13 Noviembre 2020
Jardines maternales ARCHIVO
“Tenemos que empezar a pensar que esto se ha convertido en un nuevo modo de vida. Debemos reaprender maneras de relacionarnos y más los niños, para quienes esto va ser mucho más sencillo. Me parece importante poder enseñar desde el ejemplo a los niños estas nuevas modalidades de cuidarnos, sin que nos falte el afecto”, reflexiona María Alejandra Carreras, doctora en Psicología especializada en educación.
“En el aislamiento, por más funcionales que sean los núcleos familiares, estos no pueden aportarle al niño todos los estímulos que necesita para su aprendizaje. El niño necesita desafíos sociales para resolver por sí mismo. Estos pequeños desafíos que implican compartir un juguete, enfrentarse a la no inmediatez de las respuestas, al tiempo de espera, a las modalidades distintas, son las que de alguna manera van a ir cimentando estas habilidades sociales que son fundamentales a lo largo de la vida”, explica.
“Quizás las primeras semanas estábamos muy creativos y disponibles pero en un período tan prolongado, esta disposición y esta forma de acompañar a los niños quizás ya no sea del todo suficiente”, dice. Por eso rescata la importancia de otros entornos para para acompañar y estimular a los niños en su aprendizaje.
Explica que en el aislamiento “los espacios conocidos para el niño se van achatando o amesetando y con ellos también las posibilidades de situaciones nuevas que son fundamentales para el aprendizajen no solo desde lo cognitivo sino también desde los vínculos”, explica.
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