La pandemia derrumba las tasas de natalidad: ¿será pasajero?

Los datos preliminares muestran que hubo una reducción sin precedentes del 21% de los nacimientos. La caída podría seguir, aunque destacan que la menor distribución de métodos anticonceptivos podría aumentar los embarazos no deseados.

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No lo podía creer. A comienzos del año pasado, María Cristina Monteros había planeado operarse para no tener más hijos. Pero después vino la pandemia, la cuarentena y el miedo a ir a un hospital o sanatorio. Y cuando la prueba de embarazo dio positivo, en agosto, al principio entró el shock. Luego, fue un remolino de sentimientos en el que se mezclaron la angustia, la incertidumbre y la alegría por la llegada del pequeño Benjamín.

Cristina, que tiene 37 años y trabaja en un banco, no imaginaba volver a los pañales y la lactancia. Tiene otros tres hijos, de 11, ocho y cuatro años. Sin embargo, el lado bueno de tener un bebé nacido en medio de la pandemia es que pasó más tiempo en su casa trabajando en forma remota y pudo disfrutar más el embarazo, cuenta.

Josefina Almirón es una cosmetóloga de 41 años que se casó en 2019. Ella y su esposo habían planeado ser papás el año pasado, pero decidieron posponer la idea hasta que las cosas mejoren un poco. Había una razón esencial: él quedó sin trabajo durante la cuarentena. “Todavía no nos podemos reponer económicamente. De hecho, ahora estamos viviendo con mis suegros. 2020 fue durísimo y este no pinta que mejorará. Preferimos esperar un tiempo”, confiesa aun sabiendo que con más de 40 años se está jugando todas sus cartas.

Las historias de Josefina y de Cristina son distintas. Pero reflejan las dos caras de una misma moneda: agrandar la familia parece no haber figurado en los proyectos de muchos tucumanos en medio de un contexto socioeconómico y sanitario muy complicado. ¿Para dónde se habrá inclinado la balanza? ¿Hubo un baby boom por muchos embarazos inesperados o pesaron más las decisiones de aplazar la maternidad por la crisis?

Los demógrafos están en pleno análisis de datos de esta generación de bebés pandemials. Algunos informes preliminares muestran que hubo una abrupta baja de la natalidad. Eso es lo que dicen las cifras del Registro Civil de la provincia. Durante 2020, se registraron 5.600 nacimientos menos que el año anterior, lo cual significa una baja del 21%. Y la situación se mantiene en los primeros tres meses de este año.

Carolina Bidegorry, directora del Registro Civil provincial, dio las cifras en detalle: mientras que en 2019 se anotaron 26.551 recién nacidos, en 2020 se inscribieron 20.947 pequeños. Durante enero, febrero y marzo se anotaron 5.542 bebés.

FELICIDAD PLENA. Cristina disfruta de su cuarto hijo, Benjamín. FELICIDAD PLENA. Cristina disfruta de su cuarto hijo, Benjamín.

¿Qué pasó?

Para los que pensaron que la pandemia y el confinamiento dejaría a las parejas con poco más que hacer que procrear, que no haya un baby boom fue una sorpresa. Claro que esto no es una realidad que solo se vive en Tucumán. Los estudios muestran que Estados Unidos se enfrenta al mayor descenso de nacimientos en un siglo, y en algunos lugares de Europa el declive es aún más pronunciado.

Médicos especialistas en sexualidad y ginecólogos opinaban, apenas comenzó la cuarentena estricta, que esta situación podía forzar a las parejas a pasar más tiempo juntas. Y eso, sumado a la incapacidad o el temor a asistir a centros de salud para acceder a anticonceptivos, podría haber hecho que la natalidad aumentara. Pero los resultados fueron otros. La doctora Amelia del Sueldo Padilla intenta darnos una explicación: “en el sistema público de salud la asistencia a consejerías en salud sexual y reproductiva disminuyó porque casi todos los sectores se destinaron a la atención de covid-19. Se entregaron anticonceptivos, pero se discontinuaron. En farmacias también estuvieron en falta los inyectables; o sea, la anticoncepción hormonal. Lo que podemos pensar es que hubo un descenso en las relaciones sexuales. Es lo que venimos insistiendo desde el comienzo. No por el hecho de que  la gente estuvo más tiempo guardada, aumentaron las relaciones sexuales. Lo que se incrementaron fueron las situaciones de estrés, de ansiedad, de angustia, de melancolía y de depresión y eso seguramente afectó la frecuencia de las relaciones íntimas”, evalúa.

Entre los adolescentes -analiza la sexóloga- hubo mucha virtualidad y sexting, y seguramente menos embarazos. A eso hay que sumarle que mermaron los tratamientos de fertilidad asistida, según los datos que maneja el especialista Sergio Mirkin.

