El director de cine Alan Parker murió hoy a los 76 años. Entre su prolífera obra quedan clásicos de la historia del cine, como las películas The Wall, Evita y Expreso de medianoche, entre otros.
Había nacido en Londres, el 14 de febrero de 1944. Mediante su obra, trascendió el Reino Unido e, incluso, Europa, y se convirtió en una leyenda de Hollywood. Su primera película, Bugsy Malone, recibió ocho nominaciones para los premios de la Academia Británica de Cine.
Dirigió 14 largometrajes, escribió seis. Y fue especialmente experto en películas orientadas a la música, como Fama (1980), The Wall (1982) y Evita (1996), que se filmó entre Argentina y Hungría.
En 1982 se proyectó The Wall por primera vez. Se trató de una película experimental para la época, sobre la base del disco homónimo de Pink Floyd. A contrario de lo que habitualmente sucede, en este caso el disco precedió al filme.
Para esa película, Parker planteó un proyecto que incluía dibujos animados y escenas de personas reales. Los diálogos son, básicamente, las letras de las canciones que componen el disco.
En 1996 vino a la Argentina para filmar el musical Evita, protagonizado por la cantante Madonna y por Antonio Banderas, en el papel de Ernesto "Che" Guevara. El rodaje en el país debió soportar mucha presión, debido a la figura de la cual se trataba. Fue nominada a cinco premios de la Academia.
En 2015, Parker anunció que se retiraba del negocio del cine. "Dirigí desde que tenía 24 años y cada día fue una batalla. Quienes trabajaron conmigo saben que he luchado toda mi vida para hacer las películas como queremos hacerlas", dijo, en la ocasión.
Y también dejó una frase, que hoy adquiere mayor tono de despedida: "he vivido una vida encantadora, he tenido el control absoluto de mi trabajo, a pesar de que trabajo en un área muy difícil de la máquina de Hollywood". Durante sus últimos años se dedicó a la pintura. (Télam-Especial)