Así se hace la cremación en Tucumán de los fallecidos por coronavirus

No se recomienda la inhumación, pero la decisión final está en manos de los familiares.

El horno crematorio de Tucumán, a cargo de la empresa Parque del Descanso. El horno crematorio de Tucumán, a cargo de la empresa "Parque del Descanso".

Para los casos de muerte por coronavirus se recomienda la cremación. No existe una ley que lo obligue, pero se aconseja no hacer inhumación (entierro como se le llama vulgarmente). 

"En la cremación, el horno alcanza los 950 grados de temperatura; de manera que ese bichito no tiene posibilidades de seguir haciendo estragos" explica José Antonio Flores, propietario de la empresa fúnebre que lleva su apellido.

Tampoco hay un protocolo -asegura- dispuesto por el Ministerio de Salud de la Nación ni de la Provincia respecto de cómo actuar con los cuerpos de fallecidos por covid-19. Sin embargo, las propias empresas toman sus recaudos para proteger a sus empleados. "Nosotros tenemos nuestro propio protocolo interno -dice Flores- para proceder. En estos casos detalla-, el personal de la empresa se dirige al hospital o al sanatorio donde está el cuerpo, lo retira en una bolsa cadavérica que tiene un cierre hermético, lo sube al vehículo y va directo al crematorio que está en Tapia", asegura.

Las dos salas de espera del crematorio permanecen cerradas. Las dos salas de espera del crematorio permanecen cerradas.

No puede haber ningún familiar en ninguna de las dos salas velatorias que hay en el mismo predio del crematorio. El ataúd es ingresado al horno sin la presencia de ningún pariente. "El personal trabaja con protección correspondiente -afirma Flores-, que comprende barbijo, máscara, doble guante y delantal. Se retiran las manijas metálicas del ataúd, porque no pueden ingresar al horno los metales, y se procede a la cremación", precisa.

Puede llevar entre una hora y media o dos el tiempo dentro del horno crematorio para una persona de tamaño promedio. En caso de personas de mayor tamaño (obesas) ese tiempo puede estirarse hasta tres o cuatro horas, lo que en la jerga le llaman "cremación especial".

"Si todo se hace como corresponde, con los cuidados del caso, a una persona que muere por coronavirus, la familia no la ve más desde que ingresa a la sala de cuidados intensivos -advierte Flores-; porque no puede haber contacto con el paciente, ni después con el cuerpo", agrega.

El predio del crematorio. El predio del crematorio.

El empresario dijo que en Tucumán tuvieron un caso de una muerte por coronavirus en el que la familia no aceptó la cremación. No se puede obligar a nadie, porque no existe una legislación que así lo determine. "Si la familia dice no, hay que hacer lo que dice la familia", resalta.

Cuando el personal de la empresa fúnebre recibe el cuerpo dentro de una bolsa cerrada, se procede a una desinfección, luego se coloca el cuerpo en el ataúd y se vuelve a desinfectar. "En ese mismo lugar se procede a sellar el ataúd, ya sea con el método tradicional de soldadura con estaño -explica- o con los nuevos métodos en los que vienen unos ganchos con tornillos y se utiliza un líquido de pegamento".

Es decir que el sanatorio o el hospital es el responsable de entregar el cuerpo dentro de una bolsa cerrada herméticamente. El trabajo de tanatopraxia (técnica de conservación temporal de los cadáveres) está prohibido; es decir que no hay preparación del cuerpo con maquillaje ni demás elementos de uso de los especialistas tanatoproctólogos.

Si la persona fallecida utilizaba un marcapasos, en casos normales (sin coronavirus) se quita el marcapasos, porque no puede ingresar al horno crematorio. "Un marcapasos genera explosiones como si fuesen tiros y eso puede dañar el horno -afirma Flores-, por eso se retira el marcapasos; sin embargo -aclara- en los casos de fallecimientos por coronavirus, si la persona tiene un marcapasos no se puede manipular el cuerpo, de manera que no se puede quitar el marcapasos y, en ese caso, se recomienda la inhumación -remarca-, no la cremación".

Sin resultados

Hay casos en los que el paciente muere, pero los resultados del test de coronavirus no llegaron a tiempo. Por lo tanto no saben si la persona murió por una neumonía o por covid-19. "Ese es un problema para nosotros -admite Flores-, por eso es que nuestro personal hace una investigación sobre las causas de la muerte y actúa con el protocolo interno para protección: como si esa persona hubiese muerto por coronavirus -advierte-; es que es mejor tomar todos los recuados posibles", insiste.

Columbarios para guardar las cenizas; las familias los pueden adquirir como las parcelas en los cementerios. Columbarios para guardar las cenizas; las familias los pueden adquirir como las parcelas en los cementerios.

El único crematorio de Tucumán está a cargo de "Parque del Descanso". Cada vez que trabajan con un cadáver por coronavirus, solo dos empleados se ocupan del traslado desde la clínica, sanatorio o el hospital hasta el crematorio. Nadie más interviene. 

Las estadísticas de la muerte muestran que en Tucumán hay 800 muertes por mes, en promedio. En el rubro funerario saben que en la época de frío, como ahora, hay más muertes que en verano. "En invierno se muere más gente -asegura Flores-, por gripe, neumonía, por eso tenemos más muertes en los meses fríos". Según estos números, por día la empresa Flores puede tener entre ocho y 12 muertes para atender en invierno y en situaciones normales; sin pandemia de coronavirus.

Directrices de la OMS

Desde el Ministerio de Salud de la Nación no existe por el momento una guía específica para el manejo de cadáveres de personas fallecidas por covid-19. Sin embargo, se sugiere aplicar “lo contemplado en las Directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicadas en 2014 sobre Prevención y control de las infecciones respiratorias agudas con tendencia epidémica y pandémica”.

Desde el Gobierno nacional se advierte que "no hay evidencia sólida hasta la fecha del riesgo de infección a partir de cadáveres de personas fallecidas por covid-19, de acuerdo a lo observado para otros virus respiratorios y por el principio de precaución, se considera que estos cadáveres podrían suponer un riesgo de infección para las personas que entren en contacto directo con ellos”. Por este motivo, recomienda que sean considerados del Grupo II, según lo establecido en el documento de Manejo Seguro de cadáveres del Ministerio de Salud de la Nación.

Entre las recomendaciones, se especifica que los familiares no tengan contacto físico con el cuerpo, ni con sus pertenencias, y que al acercarse, usen una bata descartable, mascarilla facial y guantes. Este mismo equipamiento de protección personal debería ser usado por quienes se ocupan del traslado del cuerpo, que deberá ser introducido en "una bolsa plástica de alta densidad, impermeable y con cierre hermético, debidamente identificada como material infectocontagioso”.

Cuando comenzó a hablarse de covid-19, el personal fue capacitado para trabajar en los casos correspondientes. "Nos hemos preparado -afirma Flores-, porque es la primera vez que nos toca trabajar con esto que tiene una forma de contagio muy fuerte".

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