Un histórico reclamo que se tradujo en una batería de propuestas

Un histórico reclamo que se tradujo en una batería de propuestas

La presión impositiva en Argentina es excesiva y ahoga a la actividad y la iniciativa privada, únicos generadores genuinos de riqueza. El crecimiento económico depende de la creación y desarrollo de un ambiente propicio de negocios que facilite e incentive el surgimiento de nuevos emprendimientos y el crecimiento de los existentes. Desde los pequeños negocios a los grandes proyectos, todos sufren de una presión fiscal que paraliza la iniciativa. De esta manera, la Mesa de Diálogo, convocada por el Arzobispado de Tucumán, y conformada por una docena de instituciones privadas, académicas y profesionales, universidades y sindicatos ha presentado al Poder Ejecutivo y a la Legislatura una batería de medidas fiscales que tienden a bajar la carga fiscal, con el fin de mejorar la competitividad de Tucumán respecto de otras provincias del país.

El documento, al que accedió LA GACETA, expresa que la presión impositiva tucumana es mayor aún que en el resto de las provincias, pero no solo por las altas alícuotas, sino por los sistemas de percepción y retenciones que incrementan las tasas efectivas y generan un sin fin de complicaciones que desincentivan a cualquiera que pretenda realizar negocios en la provincia.

El 4 de Diciembre de 2020 las provincias y la nación decidieron prorrogar la suspensión del pacto fiscal 2017 por un año más, mediante la firma del Consenso Fiscal 2020. Posteriormente, la Legislatura provincial aprobó una ley ratificando esta decisión. El pacto fiscal 2017 establece pautas para la eliminación gradual de impuestos a los Sellos, la eliminación inmediata de impuestos provinciales sobre la nómina salarial y mecanismos de compensación automáticos para los saldos a favor en Ingresos Brutos, entre otras medidas que alivian al contribuyente. “Nuestros representantes tuvieron la oportunidad de cambiar en apoyo del sector privado, pero decidieron mantener el status quo”, indicaron Agustín Zeppa, Javier Federico Díaz, Dolores Castoldi y Fernanda Carrasco (Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán), Clemente Babot y Nahuel Ríos (Federalismo y Libertad y FET); Santiago Nougués (Sociedad Rural de Tucumán); Leandro Stock (Federación Económica de Tucumán) y Francisco Rodolfo Alarcón de la Pastoral Social Arquideocesana. Los cambios solicitados por estas entidades se focalizan en los tributos provinciales. Sin embargo, los impuestos a nivel nacional deben formar parte de una propuesta más amplia, aclararon los autores de la iniciativa plurisectorial.

Así por ejemplo, los impuestos al trabajo incrementan los costos laborales y por lo tanto desincentiva la contratación y/o formalización de trabajadores. En nuestra provincia, la cantidad de trabajadores informales supera el 45%. Otro ejemplo, son el impuestos a los débitos y créditos bancarios, que también fomentan la informalidad y suman a los problemas provinciales en ese sentido. Las retenciones a las exportaciones de productos agrícolas afectan sobremanera a los productores locales al disminuir el precio que reciben por sus productos.

Otro tema pendiente es la reforma de la coparticipación federal, que la Constitución de 1994 mandó a modificar. Se debe buscar un sistema centrado en la correspondencia fiscal donde las provincias y municipios tengan incentivos para gastar eficientemente.

El sistema impositivo de la provincia desalienta las inversiones y genera costos operativos y financieros que dificulta hacer negocios en Tucumán. En el proyecto presentado por la Mesa de Diálogo se enumeran para cada impuesto los problemas que generan y que deben ser resueltos para generar competitividad fiscal en la provincia, punto inicial y fundamental para el crecimiento de Tucumán que impactará en la mejora de la calidad de vida de sus habitantes, puntualizaron los profesionales que trabajaron en la iniciativa.

La competitividad es importante, porque es el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país. La productividad es el principal factor que conduce al crecimiento y aumenta los niveles de ingresos. Y los niveles de ingresos están relacionados estrechamente con el bienestar humano. Básicamente, el aumento de la competitividad significa aumento de la prosperidad, resaltó Babot.

El sistema impositivo debe procurar minimizar las interferencias con el funcionamiento del mercado. Todos los tributos introducen algún tipo de distorsión y de este modo alteran la asignación de recursos generando ineficiencias que se traducen en un menor potencial de consumo y bienestar para la población o incluso reducen el potencial de crecimiento de la economía. Sin embargo, los tributos deben permitir hacer frente a las erogaciones del Estado de modo de cumplir con sus objetivos de política, incluso una distribución más equitativa del ingreso y la riqueza. Y los impuestos deben ser simples para facilitar la tarea recaudatoria, puntualizaron tanto Babot como Alarcón.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios