El guión de una película extraordinaria que le tocó protagonizar al “Decano”

El guión de una película extraordinaria que le tocó protagonizar al “Decano”

Entre 2016 y 2017, todo es historia para Atlético.

EN ECUADOR. Lucchetti, “Pulguita” y Menéndez celebran en 2017. EN ECUADOR. Lucchetti, “Pulguita” y Menéndez celebran en 2017.

Si finalmente hubiera una película del partido de vuelta de la fase 2 entre El Nacional y Atlético en Quito -como tantos sugirieron y algunos amagaron- tranquilamente podría comenzar con un flashback. Una escena de varios meses atrás a ese 7 de febrero de 2017, con adultos mayores en traje, detrás de escritorios. Es que la histórica clasificación del equipo a su primera Copa Libertadores se consiguió en la cancha pero debió refrendarse en los pasillos de AFA y Conmebol, algo para lo que jugadores y dirigentes estuvieron muy bien preparados.

Quizás, justo antes de desarrollarse esa escena, debería fundirse la pantalla a negro y explicarse el contexto en letras blancas, como muchas veces suele hacerse. “En el último trimestre de 2016, la Confederación Sudamericana de Fútbol, madre de ese deporte en es parte del continente, decidió ampliar el número de participantes para la edición 2017 de su torneo más importante: la Copa Libertadores. A varios países se le asignó un cupo más para clasificar, entre ellos a Argentina. Allí, Atlético, un humilde pero orgulloso equipo del norte argentino, consideró que luego de su participación en el último torneo, ese cupo le pertenecía. Otros equipos se arrogaban ese derecho pero solo uno llegaría a la copa de 2017”, podría ser el texto introductorio.

Ahí sí, ya podría verse a un hombre de traje, dando una entrevista a un medio televisivo. “Nosotros lo que pedimos es que se aplique el reglamento que está muy claro, dice que el mejor tercero. Precisamente creo que le sacamos tres puntos a Independiente que está por detrás de nosotros”, eran las palabras de Mario Leito, presidente de Atlético. El caso de Leito y la dirigencia de Atlético estaba basado en el inciso 7 del Boletín Oficial N° 5124, publicado en 2015 por la AFA. El equipo había terminado quinto en la tabla general de la temporada pasada, pero ese apartado establecía que, en caso de abrirse una sexta plaza, se definiría por un desempate automático entre los equipos que terminaron terceros en sus zonas (Independiente en la 1 y Atlético en la 2). Atlético acabó con 30 puntos e Independiente, con 27.

Sin embargo, inteligentemente, los dirigentes sumaron causas a su postura. Lo legal debía estar cubierto pero además, decidieron jugar la carta del centralismo que sufre el fútbol argentino desde su creación. Buenos Aires, Buenos Aires y Buenos Aires. ¿De dónde es Independiente? Buenos Aires.

“Atlético debe jugar la Libertadores. No estamos dispuestos a soportar otra cosa. Queremos que se respete el fútbol del interior del país y que se tenga una mirada no tan cercana al Obelisco. Que se sepa que en el interior se juega al fútbol y lo que se logra con mucho esfuerzo”, agregó Leito.

La película sin duda debería continuar con un plano general de la Plaza Independencia. No solo nuestro epicentro turístico por excelencia con la Casa de Gobierno y la Catedral rodeándola, sino también, una caja de resonancia para todos los reclamos de los tucumanos. Hasta allí se movilizaron cientos de hinchas de Atlético reclamando su cupo. Día a día, mientras las negociaciones parecía que avanzaban pero volvían a estancarse.

Claro, los jugadores y el cuerpo técnico de ese momento también son actores de la película de la llegada de Atlético a la Libertadores. “Atlético tiene que jugar la Libertadores. Cualquier otra resolución que se tome será hacer trampa”, sentenció Juan Manuel Azconzábal, entrenador del equipo en ese momento. Lo dijo horas antes de lo que podría ser el primer partido de fútbol que mostraría la película. El Independiente 0-Atlético 2 del 15 de octubre de ese año. En plena lucha y mientras AFA deliberaba (la Conmebol no tendría que ver en la decisión), el torneo local se jugaba y justo enfrentó a los dos que peleaban por esa sexta plaza. Como si se tratara del desempate que pretendía jugar el “Rojo”, Atlético ganó en Buenos Aires convenciendo a todos de su merecimiento.

Hubo que esperar a fin de mes para conocer la decisión final, luego de varias idas y vueltas, la AFA comunicó que la sexta plaza le correspondía a Atlético en virtud de lo dicho por el artículo en cuestión y este jugaría la Libertadores por primera vez en su historia.

Sin dudas una buena primera mitad de película. La segunda tendría que ser ocupada por el debut, ese 2-2 ante El Nacional y todo lo que experimentó el equipo en la vuelta. El plantel se había instalado en Guayaquil para evitar pasar mucho tiempo en la altura. Horas antes del encuentro, quiso despegar en su charter y las autoridades del aeropuerto no se lo permitieron. Con la soga en el cuello, los dirigentes tuvieron que volver a moverse. Parecía que Atlético debía ganarse su participación en este copa, en todo momento.

Entre los dirigentes Hugo Bermúdez y Silvio Nava, consiguieron asientos para un vuelo de línea. El avión llegaría tarde para el partido pero anticipados de lo que estaba pasando en Guayaquil, Mario Ávila, dirigente que ya estaba en Quito, tramitaba una prórroga que finalmente conseguiría. El equipo llegaría sin camisetas y terminó jugando con las de la Selección Sub 20, que se encontraba allí disputando un torneo sudamericano.

Mal preparados pero muy motivados, el equipo consiguió el triunfo que necesitaba gracias al gol de Fernando Zampedri. Su festejo, mirando al cielo, el grito de Pablo Lavallén una vez terminado el partido (“¡Dios es justo!”) pueden ser buenas imágenes para ir terminando la película. Lo curioso es que para Atlético, ahí recién empezaba toda su aventura internacional. Jugó dos Libertadores más (en una llegó a Cuartos de final) y dos Sudamericanas (en una está a la espera del debut). Material para más películas pero sin dudas, esta, es un buen inicio de saga.

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