Machismo en los medios: la importancia de hacerlo notar

En el segundo resumen de la semana que presentó el programa Sobredosis de TV (C5N, sábados a las 21) que conducen Elizabeth Vernaci y Juan di Natale, se presentaban diversos “furcios” emitidos por conductores e invitados de la TV argentina. Allí, con el título “ ‘Dinosaurios ¿vivos?’ al fin fue eclipsada”, se presentaban los “bloopers” de la farándula local. Al finalizar, “La Negra” Vernaci no pudo callarse: “Tengo que decir que no me gustó el informe. Bastante, bastante machista. Pusieron solo a las mujeres, está mal. Hay mucho pelotudo que dice cualquier cosa. Acá tenemos un montón de señores que dicen forradas todo el tiempo. Hubiesen abierto más el juego”, dijo mitad en serio y mitad riendo. Su compañero Di Natale quiso salvar el momento asegurado: “lo bueno de este programa es que te da revancha. La semana que viene podemos tener un informe con pelotudos como nosotros diciendo pelotudeces”, dijo y fueron a la pausa riendo los dos.

En el informe se plasmaban desde el día que Susana preguntó si habían encontrado vivos a los dinosaurios en la Patagonia, hasta el comentario reciente de Juana Viale sobre si el “cuidar su quinta” era literal o no. Más de 90% de los bloopers expuestos eran cometidos por mujeres en su papel de conductoras o entrevistadas. La pregunta que nos surge como espectadores era obvia: ¿solo ellas cometen errores? Y la respuesta obvia también: no.

El tema es que, con ojos e intenciones deconstructivas, debemos repensar cómo se presentan a las mujeres en la TV argentina luego de haber pasado décadas enteras dominadas por los humoristas que utilizaban a las mujeres como objetos o simples secretarias detrás del protagonista masculino de turno.

Más allá de los signos políticos, el ejemplo de visualización y corrección de costumbres machistas que da en los medios Victoria Tolosa Paz es digno de aplaudir e imitar. La presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales es increpada en cada programa al que asiste. Con paciencia, altura y argumentos brinda su punto de vista y no se detiene ante las bravuconadas que le imparten los hombres. “Es más difícil discutir con ella porque es mujer, es bonita”, le dice el diputado nacional Fernando Iglesias a Tolosa en un programa de debate en TN. En otro, Luis Brandoni se levanta de su silla a hablarle mientras ella permanece sentada, señalándola amenazante con el dedo índice en un programa de Crónica. En otro programa de TN el economista Roberto Cachanosky la increpa sobre sus títulos: “estudiá economía primero, ¿vos qué sos?”, le consulta no ingenuamente a lo que ella responde firme: “estamos en una época en donde las mujeres podemos hablar de política y economía”. Los hombres que compartieron algún programa político de debate con ella llegaron a decirle que se vaya a su casa o que la dejaban hablando sola porque querían ir al baño, una falta total de educación y ubicación. En una entrevista reciente Tolosa Paz aseguró que no puede creer lo que le genera una mujer discutiendo: “No se dan cuenta. Estoy acostumbrada a eso pero me sale naturalmente no dejarlo pasar y hacerlo notar”, dijo.

Los medios de comunicación constituyen una herramienta esencial para modificar hábitos individuales y colectivos que puedan llevar a nuestra sociedad a un cambio que permita el reconocimiento de costumbres machistas que menosprecian a la mujer por su género. Es en estos lugares en donde el cambio se debe comenzar a construir.

Los cambios socioculturales se dan de manera paulatina, con acciones concretas y realizadas a conciencia. Así, la estructura social es la que se encuentra en jaque, cuando un grupo comienza a modificar la concepción del mundo o las costumbres arraigadas y las cuestiona. Una comunidad puede adherirse conscientemente a lo que se desea cambiar y trabajar en pos de ello: generando las acciones que se requieran para cambiar alguna regla o convención de la sociedad y así mejorar las oportunidades para la mayoría de la sociedad.

Es que, para generar un cambio cultural, es insostenible mantener ciertos paradigmas o modelos en la TV que se consume en un país. ¿Y quiénes deben exigir promover ese cambio? Productores y conductores primero y, luego, el público que siempre tiene la opción de consumir o no determinados productos cuando considera que no fluyen acordes a los tiempos de hoy.