El complejo caso de Semenya
16 Septiembre 2020

La sudafricana Caster Semenya no tuvo suerte en la pulseada con la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). El TAS le dio la razón al organismo atlético internacional y dispuso que la atleta debía disminuir con medicación sus niveles de testosterona para competir en las pruebas oficiales. Si bien admitió que la normativa es “discriminatoria”, la consideró necesaria para proteger al deporte femenino. “La mayoría del tribunal encontró que, sobre la base de las pruebas presentadas por las partes, tal discriminación es un medio necesario, razonable para preservar la integridad del atletismo femenino en determinadas pruebas”, sostuvo el fallo.

En abril de 2018, la IAAF anunció una nueva regulación obligando a las atletas a mantener los niveles de testosterona por debajo de los 5 nanomoles por litro durante un período continuado de al menos seis meses para competir en pruebas de entre 400 metros y una milla y ver reconocidas sus marcas. Las corredoras “con disfunciones en su desarrollo sexual”, como describe la norma, deben cambiar de prueba o competir como hombres.

“Quiero simplemente correr de manera natural, como lo hago desde que nací”, comentó la atleta cuando compareció ante el TAS. “No es justo que me pidan cambiar, no es justo que la gente se pregunte quién soy”, añadió.

El caso fue complejo. El TAS tuvo en cuenta los argumentos y opiniones en todos los sentidos, la mayoría a favor de la normativa de la IAAF

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