Reporte Rural: la falta de agua nos alerta sobre su importancia

Reporte Rural: la falta de agua nos alerta sobre su importancia

Se sabe acerca del rol vital del agua, para personas, para animales y para plantas. Pero recién cuando el recurso comienza a escasear se toma una real consciencia de que sin esta no hay vida. Se la debe cuidar siempre: el Estado debe aprovechar ríos y arroyos, el ciudadano común debe cerrar las canillas y el productor debe hacer un riego eficaz.

Generalmente cuando en el campo o en la ciudades empieza a faltar el agua todos miran para el cielo y empiezan a observar los pronósticos para saber cuándo llegará la bendita lluvia; sea para tener más o mejor agua en sus canillas, para salvar los cultivos, para empezar una campaña o simplemente para mojar sus jardines.

Cuando este recurso empieza a faltar, como está sucediendo en el NOA y en nuestra provincia, recién uno empieza a darse cuenta de la importancia del agua para todo ser vivo. El agua dulce es un recurso vital: y no existe en el planeta ningún ser vivo que pueda sobrevivir si le falta durante cierto período de tiempo.

El agua es el constituyente principal de las células vegetales y animales. Si falta o no tiene un adecuado nivel dentro de la célula no es posible que se produzcan reacciones químicas y de síntesis vitales.

Cuando este líquido empieza a faltar en la célula se detienen el crecimiento y la síntesis de diversos productos elementales para la célula; no hay multiplicación celular, y si la carencia es grave, finalmente la célula se deshidrata y muere.

El agua es vital. Y en el mundo es una cuestión de Estado. Muchas naciones la cuidan; invierten millones de dólares en la captación, embalse y transporte. Y en generar consciencia en la población sobre su adecuado uso, porque el recurso escasea cada vez más.

Si se busca información en la prensa -sobre todo, en la especializada- se notará que hacen referencia permanente sobre la importancia del agua y sobre los graves problemas que sufren los países donde resulta tan escasa que no hay siquiera para beber. Casi dos millones de personas mueren al año por falta de agua potable. Y acaso en 15 años la mitad de la población mundial viva en áreas donde esta no alcanzará para todos.

Nuestro planeta contiene más de 1.000 millones de billones de litros de agua. Pero poca se puede beber, ya que más del 97% es salada. Dos tercios del agua dulce están retenidos en glaciares y en capas de hielo polar. De lo que queda, la mayor parte está atrapada en el suelo o en acuíferos subterráneos.

El agua que usamos no sólo se necesita para tomar: casi todo lo que se hace en el mundo involucra el agua, de algún modo. Resulta difícil imaginarse cuán alto es el consumo individual, si uno piensa en la que bebe o en la que gasta para ducharse o para lavar ropa. Pero hay un uso “escondido”, que poco se conoce: el agua que se necesita para cultivar y para criar los alimentos que comemos y para hacer los productos que usamos y consumimos.

El agua es un recurso indispensable para la vida humana, animal y vegetal de todo el planeta. Debido a ello, países donde resulta limitada y difícil de obtener y de mantener utilizan toda la inteligencia humana para que su obtención, almacenamiento, conducción y distribución sea lo más eficiente posible. Con ello no sólo ahorran grandes sumas de dinero, sino, por sobre todo, agua.

Algunos países son ejemplo de inversión y de uso responsable del agua. El Estado invierte grandes sumas de dinero para disponer del recurso que genera grandes riquezas, pero, principalmente, vida. Instituciones y empresas dedicadas a la producción agrícola ganadera usan muchas horas de trabajo para determinar la forma más eficiente de hacer un adecuado uso de esta.

El agua dulce para uso humano, agrícola, ganadero e industrial está disponible de diversas maneras en todo el mundo. Las lluvias o nevadas, los ríos o lagos o el agua subterránea son las más comunes. Para usarla el hombre hizo diques embalses o niveladores, tomas de río, represas, o perforó el suelo.

La falta de agua -permanente o temporal- hace que todo lo relacionado a la producción agrícola ganadera se encuentre acotado y que se deba recurrir a la inteligencia para colocarla en el momento y en la cantidad que un sistema productivo precisa para progresar.

Durante diversos años, en Tucumán y en muchas otras zonas del país, fuertes sequías estacionales perjudicaron cultivos y pasturas para alimentación del ganado. Este año parece ser uno de ellos.

Hay que cuidar el agua en todo sentido. Desde no dejar una canilla que gotee, hasta no permitir que corra en la calle. A aquella que circula por arroyos o ríos darle un uso o almacenamiento adecuado. Y utilizar de manera eficiente en los cultivos el agua para riego, con equipos adecuados.

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