Semana turbulenta
Semana turbulenta

Se cruzó un límite. No hay vuelta atrás. Insalvable. Las diferencias son irreconciliables. Dirigentes del oficialismo provincial, de un lado y del otro, repiten estas apreciaciones sobre la pelea entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo. Sienten incertidumbre, preocupación y enojo: es en lo único en lo que parecen coincidir por estas horas manzuristas y jaldistas. A dos meses del estallido, la interna en el justicialismo gobernante tuvo una de sus semanas más duras y se espera que la que comienza sea similar. O quizás peor ¿Por qué? Los legisladores de ambos espacios se verán frente a frente en el recinto de la Cámara. No es la primera vez que esto sucede desde que están divididos en dos bloques, pero las condiciones cambiaron porque la distancia se profundizó. El encuentro no será en una sesión común. El ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, deberá responder el jueves a una serie de cuestionamientos sobre su gestión. Un ministro de Manzur deberá dar explicaciones por impulso de los legisladores afines al vicegobernador. Si bien el plato fuerte de las internas estuvo en el justicialismo gobernante, Juntos por el Cambio (JpC) tuvo un capítulo clave por la conformación de su mesa política.

Irritación e incertidumbre

La sesión en la que se selló la citación de Lichtmajer tuvo otros dos condimentos que repicaron en la Casa de Gobierno. Mientras la mayoría del bloque Lealtad Peronista explicaba en el PJ ante las cámaras por qué no estaba en el recinto, en la Legislatura el jaldismo hacía dos jugadas sorpresivas. Desplazó al manzurismo de la mesa de conducción (Gerónimo Vargas Aignasse dejó de ser vicepresidente primero) y modificó la composición de la comisión de Juicio Político (sacó a Julio Silman y a Reneé Ramírez). Este último punto fue el que más irritó. En el Ejecutivo el cambio fue tomado como una “amenaza”, porque afirman que Jaldo se aseguró el quórum. Según el artículo 47 de la Constitución Provincial, es el organismo que puede dar curso a la acusación para enjuiciar políticamente a autoridades como el gobernador y el vice; los ministros o los jueces de la Corte.

En el Ejecutivo consideran que estas acciones consagran a Jaldo como el principal opositor a la gestión. Mientras, preparan la estrategia para “acompañar” a Lichtmajer el jueves. El bloque se reunirá con él para analizar el material que se llevará a la interpelación. Los legisladores prometen que no se quedarán callados y que defenderán el trabajo del área y que aprovecharán para “decirle a Jaldo en la cara algunas verdades”. Varios de los otros ministros quieren asistir al recinto para apoyar a su colega y estaban esperando la venia de Manzur para hacerlo.  

Manzur se mostrará dedicado a la gestión, recorriendo el interior y con dirigentes. Seguirá cubriendo una agenda de actividades con Lichtmajer y recibirá al ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta. También está previsto que visite Tucumán el secretario de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.Las obras tendrán un protagonismo especial, porque se están comenzando a reactivar varios frentes con fondos federales. Algunos de ellos en la Capital. Manzur no dejó pasar la oportunidad de mostrarse con uno de los funcionarios más importantes del intendente Germán Alfaro (Partido por la Justicia Social-PJS). Invitó al secretario de Obras municipal, Alfredo Toscano, a una recorrida para supervisar un cambio de red cloacal al oeste de la ciudad. El mensaje fue doble: no sólo dejar entrever su buena relación con el alfarismo sino también con Toscano, un dirigente que cuando fue legislador fue cercano a Jaldo.  

Pintadas

El revuelo por los contratos tuvo ayer un reverdecimiento. El nuevo delegado de la CNRT, Luis Romano, denunció que Jaldo dio de baja una decena de contratos de militantes de su espacio, el MUP, que trabajaban con distintos parlamentarios y en comedores sociales. Según anunció la organización, harán una movilización, ollas populares y acamparán en las inmediaciones de la Legislatura hasta que los puestos sean restituidos. Durante la tarde de ayer, aparecieron leyendas con aerosol sobre las pintadas de Jaldo en paredes de la capital. Las frases dicen “Traidor” y están firmadas por el MUP.      

En la Legislatura, el jaldismo promete que mantendrá el perfil bajo hasta el jueves. Sostienen que todo cuanto sucedió es en respuesta a acciones previas del manzurismo. Causó especial molestia la ausencia del bloque Lealtad Peronista en la última sesión y la solicitada con el apoyo de los “institucionales” a Manzur.

