Reporte Rural: el desafío de producir más y cuidar el ambiente

Reporte Rural: el desafío de producir más y cuidar el ambiente

El calentamiento global afecta a todos. En especial, golpea las actividades agrícolas y ganaderas. El suelo es un recurso clave. Sobre su superficie se produce alimento. El productor sabe que debe cuidarlo. El Gobierno debe aportar, con políticas que contemplen las particularidades de cada zona: la producción en el NOA debe ser considerada economía regional.

En la provincia y en la región comenzó el período de lluvias para una nueva campaña gruesa. Los productores que recibieron algo más de precipitaciones en sus campos lograron sembrar algunos lotes de soja y/o de maíz. Pero la mayoría espera que los suelos vayan acumulando agua útil para empezar a realizar las labores correspondientes.

En este año, que parece ser “Niña”, la incertidumbre puede ser grande, debido a que los pronósticos asoman bastante preocupantes, ya que las lluvias aparentemente no serían las necesarias para culminar una campaña sin sobresaltos.

Además se suman la incertidumbre que generan las decisiones políticas tomadas últimamente, según las cuales el productor que invierte en su campo será afectado.

Lo importante ahora es que mientras avanza el tiempo para la siembra gruesa el productor es consciente de que el recurso que debe cuidar para el futuro productivo de su campo es el suelo.

Está claro que para cualquier hombre de campo el suelo es un recurso indispensable para los sistemas tradicionales de producción, por lo cual su cuidado es fundamental pensando a futuro.

En países donde los suelos escasean se utilizan soportes inertes y toda la tecnología disponible para producir mediante un sistema como la hidroponía, que da a la planta lo que necesita para crecer y desarrollarse. Ante estos casos, países muy desarrollados avanzaron muchísimo en esta tecnología y producen infinidad de cultivos que día a día son más solicitados por los consumidores.

Argentina avanzó mucho en cuanto al uso de tecnología en los sistemas de producción de grano; y es pionera en muchas de esas herramientas.

Japón, Indonesia, Nueva Zelanda, Australia, Israel avanzaron en otras tecnologías, y realmente deslumbra ver importantes superficies bajo invernáculos destinada a una multiplicidad de frutas, de verduras, de granos, de flores, de especies arbóreas y de otros cultivos que necesitan producir para no depender de otros mercados o por necesidad.

El suelo es el soporte de toda vida, tanto animal como vegetal. Permite que sobre su superficie se produzca el alimento necesario para el mundo, por lo cual debe ser usado adecuadamente para que continúe sirviendo para las generaciones venideras.

Actualmente el calentamiento global eleva las temperaturas, debido a las emisiones de gases de efectos invernadero; provoca mucha inestabilidad ambiental y ocasiona diversos fenómenos climáticos que perjudican el suelo y todo ser vivo.

Estos son algunos de los efectos que ya se están haciendo sentir en la Argentina y en el mundo, y que podrían repetirse con intensidad creciente durante los próximos años o décadas si no se logra de alguna manera morigerar los efectos perjudiciales de las acciones antrópicas que perjudican el ambiente y el suelo de todo el planeta.

Se debe seguir trabajando de manera incansable y consciente para evitar o disminuir acciones productivas, industriales y efectos provocados por el crecimiento poblacional, que originen gases de efecto invernadero y, de esa manera, no perjudicar más el planeta.

Desde hace mucho tiempo el sector agropecuario regional y nacional tienen numerosos desafíos diversos, relacionados a producir conservando el ambiente. Deben ser profundizados, para que se mejore la forma de producir, con un mayor aporte a la conservación del ambiente.

La campaña gruesa está lanzada. El productor sabe que debe producir conservando el suelo y que, para ello, cuenta con herramientas que ayudan a ese objetivo. Debido a ello es importante que en el NOA se sostenga y se impulse un mayor uso de las rotaciones con gramíneas estivales, como maíz y sorgo, para mejorar el sistema productivo. Esto se va logrando año tras año, con un trabajo denodado de instituciones de investigación agropecuaria y de técnicos locales que fomentan la práctica. Sólo es necesario que se tenga en cuenta que nuestra región debe ser tratada como una economía regional, y que al momento de tomar decisiones políticas agropecuarias se considere que tenemos condiciones agroclimáticas y geográficas diferentes a las de otras regiones del país. Con políticas acertadas se podrá mantener una sostenibilidad productiva en el tiempo, protegiendo el suelo como recurso fundamental para producir alimentos.

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