
HACIENDO GUARDIA. Los federales en la puerta del edificio donde vivía un estudiante jujeño que quedó procesado por venta de droga.

La causa Nocturno tuvo una importante repercusión en la provincia por dos razones: los protagonistas de la causa y porque fue el secuestro récord de éxtasis en la provincia. Nunca más se volvió a incautar ese tipo de droga en esa cantidad, pese a las numerosas investigaciones que se realizaron en los últimos tiempos.
El éxtasis no es una pastilla de consumo masivo. Por su valor está reservada a sectores exclusivos de la sociedad. Los proveedores manejan un sistema de tráfico que no es el habitual. El éxtasis puede llegar a manos de los consumidores por encomienda, por correo o personalmente. “No sólo no es sencillo detectarlo, sino que también el sistema de venta es diferente”, explicó un investigador a LA GACETA.
El especialista señala que es normal que los consumidores organicen una especie de pool de compra. “Amigos se reúnen, juntan el dinero, le pagan a un proveedor al que le envían la sustancia y después se la reparten. A veces uno de ellos viaja al exterior y la trae por encargo disimulada en frascos de remedios comunes”, explicó.
La División Antidrogas Tucumán de la Policía Federal realizó al menos dos procedimientos en busca de éxtasis en los últimos tres años. Encontraron otras drogas, pero no las conocidas como pastillas del amor. En junio de 2017, atraparon a “Perro rojo”, al que consideraron un vendedor de drogas VIP. En ese allanamiento secuestraron marihuana en frascos para su venta y troqueles de LSD, conocidos como “pepa”. El año pasado, “Perro rojo” fue condenado a ocho años de prisión en un juicio abreviado.
En abril de 2019, la misma fuerza federal detuvo a tres jóvenes a los que vincularon con un circuito de comercialización de drogas en círculos sociales altos de la provincia. Uno de ellos, que fue trasladado a la prisión federal de Jujuy, es hijo de un juez y nieto de una vocal de la Corte Suprema de Justicia de esa provincia. También fue demorada una joven sampedreña que era relacionista de un grupo que se dedica a la organización de fiestas electrónicas en el Gran San Miguel de Tucumán. Según fuentes cercanas a la investigación, en las escuchas habría quedado registrado que comercializaban éxtasis, pero en los allanamientos no encontraron droga.
A partir de esa investigación, los investigadores pusieron atención en las fiestas que se vienen organizando de manera clandestina en todo el Gran San Miguel de Tucumán. Los hombres que infiltraron no descubrieron una organización dedicada a la comercialización, pero sí comprobaron que el consumo de éxtasis se está expandiendo.
En agosto pasado, en Buenos Aires, en un operativo de control sobre envíos postales realizado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) se detectó 87 pastillas de éxtasis procedentes de Holanda con destino a la provincia.
El último antecedente es de fines de enero. A cuatro jóvenes que se dirigían a una fiesta electrónica en El Mollar, además de hongos y marihuana, los hombres de la Dirección General de Drogas Peligrosas les secuestraron cinco pastillas de esa droga.







