Navidad: cuidado con el volumen de la música

Navidad: cuidado con el volumen de la música

El sonido ambiental muy fuerte nos obliga a gritar, y con ello las gotículas de saliva llegan más lejos y quedan más tiempo en el aire. Comercios y bares.

AEROSOLIZACIÓN. Cuando hablamos, cantamos o reímos a muy alto volumen el virus llega más lejos y se mantiene más tiempo en el aire. AEROSOLIZACIÓN. Cuando hablamos, cantamos o reímos a muy alto volumen el virus llega más lejos y se mantiene más tiempo en el aire.

Covid-19 ha cumplido un año, y -para los parámetros habituales- se ha progresado muchísimo en su comprensión. Pero eso implicó ir tirando por tierra algunas de las hipótesis cuando el SARS-Cov-2 nos las demostraba falsas, o al menos, las relativizó: ocurrió con la conveniencia o no del uso de barbijos; con los síntomas a los que había que estar atentos; con los intentos de hallar tratamiento eficaz... Pasó también con un tema que estos días, cuando por las fiestas nos reuniremos con gente -y compraremos regalos- hay que refrescar: las gotitas en las que se mueve el virus.

“Son las llamadas ‘gotitas de Flügge’ (en honor bacteriólogo e higienista alemán Karl Flügge, que en la década de 1890 ya demostró su existencia y su importancia); las expulsamos siempre al hablar (incluso en voz baja), toser, estornudar o simplemente respirar, y que -se demostró- transporta SARS-Cov-2”, explica la neumonóloga Nora Vázquez de Argiró, ex jefa del Servicio de Neumonología del hospital Padilla y ex profesora de Clínica Médica en la Facultad de Medicina de la UNT.

Y decimos refrescar porque no es que se no nos haya dicho; pero, pruebas al canto, no lo tomamos en serio.

El 27 agosto la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti, advirtió en la entonces diaria conferencia de prensa, que elevar el volumen de la voz (carcajadas, cantos, gritos) aumentaba las posibilidades de propagación del virus. Muchos lectores llegaron hasta a ofenderse... por no saber.

Ya en junio se había publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, de EE.UU. un estudio para el que los investigadores midieron con láser (usando siempre la misma frase) la cantidad de gotitas que se salen de nuestra boca al emitir sonidos, en tres niveles de volumen diferentes. El láser detectó 347 destellos cuando se decía con un grito y 227 en volumen moderado.

“Pero además, las gotitas varían en tamaño. Se habló mucho de las gotículas ‘pesadas’, que por ende caen cerca de quien las emite -advierte el otorrinolaringólogo Gustavo Cassera, miembro del Comité de Infectología del Sanatorio Regional-. Pero no tanto de las más pequeñas, que forman aerosoles (el proceso se llama aerosolización). Son menores que 5 micras y capaces de flotar en el aire durante varios minutos (y más, en lugares sin ventilar) lo que facilita su inhalación durante más tiempo y a mayor distancia”.

A esa combinación de más gotas potencialmente infectivas cerca de nosotros durante más tiempo es a lo que por las fiestas ya nos estamos exponiendo... y puede ser mortal cuando nos encontremos con nuestros seres queridos.

Peligro anunciado

Martes a media mañana. En una esquina céntrica la gente hace media cuadra de cola para entrar a un negocio (que ya está lleno) y comprar los regalos para el arbolito; en el local, la música a todo volumen. Algunos -como es la tónica general- sin barbijo; otros, sin que les cubra la nariz. En el interior del comercio -que no tiene ventanas- clientes y vendedores hablan a los gritos: es el único modo de escucharse.

“Es un local cerrado, sin ventilación, con barbijos mal puestos y hablando a todo volumen... la peor combinación posible -asegura Cassera-. Hemos insistido, y seguiremos: el virus es altamente contagioso, pero prevenirlo es muy sencillo: barbijo, ventilación, jabón y distancia”.

Cómo medir los riesgos

Luego de un estudio que publicaron en el British Medical Journal, investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en EE.UU., desarrollaron una tabla tipo “semáforo” que permite evaluar con sencillez el riesgo de cada situación.

La tabla muestra que la probabilidad de contagio (si nadie tiene síntomas, claro) es prácticamente nula si se tiene puesto el barbijo, en contactos breves, en espacios ventilados... y hablando con volumen bajo. Por el contrario, si gritan a nuestro alrededor, el riesgo se pone rojo en espacios mal ventilados, incluso si tenemos el barbijo puesto. Y crece si los contactos son prolongados.

“En mi opinión -resalta Cassera-, los protocolos para comercios, bares, gimnasios y otros locales en los que se juntan personas que no son convivientes deberían prever que no haya música fuerte, además del distanciamiento y la ventilación. Y el alcohol, a la entrada y a la salida”.

¿Decisión política?

“Según la OMS, los dirigentes de las ciudades toman decisiones que afectan la salud de miles de millones de personas, y para que las ciudades prosperen, todas las personas necesitan servicios que mejoren la salud -resalta Vázquez de Argiró-. Que los protocolos para el funcionamiento de lugares como bares, locales comerciales, gimnasios, restaurantes incluyan control del volumen interior, además de la ventilación y la distancia, sería uno de esos servicios importantes”.

Las guitarreadas no son buena idea

Para este año sería buena idea que las fiestas sean “noches de paz”: ponernos al día con las charlas (con barbijo), sentarnos a dos metros, mirarnos a los ojos -recomienda el especialista Gustavo Cassera-. Se relajan mucho los cuidados y lo que hagamos serán clave para que no se vuelvan a disparar los casos”. Y sucede que una de las actividades puesta bajo la lupa de los científicos es el canto grupal. Entre marzo y septiembre -reporta el diario español El País-, numerosos coros -y karaokes- han sufrido brotes de covid-19.  Nuestra costumbre de cantar todos “al estilo peña”, incrementará las  gotículas de saliva de todos en el aire. La Sociedad de Pediatría recomendó controlar el consumo de alcohol, ya que bajo sus efectos disminuye la capacidad de cumplir el distanciamiento.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios