Así lo vi: las buenas señales de Marchiori

Así lo vi: las buenas señales de Marchiori

AMPLIA SONRISA ANTE LA CÁMARA. Tomás Marchiori aprobó con alta nota su debut como arquero del “Decano”. AMPLIA SONRISA ANTE LA CÁMARA. Tomás Marchiori aprobó con alta nota su debut como arquero del “Decano”.

Posición incómoda si las hay la del arquero suplente: de los habituales convocados de un equipo, es por lo general el que menos juega y el que más tiempo debe esperar para tener una chance, si la tiene. Más si ese equipo es Atlético y el arquero titular es Cristian Lucchetti, capitán y soldado más experimentado de la tropa. “Laucha” rara vez se ausenta, por lo que la cada oportunidad de reemplazarlo debe ser aprovechada como si fuera la única. Es probable que lo sea, por lo menos hasta que el mendocino decida guardar los guantes. Así pareció haberlo entendido Tomás Marchiori. A diferencia de sus antecesores, el también mendocino no tuvo que esperar tanto. Apenas un partido después de su llegada al club, Zielinski le confió el arco nada menos que contra el difícil Racing de Becaccece y en el Cilindro de Avellaneda, donde Atlético no había ganado nunca. Está bien, es cierto que un torneo como este -libre de angustias por promedios y descensos- permite ciertas licencias, pero eso no quita que sea un escenario poco habitual para que un arquero debute en Primera.

Y Marchiori respondió como si ya tuviera años en la categoría. Transmitió muy buenas señales: sentido de la ubicación y rapidez de reflejos. Sobre todo en el primer tiempo, con un par de intervenciones que bien pudieron cambiar el curso del partido. Principalmente, ese cabezazo a quemarropa de Lisandro López, que tapó a contrapierna. Fue casi un penal lo que atajó. Además, el valor estuvo en el momento: justo después del gol de Ruiz Rodríguez, lo que hubiera anulado ese golpe y envalentonado a la “Academia” con un descuento inoportuno. No estuvo tan preciso en la entrega de balones largos (una de las grandes virtudes de Lucchetti), pero cada intento de Racing lo encontró bien parado. En el gol no tuvo responsabilidad, fue todo mérito de Martínez. Como también lo fue de “Licha” las dos veces que lo eludió en el área. Una linda forma de coronar el debut fue ese atajadón sobre el final al remate de Miranda. A esa altura no hubiera cambiado nada, pero... 4-1 suena mejor que 4-2.

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