¿Estamos preparados para la segunda ola de covid-19?

¿Estamos preparados para la segunda ola de covid-19?

Especialistas destacan que es importante no abandonar tratamientos de enfermedades como la obesidad y la diabetes. Oportunidad.

PATOLOGÍAS CRÓNICAS. Para minimizar riesgo de covid-19 grave es clave no abandonar tratamientos ni actividad física, usando barbijo siempre. PATOLOGÍAS CRÓNICAS. Para minimizar riesgo de covid-19 grave es clave no abandonar tratamientos ni actividad física, usando barbijo siempre.

Aunque en Tucumán las cifras no se disparan demasiado todavía, los especialistas no tienen dudas: la segunda ola de covid-19 llegará a la Argentina. Las cifras están subiendo otra vez en CABA, en la provincia de Buenos Aires, en la Patagonia y en Jujuy... típicos destinos turísticos. Las imágenes en las playas de la cosa atlántica son preocupantes; las de Tucumán, también.

Sabemos que las personas con enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la obesidad y la diabetes, al igual que las mayores de 65 años, corren más riesgo de enfermar gravemente de covid-19. ¿Cómo están ellos hoy para enfrentar la segunda ola? ¿Qué aprendimos de la primera?

Alejandro Hershson, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, advierte que será difícil, ya que la pandemia que se instaló sobre la epidemia de enfermedades crónicas, ya importante desde hace muchos años (en los últimos 40 años la prevalencia de obesidad mundial se ha triplicado, destaca). “Y en el mundo no se han tomado las medidas necesarias para frenarla”.

“La obesidad es una enfermedad crónica que lleva mucho tiempo”, coincidió Alberto Cormillot, especialista en Nutrición, destacó que la pandemia de covid-19 agravó la del obesidad y sobrepeso y citó entre las causas al aislamiento, el sedentarismo, la incertidumbre, la tensión, el estrés y los problemas económicos. “Y en caso de una segunda ola de covid-19 en el país creo que estaremos parados exactamente en el mismo lugar”.

Si los temores de Cormillot se cumplen, la situación es grave: un metaanálisis (es decir, la compilación de datos de decenas de estudios revisados por pares que involucran a 399.000 pacientes) publicado en Obesity Reviews estimó que las personas obesas corren más del doble (113%) de riesgo de ser hospitalizadas si contraen coronavirus en comparación con personas no obesas; tienen el 74% más de probabilidades de necesitar terapia intensiva y un 48% más de riesgo de morir.

Sucede -explica Gastón Moisá, tucumano especialista en obesidad y cirugía bariátrica- que esta enfermedad implica inmunidad deteriorada, inflamación crónica y sangre propensa a coagularse, todo lo cual puede empeorar covid-19. Pero además está muy estigmatizada, y por ello muchas personas con obesidad evitan la atención médica: “a los ‘gordos’ les es difícil defenderse, de todo: del bullyng de sus pares, de los malos tratos del profesor... también de los virus”, resalta.

Qué se puede hacer

Hershson es más optimista que Cormillot: destaca que el hecho de que una persona con obesidad baje de peso al menos un 5% y logre mantenerlo se asocia reducción del riesgo cardiovascular y, por ende, también su riesgo ante covid-19, además de la probabilidad de desarrollar diabetes a largo plazo.

Moisá también ve posibilidades de prepararse para la segunda ola, aprendiendo de la primera. “Es clave que los pacientes retomen los tratamientos; y también que las personas con sobrepeso los inicien. Sabemos que con los protocolos adecuados, no hay razón para que quedarse en casa sea absoluto; covid-19 se puede prevenir con cuidados sencillos; el sobrepeso y sus comorbilidades (trastornos cardiovasculares y respiratorios; diabetes), en cambio, aumentan el riesgo de enfermedad grave”, destaca.

“Tenemos que aprovechar este momento con menor cantidad de casos, en verano, para concientizar sobre la alimentación adecuada. Y es muy importante brindar herramientas para manejo de estrés, ansiedad y alimentación emocional”, resalta Hershson.

“Está comprobada y es muy fuerte la influencia de los aspectos psíquicos y del estrés psicosocial que sufren los pacientes con obesidad”, asegura al respecto Claudia Alonso, psicóloga tucumana especializada en obesidad.

“Sostener los tratamientos en las enfermedades crónicas ciertamente es un gran desafío -destaca al respecto a LA GACETA Olga Escobar, especialista en Diabetes y coach-, y el enemigo número uno para lograrlo son los pensamientos, los juicios, las opiniones de los propios pacientes acerca de aquello que tanto cuesta sostener. (Ver “Las barreras interiores”).

Verano y aire libre

Recuperar la actividad física es otra de las claves, y -resalta Moisá- este tiempo puede ser bien aprovechado. “Es buen momento para retomar el movimiento, y las caminatas al aire libre son una gran oportunidad. Por supuesto, con los cuidados que sabemos: barbijo bien puesto, distancia de dos metros con quienes no vivan con nosotros (sí, incluso al aire libre) y lavado frecuente de manos”.

“Empezar ya a bajar de peso y mejorar los parámetros hará que los riesgos de covid grave serán menores; y avanzar con los tratamientos es posible incluso si llega la segunda ola”, aseguró.

El enemigo interior: a vencer los monólogos de la impotencia

Controlar lo que uno come y hacerlo saludablemente no es una cuestión de mera voluntad. En un enorme número de casos, además de su enfermedad, el paciente debe enfrentar una suerte de autoboicot.

“No voy a poder’,‘ siempre empiezo y dejo’, ‘yo soy así’, ‘nunca voy a lograrlo’: estas conversaciones internas son cotidianas y provocan un estado de ánimo de resignación y frustración que no permite accionar forma distendida”, advierte la especialista Olga Escobar.

¿Cómo salir de este círculo? “Hay que trabajar para que puedan darse cuenta de estos enemigos y tomar actitudes como pedir ayuda adecuada, no sólo profesional, también en el ámbito familiar. Plantear las necesidades que tenemos para poder sostener a largo plazo un tratamiento es muy relevante para tener éxito”, agrega. “El pedido adecuado a la persona adecuada en el momento adecuado permite compromisos con un otro que pueda acompañarnos a lograr objetivos. 

Cumplimos los compromisos cuando lo hacemos con otro -resalta-. También importa aprender a decir ‘no’, ‘basta’, ‘suficiente’, porque permite acciones diferentes e involucrarse, ser los protagonistas del propio cambio. Y hace falta estar dispuestos a decidir, empezar y no abandonar; también a equivocarse y volver a empezar inmediatamente, sin dejar pasar tiempo”.

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