Hace 50 años, Jim Morrison cerraba las puertas del infierno

Hace 50 años, Jim Morrison cerraba las puertas del infierno

Jim Morrison murió a los 27 años en París; fue enterrado sin autopsia. Fue un ícono de la contracultura de los 60 en Estados Unidos.

REBELDE Y PROVOCADOR. Artista maldito, Kim Morrison hizo un culto de la experimentación y de la psicodelia.  REBELDE Y PROVOCADOR. Artista maldito, Kim Morrison hizo un culto de la experimentación y de la psicodelia.

Escena 1: A orillas de la playa Venice en California pasean Jim Morrison y Ray Manzarek; el primero va leyendo un poema que escribió. Es agosto, en 1965. La cámara toma la imagen de la caminata, la expresión concentrada de uno y el entusiasmo del otro, pero también a una pequeña camarita que cargaba. La película “The Doors”, de Oliver Stone (estrenada en 1991), no se priva de exponer al grupo y a Morrison como verdaderos provocadores, a pesar de que el filme fuera criticado por la comunidad de los músicos.

El cantante y líder ya acumulaba textos de Nietzsche, Baudelaire, Ginsberg, Kerouac y hasta se había interesado por el Teatro de la Crueldad de Antonin Artaud (años después asistía a los espectáculos performáticos de The Living Theatre).

Escena 2: Entre las explosiones y el humo y fuego de las bombas de napalm, se escucha la voz de Morrison que comienza a cantar “The End”. Le impone un progresivo dramatismo in crescendo y, como era su costumbre, incluía letras, improvisaba. “El horror”, “El fin”. Fue en la película “Apocalypsis Now” (1979), de Francis Ford Coppola.

Escena 3: Jim, un joven de clase media nacido en Florida, se mudó a Los Ángeles y estudió cine en la UCLA. Eran compañeros con Coppola, precisamente, en un tiempo en el que ninguno había decidido su carrera y eran desconocidos.

Escena 4: en la mañana del 3 de julio de hace exactamente 50 años Jim Morrison fue encontrado en la bañera de su cuarto de hotel en París. Se habló de sobredosis de alcohol, de heroína. Pero no hubo autopsia. A esa versión oficial se le enfrentó otra que indica que el artista falleció en el baño de un club por infarto o por sobredosis.

¿Quién fue?

No solo fue Morrison un músico de rock; fue el emblema de la contracultura norteamericana. Desde joven se inició en el rito del peyote (planta alucinógena). Pero consumió cocaína, heroína, LSD y whisky, sin límites. Fue un militante del llamado “verano del ácido” (en rigor, fueron varios veranos).

Junto a Manzarek crean The Doors (extraído del título del libro de Aldous Huxley, “The Doors of Perception”). En seis años los músicos lograron una ascendencia increíble en una generación que celebraba y entraba en éxtasis con las actuaciones en vivo del grupo. Morrison se contoneaba en el escenario (a veces llegó a desnudarse, por lo que fue detenido), improvisaba en sus letras, insultaba a la Policía y a las autoridades, incitaba a la rebelión... Sus performances con un perfil místico y teatral hacían estallar a los jóvenes.

En los 60, la contracultura y el antisistema se había desarrollado en EEUU incluso más que en Europa en todos los ámbitos artísticos; y así como tuvo su expresión pacifista con los hippies, tuvo su manifestación política con las movilizaciones contra la guerra de Vietnam, por ejemplo. En una y otra influenciaba Morrison, quien no disimulaba su pertenencia, además, al mundo de La Factoría de Andy Warhol.

En una de sus letras escribió que más dolor había en la vida que en la muerte. “Me interesa todo lo que tenga que ver con revolución, desorden, caos, sobre todo acciones que aparentemente no tienen ningún fin”, declaró en numerosas oportunidades.

Todo lo que era experimental lo atraía su arte: música, teatro, drogas, etcétera. Así, fue representando a la contracultura en un momento en el que la psicodelia se extendía de Londres a Los Ángeles..

Cementerio

El mismo día que murió fue enterrado. En el Cementerio Père Lachaise de París se pueden visitar las tumbas de Oscar Wilde, Jim Morrison, Chopin, Yves Montand, Édith Piaf e Isadora Duncan, entre muchos otros conocidos personajes de la historia.

El cementerio es uno de los sitios que figura en la agenda turística y su tumba, muy cerca de la de Oscar Wilde, y es una de las más visitadas. Sus fans concurren siempre y dejan objetos (desde latas de cerveza a botellas de vino).

“Siempre tiene alguna flor, cigarrillos y vasos, porque van siempre jóvenes de todos lados; incluso se sientan a tocar durante horas. Me acuerdo que se genera tal confusión a veces que en el otro cementerio de la ciudad, el de Montparnasse tiene un cartel que anuncia ‘Aquí no está Jim Morrison’”, le cuenta a LA GACETA la tucumana Ofelia Wyngaard, quien residió en París durante los 90.

“Tenía una amiga eslovaca cuyo novio se había improvisado como guía en Pere Lachaise, y él llevaba a la gente a las tumbas más famosas, la de Morrison y está también Duncan; él decía que estaba enterrada junto al Bugatti en el que iba”, recuerda la psicoanalista y docente.

A principios de los 90, Wingaard estudiaba filosofía y coincidió con el estreno de la película de Stone. “El grupo The Doors tuvo un inmenso revival en ese momento y también por ese halo de poeta maldito del rock; eso nos gustaba y escuchábamos mucho”. añade.

Absuelto posmortem

Curiosamente, recién en 2010 Morrison fue perdonado por el delito de exhibición indecente, en Florida. Había sido condenado a seis meses de prisión y a una multa de U$S500 por desnudarse durante un concierto en Miami que se realizó en marzo de 1969.

Según la agencia de noticias DPA, al parecer el cantante no sólo se quitó la ropa sobre el escenario, sino que también intentó masturbarse. Nunca cumplió la pena de prisión. Porque antes de que se pudiera decidir sobre su recurso de apelación, el músico fue hallado muerto en la bañera parisina en 1971.

La Policía interrumpió numerosos conciertos de The Doors, que en ocasiones se convertían en violentos. Cuando su fama se fue apagando, los problemas de salud aumentaron. El alcohol y las drogas hicieron del que había sido un sex symbol un artista excedido de peso, con barba que tenía continuos problemas de respiración, evoca DPA.

El cantante se apodaba a sí mismo Mr. Mojo Risin; fue también llamado el Rey Lagarto, tomado de su poema “The Celebration of the Lizard”, el cual se incluyó en el álbum de 1968 de su banda, “Waiting For The Sun”.

En un verso del poema el músico escribió: “I am the Lizard King, I can do anything” (“Yo soy el Rey Lagarto, puedo hacer lo que sea”).

Los fans llegaron a interpretar que Morrison se refería a él mismo en el lugar ficticio que creó, a manera de personaje que se encargaba de difundir sus pensamientos. “No debemos olvidar que el lagarto y la serpiente se identifican con el inconsciente y las fuerzas del mal”, le decía a sus fanáticos, como advertencia o como anuncio.

Canciones imperdibles

- “Light my fire” (1967).

- “The End” (1967).

- “Riders on the Storm” (1971).

- “Strange Days” (1967).

- “Touch me” (1969).

- “Wishful Sinful” (1969).

- “Roadhouse Blues” (1971).

- “Hello, I Love You” (1968).

- “The Wasp” (1971).

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