Reporte Rural: la pandemia evidencia el real valor del campo

Reporte Rural: la pandemia evidencia el real valor del campo

El hombre de campo tiene el cuero curtido por tantas crisis. Aun así, año a año reinicia su trabajo. La pandemia mostró la verdadera importancia de la actividad agrícolaganadera y agroindustrial en el mundo. Y ante este escenario se debe servir al sector de las herramientas necesarias para que se produzcan más y mejores alimentos.

Los tiempos de crisis a veces genera oportunidades. Y cuando se las encuentra, se deben buscar las herramientas necesarias para aprovecharlas.

Durante el tiempo que lleva la pandemia, mayormente se ven y se analizan los estragos que genera la covid-19 en el mundo -y en el país-. Pero aparecen ciertos nichos, que muchas persona, con olfato e ingenio, estudian, analizan y deciden adentrarse en estos para generar una nueva oportunidad de negocio.

El hombre de campo es una persona muchas veces difícil de conocer, debido a que generalmente se muestra reservado. Pero cuando se trata de trabajo, aprendió a escuchar y a imitar todo lo bueno que le puede servir para mejorar su sistema productivo. A lo largo de su vida, el productor afronta crisis de manera permanente, por producir en un sistema cíclico o debido a inclemencias climáticas o económicas. Esto lo lleva a situaciones en las que se vuelve difícil seguir produciendo. Igualmente año tras año, la mayoría continúa con su actividad. Se “ajusta el cinturón”, analiza qué hizo mal, para mejorar el año siguiente; qué debe hacer la próxima campaña, para que tal plaga no lo perjudique tanto; qué nuevo negocio apareció, qué nueva necesidad alimenticia tiene el mundo, cómo debe manejarse financieramente para no caer en la ruina. Y un sinnúmero de otras cuestiones.

Voz prestigiosa

Hace unos años se realizó en Tucumán, en los predios de la Sociedad Rural de Tucumán, un Congreso Regional CREA, del que participó el prestigioso pensador y filósofo Santiago Kovadloff. Este afirmó que esos congresos servían para el sector productivo, porque abordaban temas vinculados a las actividades productivas, pero también a la institucionalidad, a la innovación y a la creatividad, ya que muchas veces las crisis que se daban en el mundo, y en el país hacían que se desarrollen estos temas.

El filósofo analizó el comportamiento de los productores y de las empresas agropecuarias, y afirmó que cuando se daban momentos de crisis, esos congresos servían para conocer la identidad cívica y cultural del productor y del innovador agropecuario, y cómo estos buscaban salir adelante.

Es cívica, porque la presencia de la política como materia de reflexión debe ser orientada a saber y a entender en qué escenarios históricos, económicos y sociales actúa el campo. Es algo muy urgente y es cultural porque resulta necesario advertir los desafíos que el presente le formula a los hábitos del trabajo y de la vivencia del campo, ya que uno ve un hábito conservador al trabajar con la tierra y además porque hay cambios permanentes en materia tecnológica y científica, afirmaba el filosofo.

Capacidad para el cambio

Resulta interesante comprender la capacidad de adaptación del hombre de campo ante los cambios permanentes que las crisis le proponen: lo llevan a adecuarse a la realidad y a seguir produciendo alimentos para su país y para el mundo.

Kovadloff opinó que cuando surgen en el hombre de campo la creatividad y la innovación, muchas veces esto no tiene que ver con el progreso excluyente de la propia actividad, sino con la posibilidad de modernización o de adaptación a un mundo cambiante, que tiene que ver con la ciencia y la conservación y que debe conciliar lo inédito con lo ya conocido.

Necesidad imperiosa

Sin dudas la pandemia está mostrando la real importancia que tiene la producción agrícolaganadera y agroindustrial en el mundo. Y que pese a todos los inconvenientes originados por esta enfermedad, producir es una necesidad imperiosa, que no debe ser descuidada, sino, por el contrario, servida de las herramientas necesarias para que se adecue a las nuevas condiciones de trabajo y sepa aprovechar las oportunidades nuevas que surgen.

Hoy el mundo pide a gritos alimentarse de manera más sana, con productos inocuos que no dañen al consumidor y al medio circundante. Y en la actual situación se está demostrando cuál es la actividad menos perjudicial para el ambiente, como se lo venía manifestando antes de la pandemia.

Desafío dirigencial

Kovadloff dijo en aquella oportunidad que la clase política del futuro debe concebirse como un espacio de construcción de liderazgo y de intercambio de ideas; y no en depositario de las órdenes del poder político. Porque resulta probable que ese intercambio vaya generando más conocimiento y una visión más profunda de aquello que tan superficialmente se analiza, como que el campo es el culpable de todos los males.

Lo real es que el campo sigue adelante, adaptándose, buscando nuevas alternativas y aprovechando mejorar -incluso en los momentos de crisis, como la que actualmente estamos atravesando-, sólo para continuar produciendo más y mejores alimentos, con la participación de toda la sociedad en su conjunto.

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