno ve la explosión de series posteriores con temática marginal y la explotación con programas como ‘Policías en acción’ y la verdad es una pena”, señala.

El director tomó como referencia en la construcción de su protagonista a “Crimen y castigo”, de Fiodor Dostoievski. “Un tema que me influyó mucho es el personaje torturado que, buscando la luz, termina en zonas oscuras. Lo siento como una influencia, aunque no lo tenía tan presente en términos concretos; pero sí, me formó mucho esa sensación de los claroscuros... tratar de entrar en la contradicción. En cualquier cosa que quiera escribir, Dostoievski viene conmigo”, concluye.

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