La muerte de Julio Coria: gloria eterna al gladiador "naranja"

La muerte de Julio Coria: gloria eterna al gladiador "naranja"

El ex pilar de Natación y del seleccionado tucumano dejó recuerdos imborrables, dentro y fuera de la cancha.

La muerte de Julio Coria: gloria eterna al gladiador naranja

Qué paradójico resulta para el rugby tucumano sentirse triste y llorar la partida de Julio Coria, que tanto disfrutaba de hacer reír a todos. Cada sonrisa que le arrancaba a alguien con su chispa de siempre era una conquista que para él valía como una victoria de las tantas que consiguió vistiendo la camiseta de Natación y del seleccionado tucumano. Será por eso que todos los clubes sintieron su pérdida como propia: porque aunque “Blanco” de corazón, fue un rival respetado en todas las canchas y protagonista de muchas de las batallas más inolvidables de la época dorada de los “Naranjas”. Desde hacía de semanas todos seguían con atención su delicado estado de salud, y aunque en los últimos días había experimentado una leve mejoría, finalmente falleció a causa del coronavirus ayer por la tarde, con apenas 62 años.

“Lo sentí mucho. Fue un compañero de grandes batallas y muy lindas épocas. Es un momento muy triste, pero lo tenemos que recordar con una sonrisa, como era él. Muy generoso y de un gran corazón”, lo describió un emocionado Ricardo Le Fort, quien junto a Julio y a Luis “Tumba” Molina forjó una hermandad que marcó una época y constituyó la primera línea más gloriosa de la historia del seleccionado. Se entendían de memoria y se le paraban de frente a cualquiera. Era una sociedad perfecta.

Hasta sus últimos días, Coria se desempeñó como dirigente de su club, Natación y Gimnasia, cumpliendo al mismo tiempo las funciones de protesorero y presidente de la Subcomisión de Rugby. “Es una gran pérdida para nuestro club. Es un emblema para nosotros. Estamos shockeados, porque estuvimos trabajando codo a codo hasta que se enfermó”, contó Néstor Díaz, presidente de los “Blancos”. “Excelente en todo: como persona, como jugador, como dirigente y como amigo. Siempre tratando de colaborar, desde las infantiles hasta el plantel superior. Además, amigo de todos los clubes. Abrazamos a la familia para que sigan adelante. Nosotros lo haremos, luchando para ver a Natación siempre arriba, porque es lo que él quería”, agregó Díaz.

Con el club decano del rugby tucumano, Coria tuvo una extensa trayectoria: jugó durante casi 20 años en la Primera (desde 1980 a 1999) y fue capitán del equipo que conquistó el bicampeonato anual en 1995 y 1996. Allí también tenía dos socios de primera línea: Javier Martínez y Omar Hasán. Este último, considerado el mejor pilar derecho en la historia de los Mundiales, aprendió muchos secretos del scrum a la par de Julio, a quien considera su mentor. “Me prestaba botines nuevos para que los ablandara. Compartimos giras y aventuras, en el club y en el seleccionado. Seguí a la distancia su evolución, y aunque tenía la esperanza de que superara esta enfermedad, no pudo ser. Siempre estará en mi corazón con sus ocurrencias. Se nos fue un jugador, un gran padre, un gran hombre con convicciones religiosas muy fuertes que siempre ayudó al prójimo”, lo recordó Hasán.

Aunque fue un símbolo de los “Blancos”, sus comienzos fueron “rojos”: fueron sólo dos años en Los Tarcos, del 77 al 79, aunque suficientes para dejar huella. Así lo recuerda Juan Carlos López: “eran sus comienzos, todavía no entendía nada del juego, pero era tan fuerte que nos reventaba a todos: a los rivales y a los compañeros. Por eso le pedíamos al viejo ‘Cacho’ Zelarayán que cuando hubiera que entrenar contacto lo pusiera aparte. Te mataba”. Con los “Rojos” sólo llegó a jugar en Segunda, ya que en Primera los tres de adelante eran inamovibles. “Por eso se fue a Natación, y mirá lo que llegó a ser. Me tocó sufrirlo de rival, pero también disfrutarlo en el seleccionado. Cuando lo entrenaba o daba charlas, no lo podía mirar porque me hacía reír. Una vez lo tuve que putear pidiéndole que la cortara, se me vino mirándome fijo y cuando estuvo frente mío me dio un beso el desgraciado. Anécdotas como esa, montones. Gran tipo, muy divertido”, testificó el “Pavo” López.

En sus 12 años con la “Naranja” ganó seis títulos argentinos (85, 87, 88, 89, 92 y 93) y enfrentó a las grandes potencias mundiales. Justamente, se despidió del seleccionado tras la durísima batalla contra Sudáfrica en Atlético. Aunque lo hizo sin avisar. “Me quise ir como llegué, en silencio”, explicó luego. Esa humildad también formaba parte de su personalidad.

Se retiró del rugby competitivo en el 99, y desde 2003 integraba los Old Virgins. “Nunca faltó a los entrenamientos. Él llevaba la pelota y la alegría”, lo recordó Miguel Reginato.

Marcelo Corbalán Costilla, actual presidente de la URT, aseguró: “su aporte al crecimiento del rugby tucumano fue enorme. Lo hemos perdido físicamente, pero sus historias y sus epopeyas con su club y con el seleccionado perdurarán para siempre”.

Memoria

“La UAR lamenta enormemente el fallecimiento de Julio Coria, Puma #414, que disputó cuatro partidos con Los Pumas, entre 1987 y 1989”, publicó la entidad madre en su cuenta oficial de Twitter.

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