Los nuevos desafíos de la alfabetización

“La pandemia de covid-19 ha atravesado todos los sectores sociales, técnicos, académicos y comunitarios, y puso en evidencia que la alfabetización digital es una fuerza motriz del desarrollo sostenible. Permite, además, una mayor participación de las personas en el mercado laboral, mejora la salud, reduce la pobreza y amplía las oportunidades de desarrollo durante la vida”, advirtió Lidia Brito, directora de la oficina regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la Unesco, en una entrevista con la agencia Télam.

Destacó que la nueva normalidad supone ahora una serie de desafíos que urge identificar a tiempo para que todos los cuerpos educativos puedan adaptarse a una realidad inesperada que impacta en el aprendizaje de los chicos.

“La tecnología y el acceso masivo a internet, intensificado en tiempos de aislamiento social, presenta nuevas oportunidades, mientras que por otro lado, su mayor uso y consumo significa, también, una mayor exposición a las amenazas propias del entorno virtual, para lo cual es categórico estar alerta y actualizado”, subrayó.

“La alfabetización digital transita por un camino que implica adquirir una serie de destrezas básicas de manejo de equipos y programas, lenguas y nuevas formas de comunicación”, dijo. Añadió que este tipo de aprendizaje se encuentra en permanente construcción e incorpora nuestros comportamientos y actitudes respecto de las nuevas tecnologías y, al mismo tiempo, nuestros derechos y obligaciones.

“El sistema educativo no es ajeno a estas circunstancias y el principal reto se centra, entonces, en el elemento digital y en el uso de las herramientas tecnológicas que se vinculan directamente al aprendizaje”, enfatizó. Explicó que esto supone que las personas -no sólo estudiantes, sino también docentes - puedan afianzarse en el funcionamiento de los principios que rigen al entorno virtual. Es importante, asimismo, que sepan analizar el lugar y el papel que ocupan las tecnologías en la sociedad, siendo capaces de evaluar su incidencia en la vida cotidiana y apoyándose en ellas para la construcción de nuevas formas de adquirir y difundir conocimiento e información.

“El actual panorama pone de manifiesto que la educación ideal del mundo de hoy interpela no sólo al alumno sino también al docente, que debe estar en constante vínculo con las actualizaciones digitales correspondientes, cercano siempre a sus estudiantes, para poder conjugar y armonizar las singularidades de cada niño, en pos de la construcción de una comunidad más lúcida. Educar a ciudadanos globales, preparados para ejercer una ciudadanía responsable, activa e informada, implica ser ciudadanos digitales, en un mundo cada vez más interconectado y virtual”, concluyó.