Sin jugar lindo, también se puede ganar

Sin jugar lindo, también se puede ganar

BUEN DEBUT. Varela se mostró sólido por arriba y bien en los cruces. El central se complementó bien con Juan Orellana. BUEN DEBUT. Varela se mostró sólido por arriba y bien en los cruces. El central se complementó bien con Juan Orellana.
07 Diciembre 2020

El triunfo en la casa del “Dragón” vale una vida para San Martín. El “Santo” casi hubiera dejado en el camino toda chance de aspirar por el primer boleto a la Liga Profesional si es que ayer no se iba con los brazos en alto del estadio ubicado en el lujoso barrio porteño de Núñez.

Lo sabían los hinchas, los dirigentes, Favio Orsi, Sergio Gómez y todo ese grupo que festejó hasta quedar disfónico en el vestuario.

Más allá de que lo que se vio en la cancha no tuvo casi nada que ver con ese equipo que se plantaba en cualquier estadio e imponía condiciones antes de la pandemia, San Martín necesitaba sumar de a tres y lo hizo en base a un esfuerzo supremo y a unas ganas de sacarse la espina que le clavó la AFA con esas tan discutidas como contundentes decisiones que tomó durante estos más de ocho meses.

“Nos faltó juego, algo natural para un equipo que se formó en tan poco tiempo”, reconoció Orsi minutos después del 1-0. Sí, el equipo no estuvo lúcido con la pelota en los pies y desató entre su gente (más allá de que ningún hincha se puso a buscar “peros” en medio del éxtasis) y en el mundillo futbolero ese eterno debate y la grieta que separa el jugar lindo del jugar bien.

¿Cómo es eso? San Martín no mostró juego atildado ni tuvo conexiones vistosas. Pero sí jugó bien, porque utilizó el librero que necesitaba para sacar adelante un partido complicado en una cancha difícil, de dimensiones reducidas y un campo de juego en pésimas condiciones (más allá de que en la AFA repitan que lo que se debe cuidar es el “producto”).

Si bien el primer tiempo sufrió un poco, en el complemento el “Santo” se asentó y le complicó el plan que tenía Defensores. Le “ensució” la cancha, le cerró los caminos aéreos (esos que tantas veces le resultó un aliado al dueño de casa) y golpeó en la primera chance clara que tuvo.

Tiene que mejorar San Martín, claro. Pero con victorias en el medio es mucho más sencillo trabajar. El triunfo reaviva el sueño de un grupo que demostró que no bajará los brazos.

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