Están convencidos de que el máximo error del manzurismo, desde la elección del Defensor del pueblo en adelante, es pretender controlar decisiones que son facultades del Poder Legislativo. Fuentes de la Cámara defendieron todas las medidas tomadas en la última sesión. Explicaron que la modificación en la mesa de autoridades se dio porque el mandato estaba vencido y que la nueva composición de Juicio Político está acorde a la nueva distribución de los bloques. Como vienen adelantando distintos parlamentarios cercanos al vice, los cambios en otras comisiones clave son inminentes.      

La novedad es que a principios de la semana Jaldo enviará formalmente al bloque manzurista una propuesta edilicia y de personal. Advierten, sin embargo, que será menos “generosa” que la anterior. Tras la baja de los 1.138 contratos, Jaldo y el presidente del bloque antagónico, Sergio Mansilla, se habían reunido y la oferta era devolver inicialmente el 60% de los empleados que tenían antes del conflicto. Fue rechazada. Ahora, dicen que el porcentaje será menor.    

En el jaldismo sostienen que la decisión política no es entorpecer la gestión de Manzur, sino hacer valer el rol institucional del Poder. No se identifican como opositores sino como otro espacio dentro del oficialismo. En cuanto al PJ afirman que no se irán de la estructura porque cuentan con prácticamente la mitad del Consejo y del Congreso y que harán valer esa representatividad.

Mesa opositora

La mesa política de JpC quedó constituida el viernes. En la convocatoria, organizada por el PRO, se acordó que del armado formarán parte el PRO, la Unión Cívica Radical (UCR), la Democracia Cristiana y la Coalición Cívica. Hubo algunos entredichos por la posible inclusión de Fuerza Republicana (FR), que avanza en un acuerdo con una parte del radicalismo, y por si se constituía la mesa y los alcances de esta determinación.

La idea que impulsaban radicales y macristas era replicar el armado que se dio en el ámbito nacional y que permitió mantener relativamente la unidad del espacio aún fuera del poder. En el ámbito local, naturalmente, hay matices distintos marcados por los antecedentes de las alianzas opositoras y por la procedencia de los principales dirigentes. Hay dos incógnitas que están poniendo un tope al avance de la construcción electoral. Por un lado, la interna de dos amplios sectores de la UCR. Si bien el diálogo habría mejorado entre las vertientes que lideran José Cano-Silvia Elías y Mariano Campero-Roberto Sánchez, aún hay puntos de desacuerdo. También hay grupos más pequeños de radicales que no están conformes con cómo se está manejando el partido. Por el otro, la gran expectativa es qué hará Alfaro. El PJS había participado de las citas anteriores, pero venía advirtiendo que no formaría parte de JpC como tal. Esto quedó en claro el viernes, cuando el intendente planteó que no estará formalmente, pero que tiene intenciones de ser un aliado. Fuentes del alfarismo vienen expresando que no les interesa quedar entrampados en la interna radical, pero tampoco en la del oficialismo provincial. Y este punto es fundamental

En parte de JpC venían sospechando que el jefe municipal no estaría en sus filas, por pedido de Manzur, y que iría a la contienda electoral solo con su propio partido para atomizar a la oposición. En la Municipalidad rechazan la posibilidad de ser funcional a la Casa de Gobierno por tener una buena relación institucional que, aseguran, es estratégica en medio de una pandemia.        

En una entrevista con LA GACETA Play el jueves, Alfaro fue tajante y despejó dudas. Dejó en claro que venía molesto con figuras de JpC porque pretendían “apurarlo” a conformar un espacio electoral sin charlas previas; cree que no es momento de hablar de candidaturas; seguirá en la oposición y continúa con la construcción de su propio espacio político con la vista en 2023.    

En JpC cayeron mal sus cuestionamientos y que la diputada del PJS, Beatriz Ávila, no haya concurrido. Durante el encuentro, la parlamentaria nacional estaba en el sur provincial cumpliendo una variopinta agenda junto a miembros de la línea radical que encabezan Raúl Albarracín y Sebastián Salazar.

No hay fecha para un próximo mitin, pero los partidos que acordaron comenzarán a trazar una agenda común de actividades y pronunciamientos.

El escenario político está tan turbulento que las previsiones pueden borrarse ante cualquier nuevo movimiento en el oficialismo y la oposición.

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