“Se acostumbraron al odio, pero la muerte las espanta”

“Se acostumbraron al odio, pero la muerte las espanta”

Laura Moreira, referente de la comunidad trans, contó el infierno que viven porque se ven obligadas a ejercer la prostitución.

PROTESTA. La comunidad trans se movilizaría en los próximos días. la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo) PROTESTA. La comunidad trans se movilizaría en los próximos días. la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo)
06 Noviembre 2020

“Las chicas no sufrieron con el aislamiento social por el coronavirus. Están acostumbradas a vivir aisladas por la sociedad, pero temen a la muerte”, explicó Laura Moreyra, una de las máximas referentes del movimiento trans en la provincia. Ella ocupó ese lugar por el crimen de su hermana Cynthia ocurrido hace más de dos años, que aún sigue impune. Otra vez la despertaron muy temprano para contarle lo que había sucedido. Fue la segunda vez en menos de dos meses que le avisaron que otra miembro del colectivo había sido asesinada.

- ¿Cómo fue la reacción en la comunidad trans?

- Horrenda. Una vez más comenzaron a hacerse la misma pregunta. Se acordaron de Vanesa, Cynthia, Gala y Ayelén, las chicas que fueron asesinadas de la peor manera en los últimos años. Es una situación que no terminan de entender. Ya están acostumbradas al odio, pero la muerte las espanta.

- Es muy duro lo que dice…

- Es lo que ellas viven todos los días. Vivimos en una sociedad muy complicada que, pese a todos los avances que se registraron en los últimos tiempos, no sólo que las discriminan, sino que les cierran las puertas y las expulsan a la calle para que ejerzan la prostitución para poder subsistir.

- ¿Y con qué se enfrentan en las calles?

- Se topan con el mismo infierno. La calle, de noche, está llena de peligros y para ellas, por su condición, es peor. Por ejemplo, el otro día hablé con una chica que vivió una pesadilla. Ella, junto a sus amigadas, trabaja con los camioneros que se detienen en el playón de una estación de servicios que está en Lastenia. Por la pandemia, no las dejan trabajar ahí, por lo que se paran sobre la ruta. Me contó que de la nada aparecieron dos chicos en una moto y comenzaron a dispararle sin ningún motivo.

- ¿Sufrieron otros hechos de violencia?

- Permanentemente. Las chicas que trabajan en el parque 9 de Julio viven sufriendo ataques y robos. Lo mismo sucede en distintos puntos de la ciudad. Pero creo que lo más grave es la discriminación que sufren. Ellas ejercen la prostitución porque no tienen otra alternativa de subsistencia.

- ¿No reciben ayuda social?

- Alejandra estaba muy contenta porque estaba a punto de cobrar un plan. Pero ella, como el resto de las compañeras, quieren acceder a un trabajo digno, quieren dejar la calle para salir de un mundo obscuro y lleno de peligros. Ella luchaba para ello. No quieren vivir del Estado, quieren ganarse su espacio en una sociedad que sólo sabe cerrarles las puertas.

- ¿Podrán cumplir con esa meta?

- Como están las cosas hoy es muy dificil. Debe haber un cambio muy importante. Primero, que se las acepte tal como eligieron ser.

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