Por qué el sobrepeso potencia los riesgos de contraer covid-19 incluso en los jóvenes

Por qué el sobrepeso potencia los riesgos de contraer covid-19 incluso en los jóvenes

Las células grasas alteran el sistema inmune. La obesidad incrementa en un 74% el riesgo de necesitar terapia intensiva.

INMUNIDAD DISMINUIDA Y SOBRECARGA. El tejido graso dificulta la mecánica respiratoria, altera la sangre y modifica la respuesta del sistema inmune. INMUNIDAD DISMINUIDA Y SOBRECARGA. El tejido graso dificulta la mecánica respiratoria, altera la sangre y modifica la respuesta del sistema inmune.

Tucumán superó ayer las 100 muertes por coronavirus, y cada parte vespertino en el que se describen los casos desgarra. Al mismo tiempo, la descripción de las comorbilidades confirma lo que los especialistas vienen diciendo desde el principio: la edad no es el único agravante como factor de riesgo: personas jóvenes (e incluso niños) pueden cursar cuadros graves de la enfermedad si tienen sobrepeso.

No es un dato menor si pensamos que en Argentina, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (presentada en 2019), más de la mitad de la población (61%) está excedida de peso. Y no es un problema de adultos: la prevalencia es del 13% en menores de cinco años, y del 41% en el grupo de cinco a 17 años. Y en todos estos casos la susceptibilidad al SARS-Cov-2 está aumentada.

“La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para covid-19 grave, sobre todo en pacientes jóvenes, y aumenta consecuentemente el deceso intrahospitalario”, advierte Gastón Moisá, tucumano especialista en obesidad y cirugía bariátrica.

Lo confirman los datos: adultos jóvenes de 18 a 34 años con obesidad, así como con diabetes e hipertensión, fueron los más propensos a necesitar ventilación mecánica o murieron de covid-19, según un estudio realizado con 3.000 personas hospitalizadas en Estados Unidos entre abril y junio, publicado en la revista Jama Internal Medicine, informa Télam.

Por su lado, un metaanálisis (es decir, la compilación de datos de decenas de estudios revisados por pares que involucran a 399.000 pacientes) publicado el 26 de agosto en la revista Obesity Reviews estimó que las personas obesas corren más del doble (113%) de riesgo de ser hospitalizadas si contraen coronavirus en comparación con personas no obesas.

Pero no es todo: también tienen el 74% más de probabilidades de necesitar internación en terapia intensiva y un 48% más de riesgo de morir. Y hay otro dato preocupante: muchas personas con obesidad están convencidas de que sólo tienen sobrepeso (ver “Autopercepción...”)

Las causas

Una combinación compleja de factores fisiológicos y sociales impulsa esos números sombríos. La biología de la obesidad incluye inmunidad deteriorada, inflamación crónica y sangre propensa a coagularse, todo lo cual puede empeorar covid-19. Pero además, además, debido a que está tan estigmatizada, las personas con obesidad con frecuencia evitan la atención médica: “a los ‘gordos’ les es difícil defenderse, de todo: del bullyng de sus pares, de los malos tratos del profesor... también de los virus”, destaca Moisá y con una comparación comienza a desmadejar la maraña de problemas que implica estar enfermo de obesidad.

“La sobrecarga para el organismo es terrible; es como si tuvieras un autito y lo fueras cargando con ladrillos, y cada día con más... va a funcionar cada vez peor, hasta que no funcione más...”, resalta y “tira” un par de datos “extra”: el 60% de las personas con obesidad sufre también hipertensión; y muchas de ellas, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas... Más elevadores de riesgo...

Las patologías físicas que hacen a las personas con obesidad más vulnerables a la covid-19 severa comienzan con la mecánica: la grasa en el abdomen empuja hacia arriba el diafragma, y este a su vez empuja los pulmones y restringe el flujo de aire. Ese volumen pulmonar reducido conduce al colapso de las vías respiratorias en los lóbulos inferiores de los pulmones, adonde llega más sangre para la oxigenación que a los superiores.

