Ramen: la sopa japonesa que enamora el paladar argentino

Ramen: la sopa japonesa que enamora el paladar argentino

Se trata de uno de los platos más típicos y cotidianos de la gastronomía japonesa, y desde hace poco también es posible conseguirla en Tucumán.

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Cuando se menciona el concepto de cocina japonesa, un lugar bastante común es pensar casi por reflejo en unos hashi (los famosos palillos de madera) y en una o más piezas de sushi. Algo bastante lógico, considerando la popularización global de este plato, antes considerado exótico y hoy prácticamente asequible en cualquier lado (siempre que el bolsillo lo permita, claro). Sin embargo, la gastronomía nipona es muchísimo más variada que eso, y lo cierto es que el sushi está bastante menos presente en la cotidianidad de los habitantes del país del Sol Naciente que otros como los yakisoba (tallarines fritos o cocinados en plancha y acompañados con carne o verduras), las gyozas (una suerte de empanadas pequeñas, aquí conocidas como "dumplings") o el ramen. Este último consiste en una sopa bastante generosa que, más allá de las infinitas variedades que se sirven en las diferentes regiones de Japón, suele incluir fideos largos, verduras, carne de cerdo o pollo, huevos y/o algas, embebidos por un caldo tan sabroso como cargado.

De hecho, en las calles de Japón es una escena completamente común ver izakayas (esos restaurantes diminutos que suelen tener la cocina a la vista) poblados de japoneses sentados sobre las barras devorando ruidosamente sus ramen. No es casualidad: muchos ya lo sabrán, pero en Japón no es de mala educación hacer ruido al sorber los fideos (soba). De hecho, se dice que succionarlos permite apreciar mejor su sabor y aroma. Por cierto, si bien está considerado un plato típico japonés, su origen es en realidad chino. Comerciantes de ese país que se instalaron en Japón a fines del siglo XIX lo introdujeron en sus mercados, pero recién se hizo popular después de la Segunda Guerra Mundial, por tratarse (al igual que el okonomiyaki, por ejemplo) de un plato económico y saciante. Al principio, se lo conocía como "chuka-soba" ("sopa de fideos chinos", en japonés), pero luego tomó el nombre de "ramen", presumiblemente por componerse de los caracteres chinos "ra" (estirar) y "men" (fideos).

Así como lo hizo el sushi en su momento, el ramen (que en realidad se pronuncia con una sola "r", por más que a los tucumanos nos cueste no caer en la "erre") viene abriéndose camino en los menúes argentinos. En Tucumán, por caso, ya desde hace tiempo es posible conseguir "ramyeon" (la versión coreana del ramen) instantáneo, gracias a la penetración de la cultura surcoreana a través del K-Pop, los K-dramas y, en menor medida, los manhwas (comics). No obstante, desde hace poco empezó a estar disponible en la capital tucumana el ramen de la mano de Yosai Dumplings (@yosaidumplings en Instagram), un joven emprendimiento de comida asiática llevado adelante por dos tucumanas: Agustina Alonso y Carla Vizcarra.

"En un principio la idea fue ofrecer gyozas, que acá se conocen como dumplings, un poco influenciadas por amigos japoneses y coreanos que nos transmitieron el gusto por sus comidas. No conocemos otro lugar acá que ofrezca estas comidas, así que el año pasado, durante la etapa de aislamiento, decidimos vender dumplings porque eran una novedad y nos parecía que la gente podía animarse a probarlos. Descubrimos un público muy interesante, sobre todo joven, fanáticos de la cultura japonesa y coreana sobre todo por el K-Pop, que nos empezaron a pedir diferentes tipos de comidas", cuenta Agustina.

Con el tiempo, incorporaron el ramen a esas opciones. "Surgió porque tanto mi socia como yo somos consumidoras de programas asiáticos, y nos llamaba mucho la atención la importancia de este plato en Japón y también en Corea, donde lo consumen más en forma instantánea, en paquetes o potes. Veíamos que lo consumían en cualquier momento del día. Comenzamos a comprar los instantáneos coreanos, porque en Tucumán no había dónde se vendiera la variedad japonesa, hasta que un amigo japonés nos dio el empujoncito para animarnos a hacerla. Nos enseñó un poco sobre la preparación y luego investigamos para aprender más. Seguimos aprendiendo", agrega Agustina.

El ramen es bastante más que una simple sopa, y conseguir los ingredientes no es tan sencillo. "Nos cuesta un poco conseguir insumos importados, por lo que tratamos de ofrecer variedades que sean más fáciles de hacer sin que se pierda la esencia real del ramen. Lo que lo hace interesante es que no es una simple sopa: lleva acompañamientos de carne de cerdo, verduras asadas, negi (que sería nuestra cebolla de verdeo), algas y huevos con cocciones especiales; en nuestro caso usamos el huevo mollet. Además, el tiempo de cocción del caldo lleva como mínimo cuatro horas. En conjunto, hacen un plato exquisito", describe Agustina. "Pero también tuvimos que que adaptarnos al público tucumano, ya que hay mucha gente que es vegetariana o vegana y nos pedía algo que pudieran consumir, así que armamos una receta veggie", revela.

Cuenta Agustina que la buena aceptación que ha tenido el ramen las anima a pensar en nuevas opciones a futuro. "Tenemos muchas ganas de hacer más cosas, pero tratamos de ir despacio porque es algo muy nuevo y sabemos que en Tucumán cuesta bastante introducir nuevos sabores".

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