“La palabra poética es fundacional del lenguaje”

“La palabra poética es fundacional del lenguaje”

Oriundo de Concepción, el escritor y docente sostiene que en su poesía busca reflejar el magnetismo del paisaje y su gente. Las Estancias.

DE TUCUMÁN AL MUNDO. Mario Melnik enlazó en su lectura autores latinoamericanos con estadounidenses. DE TUCUMÁN AL MUNDO. Mario Melnik enlazó en su lectura autores latinoamericanos con estadounidenses.

Un latido de pájaro se despereza en la voz del aire. Tal vez en Las Estancias, donde la vida aletea en el horizonte. Y aunque en Concepción amaneció por vez primera, sus pasos dibujaron su felicidad changuita en tierra catamarqueña. “Con la voz sosteniendo cada mirada atravesaré el cosmos de tu memoria por el costado más tuyo y volverán en ramas los rumbos y aunque pese la tanta sombra sobre el quieto fulgor de tu horizonte me cargaré a dos manos tus hombros a dos pies tu cintura y se harán entraña esta cuesta en mi abismo y estas palabras sin redondeces que gritan en tu rincón y a ríos te florecen”, dice el poeta. “La literatura no estaba presente en mi hogar, pero mis padres compraron algunas enciclopedias para asistirnos en la escolaridad. Fue así que durante la primaria, descubrí mi gran interés por la lectura y me convertí en un devorador de artículos enciclopédicos; en particular los de la enciclopedia Quillet y ‘Lo sé todo’”, evoca Mario Melnik, escritor, docente, bibliotecario, traductor.

- El aroma catamarqueño prendió rápido hasta el punto de haberse convertido en una de las pulsiones de tu infancia…

- Como mi padre nació en Las Estancias y vivió allí hasta su adolescencia, tenía predilección por visitar su lugar de origen. Así fue como Las Estancias pasó a ocupar un lugar central en mi apreciación del hombre de la montaña y su lugar en la naturaleza. Allí pude conocer de cerca el carnaval tal como lo celebraban las comunidades nativas y frecuentar gente del lugar con quienes mi padre guardaba estrecha amistad.

- ¿Hasta qué edad viviste en Concepción? ¿Cómo era el ambiente cultural?

- Viví en Concepción de corrido hasta mis 18 años, cuando me tocó el servicio militar. Volví años después tras una crisis vocacional, por la que dejé estudios universitarios de Geodesia y Geofísica. Allí me puse en contacto con el ambiente literario que se concentraba en la persona de Joya Musa Villafañe, mi primer referente poético de carne y hueso y maestra en su arte y en la vida.

- ¿Cuándo arrancaste con la escritura? ¿De qué hablaban los primeros poemas? ¿Qué escritores te atraían?

- Comencé con la escritura a los 23 años aproximadamente. Mis primeros poemas eran más bien de impronta filosófica. Entonces leía mucha filosofía y me atraían en particular los existencialistas. Pero todo dio un vuelco cuando descubrí la poesía de César Vallejo. Con él encontré una comunión entre mis vivencias esenciales y la América profunda. Otras voces inspiradoras fueron las de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik, Octavio Paz, Olga Orozco. Entre las voces de geografías más cercanas se fueron incorporando las de Armando Tejada Gómez, Manuel J. Castilla, María Elvira Juárez e Inés Aráoz. Y debo agregar mi enorme gratitud al alto cancionero del NOA y a sus intérpretes.

- ¿La carrera de inglés le torció el brazo a la de letras?

- La carrera de inglés y la de las letras se complementaron. A través del inglés conocí la obra de sus grandes referentes. Soy consciente, por ejemplo, del impacto en mi poesía de la obra de William Blake o la de T.S. Eliot. Hay excelentes traducciones al inglés de poetas como Rilke o Leopardi, así como también de Wang Wei, Li Po y Tu Fu que son motivo de mi devoción. Por otra parte, las letras tuvieron un permanente sostén en la profesión docente, en la riquísima experiencia humana de interactuar con mis alumnos y mis colegas.

- ¿Cómo se produce tu incorporación a Joetuc y a Polymnia? ¿Tenían una estética común? ¿Eran parricidas como lo fueron los poetas de La Carpa? ¿Qué te aportaron esas experiencias?

