Hepatitis C: llegó la medicación que estaba en falta

Hepatitis C: llegó la medicación que estaba en falta

Una ONG busca pacientes diagnosticados que no hayan hecho nada para curarse hasta ahora.

TRATAMIENTO. La hepatitis C se puede curar pero es silenciosa, por eso es importante buscar el diagnóstico. TRATAMIENTO. La hepatitis C se puede curar pero es silenciosa, por eso es importante buscar el diagnóstico.

Hace unas semanas la hepatitis C tuvo una buena ocasión para ser visible en la prensa, cosa que hace falta, porque mucha gente ignora que está infectada: quienes descubrieron el virus que la causa (la C es una de al menos cinco tipos conocidos de hepatitis viral) recibieron el Premio Nobel de Medicina 2020. Haber descubierto el virus permitió desarrollar tratamientos, que desde hace poco más de dos años todos los pacientes argentinos tienen asegurado por ley.

“El camino hacia la cura de la HC arranca con el diagnóstico. Saber que se tiene el virus es el primer paso. A partir de allí, hoy están dadas todas las condiciones para curarse rápidamente de una enfermedad grave, potencialmente mortal -describió Rubén Cantelmi, paciente curado y presidente de la Asociación Civil Buena Vida-. El médico tiene que indicar el tratamiento curativo y el prestador de salud, proveerlo. En el caso del Estado, acaban de comprarse más de 2.000 tratamientos y está garantizado el acceso”. Por ese motivo, la asociación salió especialmente a buscar a quienes aún no accedieron al tratamiento (Ver “Elegí...”).

Nuevas compras

El acceso esta asegurado, pero estaba habiendo problemas de abastecimiento. “Desde aproximadamente octubre del año pasado no había compra de medicamentos por parte del programa nacional. Habíamos estado tratando algunos pacientes con los que quedaban, pero teníamos lista de espera -contó a LA GACETA Daniela Pérez, miembro de la sección Hepatología de la Servicio de Gastroenterología del hospital Padilla-. Este año el doctor Ezequiel Mauro se hizo cargo del Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación y se empezaron a gestionar nuevos tratamientos, y la semana pasada nos avisaron que ya están disponibles”.

“Garantizadas las condiciones de acceso al diagnóstico y al tratamiento, debemos insistir en que no hay tiempo que perder en esta batalla para la erradicación del virus”, remarcó por su parte Mauro.

No suspender

“El aviso desde Nación fue una muy buena noticia. Hemos empezado a citar a todos los pacientes que dependen del sistema público; estamos actualizando los análisis de laboratorio y otros estudios, y esta semana se activaron las recetas. Los tucumanos ya están retirando la medicación nueva”, informó Pérez.

“Esta compra incluye los más modernos medicamentos, llamados ‘pangenotípicos’, que significa que pueden curar cualquier genotipo o ‘subtipo’ del virus, inclusive en casos de estadio avanzado de daño hepático o con enfermedad renal como comorbilidad”, añadió Mauro.

Y Cantelmi remarcó que nada justifica esperar para iniciar el tratamiento. “En ocasiones, pacientes con diagnóstico positivo refieren que sus médicos prefieren esperar, porque su enfermedad no está muy avanzada y consideran que la obra social, la prepaga o el Estado demorarán la entrega de medicación -resaltó-. Esto no sólo no tiene sustento científico, sino que culmina en un grave error. Las Guías de Diagnóstico y Tratamiento de este virus en Argentina y en el mundo establecen que todos deben tratarse, independientemente del grado de avance de la enfermedad. De hecho, cuanto antes se cura, menos daño presentará en el hígado y mejor salud general tendrá el paciente”.

Hace falta saber

La hepatitis C evoluciona a formas crónicas en entre el 80% y el 90% de los casos, pero el problema es que sólo el 19% de las personas que viven con ella saben que están infectados. “Y, contra lo que la mayoría de la gente cree, puede permanecer sin síntomas (o con síntomas altamente inespecíficos) mucho tiempo”, explicó a LA GACETA Dolores Murga, jefa de la Unidad Centinela de Hepatitis Virales de Tucumán.

“Por eso, lo primero es buscar saber; se diagnostica con un análisis de sangre específico que no forma parte de los estudios que se solicitan en exámenes médicos regulares. Todos deberían pedir a su médico uno de HC al menos una vez en la vida”, recomienda Pérez.

“Es importante destacar que ninguna reglamentación relaciona el acceso al tratamiento con la gravedad de la enfermedad; por el contrario, el Ministerio de Salud lo provee con cobertura universal”, insistió Cantelmi.

Riesgo y detección

La HC no duele, no te pone amarillo, no te da síntomas de ningún tipo; pasa inadvertido durante décadas hasta que se manifiesta; pero -mientras tanto- puede ir dañando lentamente y en forma irreversible al hígado, un órgano indispensable para vivir.

Todos podemos haber estado expuestos al virus sin saberlo, porque se contagiaba por contacto con sangre contaminada, sobre todo años atrás, cuando no se tomaban todas las medidas de esterilización en el odontólogo o en la manipulación de instrumental quirúrgico en general, en tratamientos de belleza, en la realización de tatuajes y la colocación de piercings. También son vías de contagio las afeitadoras o inclusive los cepillos de dientes.

“Hoy hay más conciencia y mejores prácticas, por lo que es más bajo el riesgo de contagio. Sin embargo, nos preocupan todos los que contrajeron el virus entre los años 80 y 90 y vienen conviviendo con la infección hace algunas décadas. Llevan consigo una bomba de tiempo y la enorme mayoría no sólo no lo sabe; tampoco sabe que hoy tienen la gran oportunidad de curarse”, resaltó Cantelmi.

“Venimos realizando un esfuerzo grande con los equipos de salud, sociedades científicas, organizaciones de pacientes y autoridades de los diferentes sub-sistemas de Salud para darle prioridad en la agenda a la HC -agregó por su parte el doctor Mauro-. Desde el descubrimiento del virus, hace 30 años, la enfermedad ha tenido su punto de inflexión gracias a nuevos antivirales de acción directa, que logran curar a casi todas las personas en tan sólo un máximo de 12 semanas, lo que disminuye el riesgo de cirrosis, carcinoma hepatocelular y muerte”.

Elegí saber: adónde recurrir si te da positivo

En Tucumán, la unidad de referencia de Hepatitis C es el Servicio de Gastroenterología del Hospital Padilla. Pero si surgen obstáculos para identificar profesionales que atienden en distintas zonas del país,  en el acceso a estudios de control o a la medicación, Buena Vida brinda asesoramiento a través del 0800-220-0288 gratuito de lunes a viernes de 10 a 18. También podés segur el grupo en las redes (Fb o Ig), visitar el sitio www.asociacionbuenavida.com.ar o escribir a [email protected]. La asociación se mantiene en búsqueda de nuevos pacientes y de aquellos que tengan diagnóstico positivo, pero que a día de hoy no han sido curados, algo que pone en riesgo severo su salud.

Cómo se transmite: activá las medidas de prevención

Se transmite a través de la sangre, al compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes con personas que tengan la infección; piercing y tatuajes implican cierto riesgo. También se puede transmitir por vía sexual (vaginal, oral o anal), aunque es menos frecuente. Una madre con hepatitis C puede transmitir la infección durante el parto. La mayoría de las personas no tiene síntomas o sólo los tiene leves. Para prevenir la infección no se debe compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes; exigir el uso de materiales descartables o esterilizados al hacerse tatuajes, piercings, implantes o procedimientos invasivos, y usar preservativo desde el comienzo de todas las relaciones sexuales.

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