22 Octubre 2020
OPCIÓN. Caetano afirma que cada vez van menos personas a ver cine.
Adrián Caetano se ha movido con comodidad entre la televisión y el cine. Tal vez sea el director más prolífico y reconocido de la producción audiovisual actual, aparte de Juan José Campanella. “Pizza, birra y faso”, “Bolivia”, “Un oso rojo”, “Crónica de una fuga” y “El otro hermano” han posicionado en la pantalla grande un “nuevo cine nacional”, aunque él no se haga cargo. Y eso sin hablar de series como “Tumberos”, “Apache: la vida de Carlos Tevez”, “El marginal” y, más recientemente, “Puerta 7”, para Netflix.
También guionista, no parece que se proponga trabajar sobre la pandemia en una industria donde importan los logaritmos, sostiene durante en una entrevista con LA GACETA. El cineasta brindará hoy un masterclass en el Festival Tucumán Cine (www.tucumancine.gob.ar).
- Tus películas han marcado momentos del país y del también llamado cine nacional. “Pizza...”, tal vez, provoca una ruptura. ¿Hay un cine “de Caetano”, de autor?
- No sé qué responder. No es mi tarea analizar mi propio trabajo. Me parece un ejercicio inútil y narcisista. Soy la última persona que debe tener una opinión de sí mismo a la hora de crear. Es más una pregunta para vos que para mí, más una respuesta tuya antes que mía.
- El cine de autor tiene una circulación diferente del común. ¿Te pasa lo mismo con la TV? “Tumberos” y “El marginal” fueron exitosas sin caer en concesiones comerciales. ¿La industria necesitaba esas producciones?
- Las cosas van cambiando tan rápido que mi respuesta es siempre diferente. No tengo idea si hay un espacio específico que ocupar o no. Las armas de contar historias han cambiado, y cambiaron las formas de entretenimiento. Y eso abre una forma enorme de manifestaciones artísticas o culturales. Fue mucho más que dividir las cosas entre independientes o no. Los espacios son muchos y las formas también. Y el cine ha caído en su opción de entretenimiento. Ya no es la primera. La mayoría de las personas prefiere hacer otras cosas que ir al cine. Y cuando van, ven lo mismo que podría verse en un celular. El cine en estado puro sucede cada vez en menos lugares.
- Con la remanida “nueva normalidad”, ¿una forma de hacer cine está concluyendo? ¿Qué opinas de la invasión Netflix?
- No sé si mi opinión es muy importante en este caso, importan los logaritmos y todo eso, pero más las personas. Los productores y las formas de producir no son las mismas que hace 50 años. De los productores excéntricos pasamos a colegios de abogados y representantes. Acá la cosa ha sido más difícil sin la presencia del Estado. Los espacios de libertad nunca van a suceder en una empresa sencillamente porque esa empresa tiene un estatuto. La tarea, y no es sencilla, es ocupar esos espacios y desde ahí proponer. Eso es un poco cansador, es como volver a ocupar un espacio que ya no está y en el que muchos cineastas supieron establecerse. Cuando apenas se logra una carrera cinematográfica, el cine empieza a desaparecer y las series lo son todo.
- ¿Qué historias te gustaría contar en este momento?
- Nada en particular. Me gustaría lograr ese espacio donde los planetas se alinean y producir algo que me deje satisfecho y que sea una creación propia. Incluso producirla, repetir la experiencia en las series como hice ya en el cine.
- Hay una tendencia, que sería algo como cine contemporáneo (Lucrecia Martel, Agustín Toscano, Ezequiel Radusky) y hay otro cine nacional similar. ¿Conocés lo que se hace en Tucumán? ¿Qué te interesa ver como espectador?.
- Miro de todo, pero cada vez hay menos que ver. O porque no llega o porque la oferta masiva es mediocre. Y la distribución tira al tacho todo lo que no le interesa. A veces pienso que en YouTube hay mejores cosas que en las pantallas de streaming. Lo más difícil es encontrarlas y encontrarlas en buena calidad.
- Vas a dar una clase maestra. ¿Qué le demanda Caetano a sus actores, cómo los elige?
- Hay que establecer un vínculo, profesional, afectivo o laboral, y algo que los vincule con el personaje, ya sea a través de lo intelectual, de él mismo o de terceros. No hay fórmulas para eso, la mayoría de las veces es pura intuición. Es como jugar a elegir quien va a ser tu familia durante un tiempo: la decisión es absolutamente tuya y totalmente subjetiva.
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