Otros problemas agravan los mecánicos. Para empezar, la oxigenación sufre también las consecuencia de la inflamación crónica que genera la obesidad, explica Moisá. “La inflamación, mediada por depósitos de fibrina en la circulación, obstruye el paso de oxígeno a través de la sangre”, detalla. Por otra parte, la sangre de las personas con obesidad tiene mayor tendencia a coagularse, un riesgo especialmente preocupante porque cuando la covid-19 es grave, llena de forma independiente los pequeños vasos de los pulmones con coágulos.

“Las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos normalmente le dicen a la sangre circundante: ‘no se coagule’”, explica (según publica en su sección Noticias la revista Nature) Beverley Hunt, experto en coagulación sanguínea de dos hospitales británicos. “Pero creemos que la covid está cambiando la señalización -agrega-, porque el virus daña las células endoteliales, y estas responden a la agresión activando el sistema de coagulación”.

Caen las defensas

Y como si todo esto fuera poco, la inmunidad también se debilita en las personas con obesidad.

“El tejido graso no es simplemente un almacén energético; sus células, llamadas adipocitos, son fuente de moléculas que pasan a la circulación y se diseminan por el organismo actuando como mensajeros, y de esta manera modulan y regulan reacciones en muchos lugares del cuerpo”, explica a LA GACETA la endocrinóloga Cristina Bazán de Casella. “Por ejemplo, se encontró en el tejido adiposo un nivel alto de la enzima convertidora de angiotensina 2, cuya función ‘normal’ es la acción vasoconstrictora -agrega-. Pero se ha comprobado que el SARS-CoV-2, como otros coronavirus, se introduce en las células pulmonares acoplándose a esa enzima... y en las personas con obesidad esa posibilidad está potenciada”.

Por otra parte, las células grasas se infiltran en los órganos donde se producen y se almacenan las células inmunitarias (bazo, médula ósea y timo) -explica Catherine Andersen, científica nutricional de la Universidad de Fairfield-. Perdemos tejido inmunológico a cambio de tejido adiposo, lo que hace que el sistema inmune sea menos eficaz para proteger al cuerpo de los patógenos”.

“Además -explica Moisá-, la acumulación de tejido adiposo en el abdomen, el hígado y otros órganos no es inerte; contiene células especializadas que liberan moléculas, como la hormona leptina, que modifican las respuestas humoral y celular de la inmunidad generando un estado proinflamatorio”.

“Y el cuerpo percibe esas células como un elemento extraño, entonces, las combate. Eso hace que, ante la presencia de un ‘verdadero’ patógeno, ya tiene comprometido su sistema de defensa en defenderse de sí mismo”, agrega Bazán de Casella.

Extremar cuidados

“Es simple: si una persona tiene mucho sobrepeso, que no piense que por tener 35 años va a estar más segura ante una covid-19 grave que sus padres o sus abuelos delgados”, dice, contundente, Moisá. Y añade: “para evitar consecuencias la clave es la prevención universal con enfoque comunitario: estamos todos juntos en esto. Y las medidas de protección personal son cruciales”. Recomienda consultar de inmediato ante la mínima sintomatología y estar muy bien informado, pero, al mismo tiempo, ser humilde. “No somos expertos”, advierte.

Autopercepción errada: más del 60% de las personas obesas piensa que sólo tiene sobrepeso y subestima riesgos

Un estudio presentado en el Congreso Europeo y Mundial sobre Obesidad, realizado en agosto pasado, muestra que el 62% de las personas con obesidad grado 1, es decir, con índice de masa corporal (IMC) entre 30 y 34,9, considera que sólo tiene sobrepeso. Lo mismo piensa el 31% de quienes tienen obesidad grado 2 (IMC entre 35 y 39,9) y el 25% de los que presentan grado 3 (IMC de más de 40). Se trata del estudio Action IO, que relevó más de 14.500 personas con obesidad y casi 2.800 profesionales de la salud de 11 países.

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