Volviendo al tema de las parejas: aunque han estado más tiempo juntas, les ha tocado atravesar situaciones difíciles: la escuela se trasladó a casa, algunos adultos (especialmente las mamás) enfrentaron el teletrabajo mientras cuidaban a los niños y se encargaban también de la educación. A eso hay que sumarle que muchos tenían dificultades con sus finanzas. En ese contexto, no sorprende que haya una caída de los nacimientos y que hayan cambiado los proyectos familiares, según manifestaron reconocidos estudiosos como Philip N Cohen (profesor de sociología de la Universidad de Maryland) o Benoît Laplante (profesor de Demografía familiar en el Instituto Nacional de Investigación Científica de Montreal).

Las recesiones económicas, la incertidumbre del mercado laboral y, en términos más generales, la incertidumbre social y las expectativas negativas sobre el futuro están asociadas con el aplazamiento de los planes de maternidad, señalan los especialistas. A lo largo de la historia, la confianza económica es una de las cosas que más suelen impactar sobre los proyectos de agrandar una familia.

El verdadero impacto

Para explicar esta baja en el número de nacimientos, se pueden formular varias hipótesis. Pero es aún apresurado hacerlo, dice la demógrafa Nora Jarma, de la Cátedra de Demografía de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNT.  “Hay que tener en cuenta el contexto sociodemográfico en el que se produce este comportamiento de la fecundidad. No hay una explicación única sobre las causas de este aparente cambio. Primero, debemos aclarar que estos números que se están conociendo son preliminares. Se podrá confirmar o no la evidencia en el país a fines de 2022, cuando se prevé se publique data oficial sobre los nacimientos en 2021”, explica.

De todas formas, la profesional detalla que la fecundidad viene bajando desde  hace tiempo en todo el país y que Tucumán no es la excepción. Jarma hace referencia a un documento elaborado por  Rafael Rofman, economista e investigador principal de Desarrollo Económico y Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), en el cual se detalla que la fecundidad en Argentina ha tenido, en el último lustro, el descenso más rápido en al menos los últimos 70 años.

Entre 2014 y 2019 (último dato oficial disponible), la tasa global de fecundidad cayó un 22% y se ubicó en torno a los 1,8 hijos por mujer, cuando esta cifra a finales de la década del 70 era de casi 3,5 hijos por cada mujer. Rofman especificó que la mayor caída se dio en nacimientos de madres jóvenes.

Jarma sostiene que hay que ser prudentes y aguardar para ver cuál será el verdadero impacto de la pandemia y cuarentena de 2020 sobre la natalidad. Pese a que en muchos países (incluido en nuestro) hay una aceleración en la tendencia declinante de la fecundidad, al mismo tiempo como hubo una disrupción de los sistemas de distribución de anticonceptivos se podría revertir la tendencia en uno o dos años.

Fecundidad

Bajó a más de la mitad la cantidad de hijos por mujer

La tasa global de fecundidad es una “instantánea”, una estimación de cuántos hijos tendrían las mujeres en promedio, durante su vida. ¿Qué pasa en Tucumán? Cada vez má mujeres postergan la maternidad para desarrollarse profesionalmente. Y tienen menos descendencia en su vida. La cantidad de hijos por fémina (tasa de fecundidad) va disminuyendo año a año. En 1955 había cinco hijos por cada tucumana en edad fértil y hasta 2016 el promedio era de 2,3 hijos por cada mujer. Las proyecciones indican que esa tasa está cada vez más cerca de llegar a 2. Es el límite de lo óptimo para el nivel de reemplazo generacional. Por debajo de esa línea, aparecen los riesgos de un gran envejecimiento de la población, con severas consecuencias en el plano económico y social.

Nacimientos

¿Qué pasa en el mundo?

Una encuesta reciente entre personas de 18 a 34 años en varios países encontró que las personas efectivamente cambiaron sus planes reproductivos en todos los países estudiados, y que la situación los llevó a aplazar o abandonar ese proyecto para este año. El 50% de las personas en Alemania y Francia que habían pensado tener un hijo en 2020 lo pospusieron. En Italia, el 37% aseguró que había abandonado la idea por completo. Los primeros datos de Italia sugieren un descenso del 21,6% a principios de año, y en España se registra la tasa de natalidad más baja desde que se guardan registros de ella: marca un descenso del 20%. Nueve meses después del inicio de la pandemia, Francia, Corea, Taiwán, Estonia, Letonia y Lituania han notificado cifras mensuales de nacimientos en diciembre o enero que han sido las más bajas en más de 20 años.

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