Así lo vi: acostumbrados a jugar a cancha llena

Así lo vi: acostumbrados a jugar a cancha llena

UNO SÍ; EL OTRO, NO. Orsi cambió su atuendo con respecto al torneo pasado; Gómez mantuvo la misma indumentaria.  UNO SÍ; EL OTRO, NO. Orsi cambió su atuendo con respecto al torneo pasado; Gómez mantuvo la misma indumentaria.

Jugar a las 9 de la mañana fue todo un desafío, tanto para los jugadores, el cuerpo técnico, árbitros y los propios hinchas, que desde ahora -y vaya uno a saber hasta cuándo- deberán conformarse con ver los partidos por la televisión. La nueva normalidad se sintió en Ciudadela, a pesar de que muchos, desde temprano, merodearon por el barrio para ver al menos pasar el colectivo que trasladaba a los jugadores. Claro, el vallado fue infranqueable y debieron volverse a casa o refugiarse en los bares de la zona.

Tampoco hubo vendedores ambulantes, ni manteles desplegados con gorritos rojos y blancos. ni parrillas humeantes ni locos en las azoteas. Sin hinchas, la cancha quedó casi desnuda, a pesar del esfuerzo por poblar las tribunas con banderas. Sin hinchas, La Ciudadela pierde, de alguna manera, buena parte de su esencia. O, al menos, se vuelve endeble la fortaleza en la que se cimentaron campañas gloriosas. “Se sintió feo. Estamos acostumbrados a que la gente llene la cancha. Esperar el calor de la gente en cada pelota, en cada situación del partido y no tenerla, se sintió feo”, reconoció Favio Orsi después de consumada la derrota ante Tigre.

Desde que llegó al club, la dupla Orsi-Gómez dirigió 11 veces como local, con seis victorias, tres empates y dos caídas, incluida la de ayer. Con los números en la mano, está claro que jugar con público le sentó bien al viejo plantel “santo”, que ahora, renovado, tendrá al menos tres juegos más antes de que termine el minitorneo por el ascenso.

Sin ese jugador extra, los pocos periodistas y dirigentes que entraron al estadio, esta vez, escucharon con claridad los reclamos a los árbitros, los diálogos entre los jugadores y las indicaciones que se lanzaron desde los bancos de suplentes.

Fue tan estricto el cumplimiento del protocolo sanitario impuesto por la AFA, que San Martín apenas incluyó a Gonzalo Rodríguez como “extra”, dentro del grupo de jugadores que pudo asistir al juego. El resto, debió ver a sus compañeros del plantel por televisión.

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