Presionado por el kirchnerismo, Fernández busca respaldo en Europa

Presionado por el kirchnerismo, Fernández busca respaldo en Europa

El Presidente cruzó el Atlántico con Martín Guzmán para encontrar aliados en su negociación con los acreedores.

EN LISBOA. Fernández llegó a Portugal con Fabiola Yáñez.  EN LISBOA. Fernández llegó a Portugal con Fabiola Yáñez.

Alberto Fernández arribó al viejo continente y dejó atrás una semana turbulenta para su gobierno. En suelo europeo intentará olvidarse del fallo de la Corte Suprema de Justicia, que determinó la violación por parte de Nación a la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires en relación a la suspensión de las clases presenciales; también buscará tomar un respiro a la puja que mantiene con el sector empresarial, al que hace horas atrás acusó de no aportar a la comunidad en medio de la pandemia; e intentará descansar de los conflictos internos del frente gobernante.

Este último punto será el más difícil de cumplir porque Fernández estará acompañado del ministro de Economía, Martín Guzmán, uno de los nombres que más chispazos encendió en el espacio político. La renuncia que no fue del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, y las negociaciones que está desarrollando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París calaron hondo en el núcleo kirchnerista de la gestión.

La comitiva presidencial aterrizó ayer en Lisboa. Desde la capital portuguesa donde se reunió con el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, Fernández sostuvo que durante el viaje pretende “ratificar acuerdos con Europa para que nos apoye en el desarrollo argentino”. En las próximas jornadas, la agenda del mandatario continuará por Madrid, París, Roma y Ciudad del Vaticano. De esta manera, Fernández mantendrá reuniones con importantes mandatarios y volverá a verse con el Papa Francisco, después de las tensiones producidas por la aprobación del aborto. “La crisis interna por la que atravesó el gobierno, con impactos externos también entre Guzmán y el subsecretario de Energía, es decir entre Guzmán y el kirchnerismo, no solo tuvo impacto local. También hubo un fuerte impacto en el extranjero”, dijo el analista político Benjamín Gebhard.

En diálogo con LA GACETA, el titular de la consultora WE sostuvo que los acreedores internacionales buscan “que el interlocutor elegido por el gobierno sea válido y cuente con consenso y legitimidad” para aplicar lo que se negocia en las reuniones.

Ante la dificultad de cancelar con reservas del Banco Central los vencimientos de capital de 2020, lo que Guzmán planea, con el aval de Alberto Fernández, es utilizar los Derechos Especiales de Giro (DEG) como forma extraordinaria de pago. Y así se evitaría una pérdida escabrosa de las reservas del Central.

A mediados de marzo, el titular de la cartera económica había destacado la decisión del Fondo Monetario Internacional de aumentar los derechos especiales de giro a los países miembros del organismo para mitigar los efectos de la pandemia de coronavirus. El monto asignado al país fue de US$ 4.354 millones, lo que equivalió al 0,67% del capital que tiene Argentina sobre la cuota de participación del Fondo.

Con la gira por Europa, el presidente y uno de sus hombres de confianza dentro del gabinete buscarán que algunos de los países más poderosos del FMI acepten esta modalidad de pago. “El acompañamiento de Alberto a Guzmán tiene que ver con la necesidad de darle estabilidad y un respaldo político público al ministro con el objetivo de generar confianza y aliados” remarcó Gebhard. Y agregó: “así buscarán decirles a nuestros acreedores ‘ustedes no creen en nosotros, pero miren que los actores que nos recibieron sí tienen confianza y nos acompañan. Son actores que no solo son garantes de que somos confiables, también tienen peso en los organismos internacionales”.

Las presiones internas del oficialismo fueron arduas estos días. Lo sucedido en la Cámara de Senadores es una fiel muestra de ello. El oficialismo avanzó con un proyecto de declaración que insta al ministro de Economía a que el próximo desembolso del FMI, se utilice para atender gastos generados por la pandemia y no para pagar deuda.

Durante el debate del proyecto en comisiones, Oscar Parrilli, autor de la iniciativa, defendió la propuesta y negó que ella tenga como objetivo entorpecer las negociaciones. “Hemos visto que hay algunos operadores, economistas, que están aconsejando imponer en la opinión pública la necesidad de que como están por delante vencimientos de una deuda irresponsablemente tomada por la gestión anterior, sería conveniente destinar estos fondos para afrontar esos pagos”, señaló. Además, consideró que “si el FMI nos asigna esa plata y resulta que la usamos para pagarle créditos, no estamos solucionando ningún problema”.

El proyecto solo tiene fines declarativos, pero es claro que un importante sector del Frente de Todos ya marcó la cancha y envió una advertencia.

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