La casa (del fútbol) no está en orden

“La casa está en orden”. Ese fue el mensaje que lanzaron las autoridades de la AFA y de la Liga Profesional durante la ceremonia realizada el viernes para confeccionar el fixture del torneo que comenzará el 30 de octubre. Participaron los principales dirigentes y figuras destacadas de los planteles. Hubo mensajes de unidad, elogios y clima de festejos. Sin embargo, la “bomba” se activos horas después y dejó en claro que la grieta no se cierra. Boca y River se unieron para iniciar una pulseada que promete ser dura y de largo aliento. Cuando hay dinero en juego nadie quiere perder y aunque los clásicos rivales están en la categoría de “pesos pesados” por todo lo que mueven y generan, hay que ver si logran inclinar la balanza ante la mayoría.

Un comunicado en conjunto que ambos clubes difundieron en sus redes sociales encendió la polémica. “River y Boca comunican que no fueron parte de la definición del nuevo escenario contractual y, a su vez, manifiestan que no consideran justo no haber participado de una decisión tan importante para el futuro del fútbol y de los clubes. Si bien la AFA, a través de la Liga Profesional, tiene la atribución de tomar este tipo de decisiones, Boca y River son una parte fundamental del espectáculo deportivo y entienden que los dos clubes debieron ser consultados a lo largo del proceso que desembocó en este cambio en la titularidad del contrato de derechos televisivos, y no sólo ser informados del resultado final”, precisa el texto.

Nicolás Russo, el hombre fuerte de Lanús y muy cercano a Claudio Tapia, recogió el guante y salió a responderles dejando en claro que ambos clubes estaban al tanto de la situación. Sus críticas fueron muy duras. “Ellos quieren profundizar las diferencias que existen con los demás clubes. Nosotros consideramos que debemos cobrar mucho más dinero de la TV que el que percibimos actualmente. Esa es la discusión de fondo. Boca y River están en la discusión más chiquita, que es ver cuánto les toca a ellos. Los clubes pretendemos que todo el dinero que giren estas empresas por los derechos de televisación sea repartidos de la misma manera”. Lejos de tratar de acercar las partes, se encargó de marcar las diferencias.

Buen negocio

La televisión sigue siendo uno de los principales ingresos que tienen los clubes y en tiempos de pandemia, sin públicos en los estadios, el aporte por los derechos de transmisión es vital para sostener las estructuras de los clubes. La idea es triplicar los ingresos teniendo en cuenta que el pago del paquete para ver los encuentros sufrirá un incremento importante con el regreso de los partidos. Se estima que los abonados de los canales de cable pagarán algo más de 800 pesos para ver los encuentros. Al no poder asistir a los estadios, la única posibilidad es verlo por TV. La demanda será amplia y nadie quiere perderse el negocio. El acuerdo con Fox Sports se rompió porque, según la AFA, la empresa no informó en tiempo y forma su fusión con ESPN, un punto contemplado en el acuerdo como causal de rescisión. Turner, empresa dueña del otro 50 por ciento de los derechos, tiene prioridad para presentar una oferta y quedarse con el total del paquete. Si esto no sucede saldrán a buscar una oferta jugosa en el mercado. Incluso se analiza emitir por la TV Pública dos o tres partidos por fecha, aunque por ahora está descartado el regreso de “Fútbol para Todos”.

El fútbol es un gran negocio y dentro del paquete que ofrece la AFA, Boca y River son la atracción. Eso es indudable y se aferran a los números del rating para reclamar una porción más generosa de la torta. La grieta está abierta y los grandes se encargaron de mostrar que, pese a los mensajes de unidad, la casa del fútbol argentino no está en orden.