Quinoa: de Perú a tu plato

Quinoa: de Perú a tu plato

A pesar de que los pueblos originarios andinos cultivaban esta semilla hace miles de años (el rastro más antiguo la sitúa cerca de lo que hoy es Puno), nosotros la estamos redescubriendo, en la mesa y en los laboratorios: científicos tucumanos demostraron que se la puede considerar un superalimento por sus muchas “virtudes”: es el único vegetal que contiene todos los aminoácidos esenciales que necesitamos, minerales, fibra y proteína. Y no tiene TACC. Una vez cocida, puede esperar una semana en la heladera y meses en el freezer.

Guiso pulsudo con carne y verduras

Calentar 3 cucharadas de aceite neutro en una olla grande a fuego medio-alto. Cuando esté listo, agregar 1 taza de cebolla y otra de pimientos verdes, amarillos y rojos, todo picado y 1 diente de ajo, también picado. Cuando el sofrito esté, agregar 200 g de carne molida y revolver enérgicamente con cuchara de madera para que se mezcle bien; condimentar con pimentón y comino, y agregar luego una zanahoria mediana picada chiquita. Cocinar revolviendo ocasionalmente unos 10 minutos (hasta que la esté tierna la zanahoria), agregar 1/2 taza de puré de tomate y cocinar unos 30 segundos más. Agregar 2 tazas de caldo de verduras, junto con dos papas medianas cortadas en cubitos y 1 taza de quinoa lavada. Llevar el fuego a medio-bajo y cocinar revolviendo de tanto en tanto, para evitar que se pegue, unos 15 minutos, o hasta que las papas y la quinoa estén tiernas; de ser necesario, añadir caldo, para que quede jugoso. Al servir, decorar espolvoreando perejil fresco picado.

Flan de leche condensada: mejor, a baño de María

Llevar a fuego suave la flanera con 4 cucharadas soperas de azúcar, dejar que se derrita (moviendo el recipiente para que no se queme), retirar y dejar enfriar.

Mientras tanto, colocar 5 huevos en un tazón y batirlos muy bien. Añadir dos tazas de leche común y 1 lata de leche condensada; perfumar con esencia de vainilla (se puede añadir una pizca de canela molida) y agregar una taza de quinoa ya cocida y enfriada. Verter la mezcla en la flanera acaramelada y llevar al horno a baño de María por 1½ hora. También se puede hornear directamente por 45 minutos, pero el flan resultará menos jugoso. Esperar que se enfríe para desmoldar; derretir  el caramelo adherido a la flanera poniéndola unos segundos en la llama, y rociar con este el flan.

Galletas para la merienda: con naranja tucumana y avena

Mezclar en un bol 150 g quino cocida (unos 70 g en crudo) con 80 g de avena, 1 huevo, 1 cucharadita de canela, 60 g de azúcar, 40 de manteca (también se puede utilizar aceite de coco) y la ralladura de la cáscara de una naranja. Opcionalmente se pueden agregar pasas de uva rubia sin semilla. Mezclar bien con un tenedor. Con una cuchara mediana, tomar porciones de la masa y colocarlas en una asadera cubierta con papel de horno. No es necesario que queden demasiado separadas entre sí, pues la masa no va a crecer. Con el horno previamente caliente a 200ºC, hornear durante 15 a 20 minutos, hasta que las galletas estén doradas. Sacar del horno, quitarlas de la asadera y dejarlas sobre una rejilla hasta que se enfríen.

Para tenerla lista

Lavarla (no ponerla en remojo): así se elimina la saponina (sustancia que la protege de predadores, como pájaros, insectos, bacterias), explica el especialista Juan González, de la Fundación Lillo), que le da sabor amargo. Ponerla en un colador y hacer que el agua corra, varias veces, mientras se frota suavemente con la mano

Cocerla: suele hervirse en agua o caldo (400 g de quinoa en 800 ml de líquido), pero se puede tostar previamente en una sartén, lo que le dará suaves matices a frutos secos.

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