Furia antirracista: los manifestantes derriban los monumentos y estatuas símbolos de autoridad y del orden

Furia antirracista: los manifestantes derriban los monumentos y estatuas símbolos de autoridad y del orden

Las protestas que se iniciaron en Estados Unidos por el crimen de un hombre negro se extendieron por Europa. Se cuestionan las historias de personajes ligados a la esclavitud.

FRENTE AL PARLAMENTO. La estatua de Churchill fue vandalizada en Londres y las autoridades la blindaron. FRENTE AL PARLAMENTO. La estatua de Churchill fue vandalizada en Londres y las autoridades la blindaron.

En las últimas semanas, movilizaciones antirracistas han vandalizado monumentos erigidos para recordar a esclavistas y funcionarios del poder; y otras personas han criticado esta actitud. Todo comenzó con el asesinato de George Floyd por un Policía en Estados Unidos. En Londres hubo enfrentamientos fogoneados por las fuerzas de seguridad. Encendidas discusiones se han difundido en los medios de comunicación y redes sociales y hasta Banksy propuso erigir una obra: la estatua del esclavista Edward Colston cayendo por la presión de las sogas tiradas por activistas.

Estas posiciones han traído consigo revisiones históricas. Aún los periódicos más conservadores se interrogan si Winston Churchill fue héroe o villano. Pero, “¿para qué son las estatuas?”, se pregunta una nota de análisis de la BBC. Y le dedica extensos párrafos a la reciente destrucción de monumentos en Gran Bretaña y Estados Unidos, desde el derrumbe en Bristol, Inglaterra, de la escultura de bronce que conmemora a Colston, comerciante de esclavos británico del siglo XVIII ; sin olvidar, claro, la desfiguración en Boston, Miami, Oregon y Virginia de estatuas que veneran a Cristóbal Colón y a líderes confederados.

Ideas inaceptables

En pleno centro de Londres, el monumento a Churchill tuvo que ser recubierto por una estructura de metal y permanece blindado ante el temor de ataques. El sábado, el primer ministro británico Boris Johnson, dijo que era vergonzoso que el homenaje a su antecesor estuviera en peligro. “Es verdad que expresó ideas que son inaceptables para nosotros hoy, pero no podemos pretender tener una historia diferente, tratar de editar o censurar nuestro pasado”, dijo.

Una estatua de Colón en Boston fue decapitada el fin de semana pasado, y en Los Ángeles, otra debió ser retirada. También una del presidente de los sureños Estados confederados Jefferson Davis durante la Guerra Civil estadounidense fue derribada en Richmond, Virginia. Como se podrá advertir, no se trata de atacar únicamente a destacados esclavistas sino también a políticos y funcionarios defensores de esas posiciones.

Diferencias

Puede ayudar a tanta polémica comprender la diferencia entre monumento, estatua y escultura; aunque en estos tiempos la tajante división de géneros ha desaparecido. Pero el monumento conmemora a alguna persona, objeto o fecha histórica, es un homenaje. Representa a algo directamente, sin dudas; un hecho histórico, un hito de alguna campaña o guerra. Y un homenaje siempre denota algo positivo, un reconocimiento, aunque los libros no utilicen esos términos.

DECAPITADO. En Boston, los manifestantes dejaron sin cabeza a Colón. DECAPITADO. En Boston, los manifestantes dejaron sin cabeza a Colón.

El crítico de arte especializado en arte monumental Miguel Cereceda, profesor de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad Autónoma de Madrid (España), señaló por estos días: “Históricamente, el monumento tiene un carácter conmemorativo y funerario. Pero siempre hubo una distancia respecto a la conmemoración”. Es lo conmemorativo que define un monumento.

“Las estatuas, por la misma palabra, están destinadas a un espacio concreto. Se fijaban para un lugar, tienen que ver con marcar el tiempo, marcar hitos; el monumento es alegórico, y está relacionado con hechos importantes pero también con personajes”, relata el escultor tucumano Guillermo Rodríguez.

“La idea del monumento es que esté ubicado en un lugar público. Tiene un valor histórico porque homenajea a una persona o un suceso que fue parte importante de la memoria colectiva”, señala Sandro Pereira. “La estatua puede ser una alegoría o representar otras ideas, y los materiales pueden variar”, aporta el creador del Monumento al Sánguche de Milanesa.

Valor político

Se sabe, los monumentos son depositarios de la memoria, de algunos símbolos. “Es de lo institucional, de los que gobiernan, que erigen sus hitos como referentes. Por ejemplo, en el sur hay monumentos al general Roca, pero muchos que viven allí, en la Patagonia, son miembros de pueblos originarios y no están de acuerdo con lo que se hizo”, explica Rodríguez. Constata que algunos son rechazados y otros aceptados. “El monumento generalmente tiene un valor político y positivo para el que el lo encarga, pero no es así para toda comunidad. Todos los gobiernos ponen sus monumentos y hacen sus homenajes, pero una escultura no marca un prócer”, añade. “Cuando la gente se da cuenta de personajes como Colón y cómo han repetido la historia y ve los valores negativos, los saca y busca una forma de hacer justicia”, asegura.

Javier Maderuelo, teórico español de la escultura, indica: “los monumentos a líderes políticos y militares son signos de orden patriarcal y símbolos de autoridad”. “Pero erigido ahora causaría asombro y recibido con comentarios jocosos”, escribe.

Próceres

Tucumán conoce bien esta historia: el general Antonio Bussi inauguró junto al ministro del Interior de la dictadura Albano Harguindeguy, la Avenida de los Próceres el 24 de septiembre de 1977. Estas estatuas (ubicadas en un espacio preciso) se instalaron en la avenida Soldati del parque 9 de Julio. Desde un punto de vista artístico, el estilo neoclásico parece definir la arenga militar.

Bussi les dio a los artistas un plazo de 35 días para 13 estatuas y sólo el escultor Oscar Nóbile se negó. Toda una definición.

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