04 Enero 2021
MITO. Mezclar bebidas no emborracha más, lo que importa es el alcohol ingerido.
“La adolescencia es una etapa de experimentación, de sensación de omnipotencia, de búsqueda de riesgo y cuestionamiento de las normas. Y el alcohol es la droga de más fácil acceso, al tiempo que la percepción de riesgo es la más baja entre todas las sustancias adictivas”, destaca Graciela Morales, del Grupo de Trabajo en Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). “Y en esta época de covid-19, relaja conductas, disminuye barreras de protección y expone a los chicos a situaciones de contagio”, agrega.
La baja percepción de riesgo se acrecienta por la progresiva naturalización del consumo de alcohol en las familias (incluido el de los chicos). “Si los padres consumen en exceso, es difícil exigirle al adolescente que no lo haga”, añade Morales. Pero además se sostiene en creencias erróneas. La SAP aclara que es falso que...
* La cerveza no es problema porque tiene poco graduación alcohólica; lo importante es el número de UBE (Unidad de Bebida Estándar) que se consuma. El alcohol de un vaso grande de cerveza es igual, por ejemplo, que el de una medida de bebida blanca o de un vaso de vino.
* Mezclar bebidas emborracha más que beber un solo tipo. La alcoholemia es la proporción de alcohol que circula por la sangre después de beber una cantidad determinada de alcohol y es lo que determina lo borracho que uno está. Mezclar bebidas con diferente contenido alcohólico no emborracha más, pero puede provocar más malestar al estómago y mareos al mezclar diferentes sabores.
* Todo el mundo reacciona igual al alcohol. Inciden muchos factores en la reacción al alcohol: el peso, la proporción de agua y grasa, la hora del día, el estado de ánimo y la bioquímica del organismo, entre otros.
* Si estás acostumbrado a beber, te emborrachás menos. Quien tiene tolerancia al alcohol muestra menos los efectos de la borrachera, pero se emborracha y sufre los efectos de apatía y pérdida de coordinación y de reflejos, entre otros.
* Una ducha fría o un café cargado disminuyen la borrachera. Se podrá estar más despierto o despejado, pero se sigue ‘borracho’; ni la ducha ni el café disminuyen el alcohol en sangre.
* Lo peor que puede pasar es una resaca monumental. No; si uno bebe mucho alcohol de golpe, puede sufrir accidentes, coma etílico o la muerte en pocas horas.
* El alcohol ayuda a vincularse y mejora el sexo. Puede relajar y hacer a alguien más interesado en el sexo, pero interfiere en la capacidad sexual y se tienen menos en cuenta las consecuencias, como pérdida o disminución de la respuesta sexual, embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
* Beber alcohol durante la resaca la mejora. La agrava ya que es lo mismo que causa la intoxicación.
* Teniendo en la boca un chicle o granos de café, o soplando de determinada manera se engaña al test de alcoholemia. El alcoholímetro mide el alcohol, aunque haya otras sustancias. Y si la Policía piensa que se intenta "trampear", puede ser una falta grave.
* Se elimina más rápido el alcohol haciendo ejercicio o vomitando. Se expulsa menos de un 2% de lo ingerido, absolutamente insuficiente para disminuir el nivel de alcoholemia.
* Aguas tónicas, antiácidos y otros protectores del estómago disminuyen la borrachera. Reducen el malestar, pero no afectan al nivel de alcoholemia ni contribuyen a recuperar la sobriedad.
* Ciertas sustancias estimulantes hacen que se pase la borrachera. La asociación de estimulantes y alcohol hace perder la percepción de la embriaguez, pero no sus efectos; y puede dañar el hígado e incluso producir la muerte.
Y Si Van a beber... cómo cuidarse
* Comer algo antes y durante el consumo
* Alternar con agua (lo mejor, que lo último sea agua)
* No mezclar alcohol con otras drogas ni con bebidas energéticas
* No compartir vasos ni botellas
* Respetar distanciamiento y uso de barbijo
* Cuidarse a sí mismos y a los amigos: si alguno está intoxicado y con vómitos, ponerlo sobre el costado izquierdo para evitar que se aspire: mantener su temperatura corporal (no desnudarlo ni mojarlo); pedir ayuda y acompañarlo hasta que llegue el auxilio.
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