Las manos también sufren los efectos de la pandemia

Las manos también sufren los efectos de la pandemia

El jabón y las soluciones de alcohol al 60% son claves, pero la piel necesita cuidados. Riesgo de dermatitis. Aconsejan usar crema y guantes.

PROTEGER. Llegar a casa, lavarse bien y entonces hidratar, es el consejo. PROTEGER. Llegar a casa, lavarse bien y entonces hidratar, es el consejo.

De todas las medidas de prevención para minimizar el riesgo de contagio de covid-19, la higiene de manos es la que mejor “prendió”. Las ventas de alcohol en todas sus presentaciones se dispararon, y se ve gente amontonada y sin barbijo, pero estrujando su pote de alcohol.

Aclaremos: el lavado de manos es fundamental. Fundamental, sí, con mayúsculas. No porque podamos infectarnos a través de la piel, sino porque las manos son la parte de nuestro cuerpo que más en contacto está con el mundo exterior.

“La covid-19 continúa propagándose a nivel mundial, superando la capacidad y los recursos de los sistemas de salud en todo el mundo, por lo que las medidas preventivas son el enfoque vigente para frenar la transmisión de casos -resume en la revista médica Medscape la dermatóloga mexicana Zaira Dennis Chávez López-. Sabemos que el virus se propaga por contacto directo e indirecto, y por gotas. La higiene de las manos es un principio ampliamente aceptado en la prevención (...) y puede reducir la probabilidad de propagación entre el 24% y el 31%”.

Lo hemos oído y se supone que lo sabemos; de todas formas, no está de más recordarlo: la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos recomiendan lavarse las manos con agua y jabón durante 20 segundos; y si no están disponibles, usar un gel o una solución que contenga 60% de alcohol.

“Pero hay que tener cuidado - resaltó a LA GACETA Silvia Molina, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Avellaneda- y no generar una dermatitis irritativa crónica por el exceso de lavado innecesario o por uso inadecuado de productos, por ejemplo, solución de alcohol más concentradas que el 60%”. ¿Es posible que nos estemos excediendo?,

¿Por qué se daña la piel?

Chávez López explica que la epidermis tiene un pH ácido que funciona como amortiguador contra sustancias agresivas que pueden afectar la función de barrera de la piel, como jabones y detergentes alcalinos, agua muy caliente o fría, alta y baja humedad, uso repetido de guantes de plástico, fricción y toallas ásperas.

“Una barrera cutánea saludable contiene queratina y lípidos, y la acción de los detergentes y los alcoholes disuelve los lípidos y desnaturaliza las proteínas”, describe en su artículo Chávez López y agrega que una vez que esto ocurre, la piel sufrirá gran pérdida de agua y mayor penetración de irritantes y alergenos.

“Ello propagará respuesta inflamatoria, que resultará en dermatitis de las manos”, agrega.

Evitar lesiones

Estas reacciones pueden ser especialmente intensas en personas que tienen la piel muy seca o con afecciones como eczema o psoriasis. Y, como su fuera, poco, aumentará el riesgo de ingreso del virus, esta vez sí, a través de la piel.

“Con tanto jabón y alcohol como debemos usar en estos tiempos, la piel se reseca -explicó a nuestro diario Guadalupe Vizoso, directora del Laboratorio de Biología de las Infecciones del Insibio (Instituto Superior de Investigaciones Biológicas, con sede en la Facultad de Medicina y dependiente de la UNT y del Conicet)-. Eso abre la puerta a potenciales lesiones y, por ellas, al ingreso de microorganismos al cuerpo”.

“Nosotros en la laboratorio trabajamos todo el tiempo con patógenos y tenemos que extremar las medidas de cuidado. Una de esas medidas es, precisamente, proteger la piel”, resaltó y recomendó cuidar no sólo las manos (aunque sea lo que más jabonamos), ya que las más probables entradas del virus a nuestro cuerpo son la boca, la nariz y los ojos (por las mucosas). “Para protegerlos es importante la higiene minuciosa también de la cara... y esta también necesita crema”, añadió.

Qué podemos hacer

“No hay otra forma de cuidarnos en este aspecto que no sea con la higiene adecuada de las manos; eso no se discute -resaltó Silvia Salazar, jefa del Servicio de Dermatología del hospital Padilla-. Agua y jabón son lo ideal: si se está en un lugar donde no es posible, ponerse alcohol, que es un poco más agresivo. Estos cuidados son indispensables, insisto, pero basta llevarlos adelante cuando es necesario, y no entrar en la obsesión de lavárselas a cada momento”.

“Si llegué de la calle, me lavo bien las manos... y ya está. No es necesario que esté dentro de mi casa lavándomelas a cada rato; sí (como cuando no hay pandemia) después de ir al baño y antes de comer”, agregó.

Además de no exagerar, las dos dermatólogas tucumanas destacan que, una vez en condiciones seguras dentro de la casa y con las manos bien lavadas (“usar jabones de tocador suaves, y no bactericidas”, destaca Salazar) es recomendable usar las cremas hidratantes (“especialmente si se tiene alguna patología previa”, añade Molina), que ayudan a reparar la piel externa dañada y retienen la humedad en el interior. Antes de poner la crema, es importante evitar que quede humedad entre los dedos.

Molina recomienda además minimizar las agresiones a las que sometemos la piel de las manos, por ejemplo, al lavar la vajilla o limpiar los baños.

“Para ello es importante, aunque al principio resulte incómodo, el uso de guantes y evitar así el contacto con ácidos, detergentes, cloro (lavandina). Y para una mejor protección, colocarse primero guantes de algodón y sobre estos, los de látex”, propone.

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