Reporte Rural: la ayuda llegó del cielo, pero no fue la lluvia

Reporte Rural: la ayuda llegó del cielo, pero no fue la lluvia

La cruda sequía que viene golpeando al NOA coadyuvó a que el fuego en el cerro San Javier gane tal magnitud. Y ante la dificultad para acceder a los focos, apareció la solidaridad del sector productivo, que puso a disposición sus aviones. El Gobierno debería considerar esta herramienta; debido a que la falta de precipitaciones aparentemente persistirá.

La sequía que viene golpeando de manera imponente a la provincia y al NOA afecta cultivos, montes y pasturas, y genera la falta de agua en diferentes poblaciones de la provincia.

La ausencia de lluvias está siendo histórica. Las últimas lloviznas -muy moderadas- se dieron en julio; y las que registraron una cierta intensidad e hicieron que los pluviómetros midieran algo más de 10 mm ocurrieron en mayo.

Esta total falta de precipitaciones está afectando mucho a los cultivos invernales como el trigo y el garbanzo; y también a cultivos como la caña de azúcar, cuyos lotes necesitan agua para que se realicen labores importantes, como control de malezas y fertilizaciones.

Los lotes de cítricos -se encuentran en plena floración y cuaje de frutas para la próxima campaña- que no cuentan con sistemas de riego se ven muy afectados por la falta de lluvia. Y ya se ve una gran cantidad de plantas muertas en algunas zonas de Los Nogales y de Burruyacú, entre otras.

Pero los cultivos no son los únicos afectados. Resulta importante destacar que esta falta total de precipitaciones afecta a los montes nativos de nuestros cerros, que no solo necesitan agua para conservarse adecuadamente, sino para que los incendios que vienen afectando a las laderas de los cerros se terminen definitivamente y no surjan nuevos focos.

En este sentido resulta preciso recalcar que los incendios que se dieron en las laderas del cerro San Javier y al sur de la provincia seguramente se ocasionaron debido a la mano irresponsable de alguien que, accidental o intencionalmente, dejó encendida una hoguera o un fósforo. Pero este fuego cobró tal magnitud a raíz de la gran cantidad de material seco que se encuentra sobre la superficie de los suelos de la montaña, como consecuencia de la falta total de lluvias.

Debido a esto resultaron infructuosos los trabajos realizados por los bomberos voluntarios de varias localidades, por personas solidarias que se acercaron a ayudar, por empleados municipales y por guardaparques, a los que se sumó el apoyo incondicional del sector productivo tucumano, que se acercó a colaborar con lo que tenían a mano para apaciguar y anular a las llamas: aviones pulverizadores, tractores, cisternas, camiones tanques, pulverizadoras terrestres y, sobre todo, esfuerzo humano.

Para muchos de los habitantes de Yerba Buena y del Gran San Miguel de Tucumán, ver el despliegue realizado durante varios días con los vuelos de cinco aviones para controlar el fuego (cuatro Air Tractor 502 y un Turbo Kruk) de las empresas aeroaplicadoras Agro Alas, Aero Servicios Pilot y Agro Servicios Yoris, fue todo un espectáculo. Pero sobre todo sirvieron para que se logren apagar las llamas desde el aire, junto con el trabajo denodado de los que estaban en tierra en la zona de fuego en el cerro o en la logística del Aero club ubicado al pie del cerro.

En un editorial de LA GACETA publicado cuando el fuego en San Javier fue extinguido se resaltó a los pilotos como héroes humildes, ya que hicieron notar que fueron un eslabón más en la cadena y destacaron al equipo de tierra y a los bomberos. Todo fue una tarea en equipo, acompañada constantemente por la comunidad.

Por otro lado cabe decir que estos aviones fueron concebidos como herramientas para ser usados para el trabajo agro aéreo, consistente en aplicaciones como el pulverizado de agroquímicos, el espolvoreo, la siembra aérea, la aplicación de fertilizantes, entre otros usos, y para el control ígneo con el aditamento de descarga rápida, que permite liberar los 1.500 litros de capacidad de su tanque.

Con este trabajo realizado se está demostrando que estos aviones y sus pilotos son herramientas y recursos aptos para apagar el fuego forestal.

El fuego se está dando en 14 provincias de la Argentina, con Jujuy y Córdoba a la cabeza. Y como la sequía aparentemente continuará por cierto tiempo resulta necesario que las autoridades consideren esta herramienta como una parte para la solución de los problemas de incendios.

Nuevamente, la solidaridad apareció en momentos cruciales y duros, cuando la situación debía resolverse. Y la ayuda llegó del cielo. No fueron las lluvias, pero sí un importante grupo de personas que representan y trabajan en la producción agropecuaria, acompañados por otras de diversa índole que en forma conjunta y organizada lograron dominar un fuego, continuando con otros, en zonas de dificultoso acceso.

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