Covid-19: tenemos barbijo y distancia para rato

Covid-19: tenemos barbijo y distancia para rato

Ni la baja de nuevos casos ni que hayan llegado las primeras vacunas significa que podemos relajar el cuidado. Según la OMS hace falta que el 80% esté inmunizado para contener la pandemia. Voces de expertos.

Covid-19: tenemos barbijo y distancia para rato

Ya más o menos nos resignamos a que estas Fiestas no serían “normales”. Pero como ya está de regreso el avión que trajo de Moscú las primeras dosis de vacunas y los nuevos casos son muchos menos que hace un par de meses, muchos tucumanos piensan que “la cosa ya pasó”.

“Tengo que confesar que cuando dijeron ‘vacunas listas’ me hice la loca idea de que pronto sería como antes. Pero más leo y más conciencia tomo de que no es así”, confiesa Cristina Mansilla, a quien -cuenta- la cantidad de personas de su edad (62) que murieron le hizo aceptar que mantener los cuidados es fundamental. “Después de todo, es sólo barbijo bien puesto, dos metros de distancia y jabón”, dice casi como quien recita un mantra.

“El virus es altamente contagioso, pero prevenir es simple; y sin embargo, le gente está relajando peligrosamente los cuidados -confirma, e insiste, el otorrinolaringólogo tucumano Gustavo Cassera, miembro del Comité de Infectología del Sanatorio Regional, que le da pelea al coronavirus desde cerca.

El panorama por las calles parece indicar que son muchos los tucumanos que no lo entendieron tan bien como Cristina, así que habrá que repetirlo: la vacuna no es una solución inmediata. “Tenemos pandemia para rato; como mínimo hasta mediados del año que viene -le aseguró a LA GACETA Elena Andión, presidenta de la Asociación Argentina de Enfermeros en Control de Infecciones-. Ninguna vacuna otorga el 100% de cobertura, todavía no están aseguradas en ningún lugar del mundo las dosis necesarias y la logística será complicada”.

Ni en el mejor escenario

Imaginemos que somos de los afortunados que podemos vacunarnos pronto: más allá de quién la fabrique y del método que use, lo que hacen la vacunas es introducir en el cuerpo una partícula (antígeno) que lo prepara para ser capaz de reconocer el virus y producir anticuerpos que lo neutralicen (se llama respuesta inmune adaptativa y es específica para cada virus).

“Para lograr esa respuesta pasa un tiempo. Las cuatro vacunas que han demostrado su eficacia requieren dos dosis. De modo que, en primer lugar, deberemos cuidarnos (barbijo, distancia y jabón mediante) al menos hasta unos 14 días después de la segunda, que es cuando alcanzamos el 90% de la eficacia de la vacuna. O sea, estamos inmunizados”, explica Juan Carlos Valdez, profesor de Inmunología de las Facultades de Medicina y Bioquímica de la UNT.

Pero este es sólo el primer paso. “Para cualquier vacuna autorizada, la eficacia y la duración de la protección son cuestiones clave. Las cuatro que están en vías de aprobación parecen rondar el 90% de eficacia, pero no se sabe por cuánto tiempo seremos resistentes a la infección -agrega-. Eso seguirá siendo incierto durante varios años después de la aplicación de las vacunas, hasta que se realicen ensayos y seguimientos con un gran número de personas vacunadas a lo largo de años”.

“Los datos con los que hoy contamos se basan pacientes que se infectaron y se recuperaron (Ward, H. y colaboradores del Imperial College London, publicación de medRxiv 27 de octubre 2020) y permiten determinar la prevalencia y la persistencia de anticuerpos después de un pico de infección por SARS-CoV-2. Están proporcionando información sobre su propagación en la comunidad, la probabilidad de reinfección y el potencial de inmunidad de la población, y los datos sugieren que esta puede ser de corta duración, quizás de 12 a 18 meses. Y se desconoce si una infección superada evitará un caso de covid-19 grave al volver a exponerse al virus”, advierte el experto.

El problema es colectivo

Combinando el tiempo necesario entre una dosis y otra y el tiempo que el cuerpo necesita para producir una respuesta inmunitaria, se necesitará al menos un mes y medio para que alguien que haya sido vacunado sea considerado inmunizado.

Pero esta es sólo la cara individual del problema, y -ni de lejos- la única. La OMS estima que se necesita que un 80% de la población esté vacunada para contener la pandemia.

En la Argentina no sabemos a ciencia cierta cuándo se podrá iniciar la vacunación de manera masiva (mañana se inicia la colocación de sólo 300.000 dosis); menos aún cuándo estará disponible para todos sus habitantes.

“Como los grupos prioritarios para la vacunación comenzarán con el personal de atención de la salud de primera línea y seguirá con los que trabajan en los servicios esenciales, los que tienen afecciones que predisponen a una morbilidad grave por infección; luego seguirán por los grupos de mayor edad y luego con los jóvenes, de acuerdo con las tasas de letalidad -advierte Valdez-; llevará unos años crear inmunidad colectiva para bloquear la transmisión del SARS-CoV-2”.

“Mientras tanto -insiste, e insiste, y vuelve a insistir-, barbijo, distancia y lavado frecuente y prolijo de manos seguirán siendo nuestra protección”.

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