La industria audiovisual reacciona a fuerza de talento, adaptabilidad y apoyo

La industria audiovisual reacciona a fuerza de talento, adaptabilidad y apoyo

La producción de cine, de series o de publicidad fue una de las áreas artísticas más golpeadas por la pandemia. El Gobierno lanza una promoción fiscal para generar inversiones.

La industria audiovisual reacciona a fuerza de talento, adaptabilidad y apoyo

Por sus características propias, la industria audiovisual fue una de las áreas más castigadas el año pasado por las restricciones impuestas ante la pandemia de coronavirus. A diferencia de otras expresiones artísticas, filmar una película o una serie lleva a una preparación previa que ronda los cuatro o cinco años antes de prender las cámaras, un financiamiento sustancioso y la reunión de un grupo humano numeroso en un mismo ambiente.

Los profesionales involucrados (técnicos, actores, personal de respaldo, encargados de traslados, catering, hotelería y una larga lista más de actividades involucradas) no tienen relación de dependencia, sino que facturan -y por ende, cobran- por proyecto, día o intervención (en el campo actoral, hay diferencias de retribución entre un personaje con y sin parlamento, por pequeño que sea -un “buenas noches”, por ejemplo-). Eso hizo que el parate de 2020 hasta fin de año implicó la ausencia absoluta de ingresos por meses en algunos rubros.

Desde octubre, el escenario comenzó a cambiar con los protocolos sanitarios que habilitaron el retorno a los rodajes. Y en este año, se intenta recuperar fuertemente el tiempo perdido. Todo indica que 2021 permitirá dar vuelta la página de un tiempo nefasto, aunque subsisten ciertos temores ante la segunda ola de contagios y se reivindica la importancia del apoyo estatal, según las entrevistas que realizó LA GACETA con varios integrantes de esta industria (ver los respectivos “Puntos de vista”).

Los testimonios de directores como Benjamín Ávila (admite que los técnicos tienen agenda completa por meses), el tucumano Pablo Schembri y el santafesino Polo Donatti (ganadores de premios el año pasado en Tucumán, el primero con el Gerardo Vallejo por “Zombies en el cañaveral”; y el otro en el Cortala por “El laboratorio”); y de los productores Sazy Salim y Pancho Casagrande (coinciden en la importancia de la vacunación para evitar contagios y permitir rodajes seguros con protocolos) permiten dibujar el cuadro de situación en la actividad, más allá de visiones más optimistas o pesimistas sobre el futuro inmediato.

De sus opiniones se desprende la existencia de un sector cultural pujante, en el cual la adaptabilidad y flexibilidad, la calidad profesional de sus integrantes, la posibilidad de reformularse y la variedad de sus propuestas (documental, ficción, publicidad, videoclip...) es reconocida dentro y fuera del país, con producciones internacionales que ven a la Argentina un territorio atractivo para filmar.

En cuanto a la actividad estatal, así como hay ilusión en ciertas acciones que se están adoptando en este sentido, hay reiterados cuestionamientos al Instituto de Cine y Artes Audiovisuales de la Argentina (Incaa) por falta de impulso en salir en auxilio urgente de la industria.

DE NUEVO AL RUEDO. Las filmaciones se retomaron en el país en octubre, con estrictos protocolos sanitarios. DE NUEVO AL RUEDO. Las filmaciones se retomaron en el país en octubre, con estrictos protocolos sanitarios.

Acuerdo transversal

La respuesta más sólida parece venir de otra área del Gobierno nacional, en vez del Incaa, como es el Consejo Económico y Social. Lo que parece imposible en otros ámbitos, en la industria audiovisual se concretó tras seis meses de encuentros: un acuerdo transversal entre los sectores de la producción, el sindical, la distribución, los empresarios, las plataformas digitales y las compañías internacionales posibilitó el lanzamiento del Plan de Contenidos Argentinos, una iniciativa oficial que procura el crecimiento de las producciones mediante la aplicación de un conjunto de beneficios fiscales.

Cuando se implementen integralmente las medidas anunciadas hace pocos días, la competitividad mejorará alrededor del 25% por la caída de los costos, en el marco de una estrategia que apunta a atraer a producciones internacionales que eluden rodar en el país y buscan otros destinos latinoamericanos (como Uruguay y Chile) por sus exenciones impositivas.

Los acuerdos alcanzados en el sector se orientan a la exportación tanto de producciones originales completamente realizadas en locaciones nacionales como de servicios que se presten a proyectos del exterior (entre ellos, las tareas de postproducción), que dejarán de abonar el 5% de la facturación en, precisamente, los derechos de exportación.

Además habrá reducciones de hasta el 70% en los aportes patronales para nuevos puestos de trabajo; y del 20%, del 40% y del 60% en el Impuesto a las Ganancias (la diferencia será el tamaño de cada empresa entre las grandes, medianas y micros, respectivamente); y la devolución del 21% del IVA en hasta 60 días.

Conceptualmente, las disposiciones se vinculan con la recientemente promulgada Ley de Economía del Conocimiento, y se articulan con el compromiso de las señales internacionales de paulatinamente incrementar la producción y la exhibición de contenidos nacionales, principalmente ficciones, que es el género más golpeado en los últimos años. Para financiar ciertas propuestas, el Estado creará un fideicomiso destinado a la generación de contenidos (principalmente series) destinados a los canales de aire.

En la presentación de Contenidos Argentinos, el presidente Alberto Fernández aseguró: “la crisis no nos detiene, nada nos frena; nos impulsa a lograr lo que más queremos, que es que nuestros actores y nuestras actrices vuelvan a trabajar a pleno”. Remarcó que el consenso alcanzado permite “diagramar el futuro, ver cómo somos capaces de tomar oxígeno, de respirar profundo y decir ‘allá vamos’, todos juntos”.

“Estamos generando una base, sin que salgamos aún de un momento muy angustiante para todos por la pandemia, para que el día que se retome algún tipo de normalidad podamos apretar un botón y existan condiciones para generar trabajo e industria en el sector”, aportó a su vez el secretario de Medios y Comunicación Pública, Francisco Meritello.

En declaraciones a Télam, el funcionario destacó que las medidas ayudarán a “los ficcionales, que son los grandes generadores de puestos de trabajo, pero también a los publicitarios; al software vinculado al entretenimiento, como los videojuegos; y a la prestación de locaciones y servicios para producciones del exterior”. Calculó que, en situaciones normales, los beneficios derivarían en inversiones del orden de los U$S 200 a 300 millones y la creación de unos 10.000 puestos de trabajo.

Meritello anunció también que se trabaja con las provincias para que se repliquen localmente las exenciones nacionales, por ejemplo en Ingresos Brutos o el otorgamiento de facilidades turísticas para armar un portfolio de ofertas federales para atraer rodajes.

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