- Ingresé a Joetuc a través del grupo Polymnia, cuya formación fue anterior. En el grupo Polymnia, estábamos Gabriel Kreibhom, Silvia Porta, Raúl Hill, Mercedes Caballero, Marta Quiroga, Angelina Rosatti y yo. Gabriel, quien era miembro también de Joetuc, nos invitó a integrarla en 1987. Mucho de lo que hicimos en ese período se inscribió dentro de los postulados del Grupo La Carpa. Buscábamos hacer nuestro aporte desde este amplio contexto cultural que es el NOA, trasmitiendo aquello que es universal en él. En ese sentido, no fuimos parricidas. Emergíamos de un período oscuro y silenciado de nuestra historia y era natural que encontráramos en la producción de los miembros de La Carpa un referente.

- ¿Las palabras te golpean la puerta y te piden que las conviertas en poema o tenés otro proceso creativo? ¿La música puede ser una disparadora? ¿Cuándo sentís que un poema está logrado?

- En mi caso es generalmente una situación o experiencia que llega de súbito lo que da origen a una palabra o frase guía. Es como la punta de un ovillo de la cual se debe tirar para ir encadenando las demás palabras y llegar al poema. La música es otra experiencia o situación que origina también el poema. Muchos de mis poemas arrancaron con la vivencia de la música. El fondo es lo primero que se resuelve en la elaboración del poema, pero el poema solo satisface y cierra cuando se resuelve la musicalidad que da marco a ese fondo.

- ¿Se puede hablar de una poesía tucumana con rasgos propios?

- Hay en Tucumán un rico acervo cultural que ha permeado el arte de excelentes poetas y es orientador para las voces que surgen. Pero la poesía de Tucumán siempre fue ecléctica y abierta a muchas influencias, y más aún hoy en día, en que a través del espacio cibernético se ve atravesada por distintas corrientes que van acercando sus propuestas, muchas de ellas valiosas. Por lo que entiendo no existe una síntesis que permita hablar de rasgos propios.

- ¿Encontraste tu voz propia? ¿Qué características tiene? ¿Cuáles son los temas de tu poesía?

- Me identifico con una búsqueda del hecho poético que con el paso del tiempo fue tomando rasgos distintivos, propios. Formalmente es poesía de verso libre, a veces en prosa; muy sensorial, particularmente visual. Me gusta mucho recurrir al empleo de sinestesias. En mi poesía busco reflejar el magnetismo del paisaje y su gente, su lenguaje. Circular a través de ese lenguaje hacia raíces profundas, hacia los ríos profundos de nuestra América que en sí constituyen todo un cosmos.

- ¿La palabra poética puede ayudar a transformar la realidad?

- La palabra poética es fundacional del lenguaje y sigue al día de hoy intacta en su capacidad de interrogar e interpretar ilimitadamente la realidad. Es desde allí donde puede colaborar a transformarla.

- ¿Por qué escribís? ¿Qué es la poesía?

- Escribo para satisfacer una recurrente necesidad de expresión. La poesía es un diálogo entre el corazón y sus múltiples interlocutores y ante el cual es difícil permanecer indiferente. Un poema que escribí y dediqué a Eva Wittmann expresa a su manera lo que la poesía resulta también para mí. Y dice: “Como se diluye la luz en el horizonte añejo, así se diluye el poema en la memoria buscando renacer en otra luz en otro tiempo. Tratando de emerger desde el latido al silencio y así decir lo que siempre queda por decir como dice el horizonte añejo de los ojos que lo ven”.

La piel de un árbol

Soy la piel de un árbol.

El estar de la tierra me hace andar caminos

me hace esperar el tiempo

andar latidos en ayunas

cavar silencios a dos manos

beber de mi sed cuando no llega la lluvia.

A pocas palabras me debo

de allí el invierno, la primavera

encenderse en los abrazos del fuego

volverse ciego ante el día que se acaba

y sombra ante el horizonte que no llega.

Soy la piel de un árbol.

Bajo esta piel, su caricia

sus rincones de lenta devoción

alguien busca miradas para fijar un rumbo

unos hombros para sostener el sentido

una señal para las horas que llegan sin brújula

para la vida súbita de una música que vuelve

para el largo trayecto de una palabra

en el lenguaje del agua y del humo.

Bajo esta simiente de la intemperie

alguien busca siempre un abrigo

como queriendo quedarse y renacer.

Mario Melnik

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