En la pantalla grande, hay tantos Jesús como públicos

En la pantalla grande, hay tantos Jesús como públicos

La primera vez que apareció la imagen de Cristo en el cine fue en 1897, en una película de los hermanos Lumiére. Las producciones polémicas.

COMUNISTA Y CATÓLICO. Escena de “El evangelio según San Mateo”, del director italiano Pier Paolo Pasolini.  COMUNISTA Y CATÓLICO. Escena de “El evangelio según San Mateo”, del director italiano Pier Paolo Pasolini.

La religión y el cine han tenido múltiples cruces que se remontan a casi 125 años. “La vida y pasión de Jesús Cristo” (estrenada en 1897), de los hermanos Lumiére, es la primera cinta en la que aparecen 13 estampas con su imagen. Por lo tanto, puede decirse que desde el nacimiento del séptimo arte, el ícono religioso está presente y vigente hasta nuestro propio milenio. Con distintas interpretaciones y rostros, con algunas recreaciones más dramáticas que otras, desde la pantalla se contaron diversas historias. Pero, y esto es lo más relevante, se crearon imágenes que, por cierto, nunca son inocentes.

En el libro “Jesucristo en el cine”, el catedrático catalán Alfonso Méndiz cuenta que se hicieron más de 150 películas sobre la vida de Jesús, directa o indirectamente. “Sin duda, es uno de los personajes más veces llevado a la pantalla; el cine siempre se interesó en él”, afirma. A veces, con escándalo: en 2019 la polémica enterró a “La primera tentación de Cristo” que mostraba a un Jesús gay, una comedia liviana de Netflix que fue prohibida en su Brasil de origen. Por otro lado, no fueron pocos los que cuestionaron a “Jesucristo Superstar” (de 1973), pero el musical que se rodó gran parte en Israel no fue más allá de una versión hippie, edulcorada, light.

En numerosos portales, la pregunta ha sido cuál fue la mejor actuación y cuál el rostro que quedó fijado en la conciencia del público. Pero desde un punto de vista más teológico puede advertirse que las épocas han acentuado su divinidad o humanidad, según las miradas sobre la religión y el cristianismo en particular.

Cecil B. DeMille, uno de los fundadores de Hollywood, dirigió “Los diez mandamientos” (la escena de Moisés, a cargo de Charlton Heston, separando las aguas del mar Rojo ha quedado marcada en la historia), “Sansón y Dalila” y “El Rey de Reyes”. En “Ben Hur” (1959), Claude Heater aparece en un segundo plano y Heston (el príncipe judío Ben Hur) recibió uno de los 11 Oscar que ganó la película. Y Max von Sydow, en 1965, protagonizó “La historia más grande jamás contada” donde exhibió su profunda preparación teatral.

El rostro de Robert Powell quedó grabado por décadas en la memoria de los espectadores en “Jesús de Nazaret”, de Franco Zeffirelli, estrenada para televisión en 1977. Sirve para el backstage la aclaración del propio actor de que el color de sus ojos son verdes y no los azules que despertaban tanta atracción: “fue por un truco de la luz”, le dijo Powell a la BBC.

Fue “La última tentación de Cristo” (1988), de Martin Scorsese, la que exhibió un enfoque distinto al que venía viéndose: el Hijo de Dios se convertía en más humano e inseguro de su naturaleza divina. Luego, Jim Caviezel tuvo que exacerbar todo el sufrimiento y la violencia en “La pasión de Cristo” (2004), de Mel Gibson.

Desde Montreal

Sin dudas, desde el punto de vista artístico una obra de Pier Paolo Pasolini y el “Jesús de Montreal” plantearon otros caminos.

Los primeros planos de Pasolini en “El evangelio según San Mateo” (1964) exaltan un crudo expresionismo que toma distancia del neorrealismo italiano. Algunos estudiosos han relacionado este filme a la posición marxista del director, quien además era ferviente católico. Pero, 50 años después, la Iglesia del Papa Francisco la consideró como la mejor obra sobre Jesús (según fue publicado en L’Osservatore Romano y el diario italiano La Stampa).

La otra realización, dirigida por el canadiense Denys Arcand, en tanto, ganó el Festival de Cannes en 1989 y no se queda únicamente en criticar a la iglesia; avanza en función de la tarea encargada por la Basílica de Montreal a un actor para “actualizar el guión” de La Pasión de Cristo. Y en cómo se monta esa propuesta contemporánea en distintos espacios, con un público que debe recorrer la obra.

Como la religión misma y sus profetas y apóstoles, no hay personajes tan discutidos para que el cine los pueda presentar como “buenos” y “malos”. En definitiva, realidad y ficción se presentan puntuales a la hora del arte.

Al límite
Desde los Monty Python a un filme belga de 2015

La comedia también abrevó en los íconos católicos. “La vida de Brian”, del grupo cómico británico Monty Python y estrenada en 1979, aborda desde la sátira la historia de un niño que es confundido con Jesús desde la cuna, y que durante toda su vida estará relacionado con Cristo. En 1995, el español José Luis Cuerda presentó “Así en el cielo como en la tierra”, en la cual Jesús está conflictuado porque su Padre decidió mandar un segundo hijo al mundo para completar sus objetivos. La producción del director belga Jaco Van Dormael “El nuevo Nuevo Testamento” (de 2015) ubica a Dios en Bruselas, peleado de Cristo y con una hija rebelde que altera a toda la humanidad cuando le avisa a cada persona qué día morirá.

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