Más que un golpe, una gran lección

Más que un golpe, una gran lección

El duro revés ante los All Blacks, un recordatorio de que todavía hay mucho por aprender.

En el Mundial 2015, a Daniel Hourcade -por entonces head coach de Los Pumas- le preguntaron qué sentía al estar entre los cuatro mejores del mundo. A pesar de la emoción, el tucumano puso las cosas en su lugar: “salimos cuartos en el Mundial, pero eso no significa que estemos entre los cuatro mejores del mundo. Todavía nos falta”. La goleada sufrida en la revancha ante los All Blacks, más allá de lo dura que resulta, tuvo la misma virtud de volver a poner las cosas en su lugar. Lo que se dice, un baño de realidad. No para Los Pumas, que la conocen mejor que nadie, sino para los demás. Haberle ganado a Nueva Zelanda dos semanas atrás fue histórico, pero también excepcional. Pasaron cosas que no son habituales. Y por eso, era una grave confusión creer que por eso Argentina llegaba al desquite con ventaja o que siquiera estaba en pie de igualdad. No. Aunque la brecha se siga acortando, Argentina sigue siendo el alumno. Y como tal, su objetivo es seguir creciendo. Elevar su piso y no retroceder. Eso importa más que victorias ocasionales o que la misma posibilidad de salir segundos del Rugby Championship por primera vez. En ese sentido, ganarle a Australia el sábado que viene es lo de menos: lo primordial es mejorar el juego. Los Pumas no pueden permitirse otra actuación tan nula como la de ayer. Quitando la defensa, corajuda pero a la larga insostenible, no hubo nada para rescatar. Ni siquiera el homenaje que de ellos o de la propia UAR se esperaba por la muerte de Diego Maradona, no sólo el mayor ícono del deporte argentino sino un ferviente defensor de los seleccionados nacionales. Con una bandera escrita a mano o un gesto simbólico mayor a una cinta negra imperceptible hubiese bastado. Fue una oportunidad perdida.

Volvamos al juego. Al margen de que los All Blacks llegaban con una fecha de descanso y la obligación de redimirse, llamó la atención la abrupta caída de rendimiento en el equipo argentino. La rotación de jugadores, anticipada por Mario Ledesma, tuvo su lógico impacto, pero aún así resultó llamativa la claridad con la que Argentina fue superada en las formaciones. Sin obtención, y con tantos errores de manejo, era imposible. La continuidad no alcanzó ni para forzar algún penal a distancia probable de disparo para Nicolás Sánchez, de tal suerte que Los Pumas volvieron a quedar en cero después de más de cuatro años. La última vez había sido en Tucumán (0-27 ante Francia en Atlético), en 2016.

Por cierto, imposible no preguntarse por qué Ledesma decidió probar a Santiago Carreras como alternativa de Sánchez (más allá de sus indiscutibles condiciones) teniendo en el plantel a jugadores como Domingo Miotti, Tomás Albornoz o hasta Lucas Mensa, más habituados a jugar en ese puesto. No era el momento ni el rival para probar a un pibe en una posición que no le es natural. Si es el momento de probar, sería bueno que contra Australia, algunos de los otros tenga su oportunidad.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios