11 Julio 2021
El domingo pasado se publicó un comentario de El partido, libro en el que el periodista Andrés Burgo reconstruye el recordado cotejo entre Argentina e Inglaterra en el Mundial de 1986. En la reseña se resalta el denominado “gol del siglo”, que tanta polémica suscitó recientemente a partir del pedido de aplauso que se hizo en medio de un debate de la Cámara de Diputados, en un contexto luctuoso como el de la pandemia. La figura de Maradona vuelve a ser eje de controversias en estos días con el uso proselitista que pretendería hacer de ella el gobierno nacional. Ya las había generado el año pasado con la multitudinaria despedida final en medio de la multiplicación de contagios de Covid.
Volviendo a “el partido”, hay en él dos caras de Maradona y de los argentinos. La genialidad individual del segundo gol y la avivada tramposa del primero. Acciones merecedoras, respectivamente, de admiración y repudio. Sin embargo, parece predominar una beatificación completa del personaje que no permite hacer distinciones.
La maniobra manual del primer gol fue destacada por su autor, con sorna y goce, reiteradamente a lo largo de los años. Y eso ocurría porque había un público celebratorio de ese paradigma de viveza.
© LA GACETA
JUAN JOSE FERNANDEZ
CÓRDOBA
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