Crimen en barrio La Palmera: “mi hijo no formaba parte de una banda ni tenía prontuario”

“¡Queremos justicia! ¡Queremos justicia!”. El clamor de la marcha en Jujuy al 3.200 se escuchaba como fondo de las palabras de Sandra Almirón, la madre de Alfredo Almirón, quien fue asesinado el domingo a la noche en barrio La Palmera, al sur de la capital. “Es un error decir que hubo un enfrentamiento de dos bandas. Mi hijo no tiene ningún antecedente policial y no era miembro de ninguna agrupación. A él lo matan inocentemente, porque, en cambio, los Avellaneda y el asesino sí tienen antecedentes, pero mi hijo nunca se involucró en algo ilegal: él solo entró a separar una pelea”, enfatizó la madre de una de las víctimas.

El domingo, según cuentan los residentes de ese sector de la ciudad, Diego Avellaneda insultaba a quienes pasaban por su cuadra: así habría generado problemas con dos vecinos. Uno de ellos, Rodrigo Vallejo, habría vuelto acompañado con Nehemías Llovera y ambos abrieron fuego contra la casa de Avellaneda, donde también estaba Almirón. “El asesino mató a su compañero, que también estaba armado. Ese no murió inocente. Diego Avellaneda empezó todo el problema, mi hijo fue a intentar proteger a su prima del ataque de los asesinos, lo mataron en el piso”, señaló la madre de la víctima, que aclaró que Almirón acababa de llegar al hogar de sus primos. Tras el tiroteo, Diego, Jéssica y Cristian Avellaneda también fueron heridos.

“Mi hijo no era un delincuente, jamás tomó un revólver, si así fuera hoy no me estarían acompañando los vecinos en mi pedido de justicia. Hablo por mi hijo, no quiero que lo ensucien injustamente, pero incluso puedo agregar que cuando los atacaron, los Avellaneda tampoco tenían armas, nadie respondió al fuego de los asesinos”, aseguró Sandra. Eeconoció que sus sobrinos tenían antecedentes penales. “Eso sí es verdad, por desgracia los Avellaneda son familia mía y por tras de ellos yo perdí a mi hijo”, dijo la mujer rompiendo en llanto. Aún sumida en lágrimas, pero tras recobrar el aire, continuó: ”la madre de ellos habla macanas para salvar a su hijo de que vuelva a la cárcel. Salió a hablar barbaridades de mi nieta y a decir que ella había mandado a matar al padre, ¡es una locura! Ninguna hija haría eso, sí es cierto que ella conocía al asesino, pero nada más”.

Almirón reconoció que su hijo era adicto, pero aseveró: “a pesar de ese defecto, jamás dañó ni le faltó el respeto a nadie”.

En la manifestación también estuvo Vilma Rodríguez, una vecina. “Hicimos un corte de calle en reclamo para el esclarecimiento del crimen y para que detengan al responsable. Queremos también que se vayan los Avellaneda del barrio: uno tenía que estar preso, pero sigue en el vecindario”, dijo. Contó que en los últimos días, los vecinos descubrieron a dos desconocidos rondando cerca de la casa de la madre de Almirón, la gente salió a ver y esas personas se fueron. “Fue algo sospechoso, pero no hubo otro problema aún”, cerró.